La especie elegida, 20 años después

Hace poco tuve el placer de moderar un debate sobre el libro “La especie elegida”, de Juan Luis Arsuaga e Ignacio Martínez, para el Club de Ciencia Boadilla. Sin duda, esta obra es una de las grandes referencias en la divulgación de la evolución humana en España. Ignoro el número de ediciones que han visto la luz: conozco la 27ª aunque posiblemente hubo más. Personalmente le tengo mucho cariño porque fue uno de los primeros libros que adquirí sobre el tema, y sigue siendo un manual de consulta.

Al releerlo, fui recordando la cantidad de descubrimientos y novedades que se han dado tras la publicación en 1998. Eran tantos que decidí articular el debate de una forma distinta, no solo recorriendo linealmente los temas nucleares del libro, sino además poniendo foco en cómo se ha ido enriqueciendo el conocimiento sobre la evolución humana en tan solo veinte años. En este post destaco 5 puntos concretos:

1. ¿Homínidos u homininos?

Como sucede en casi todos los textos hasta hace pocos años, en este libro el término “homínido” tiene el mismo uso que hoy en día el término “hominino”. Según la convención actual:

  • Hominino” se refiere a los miembros de la tribu Hominini, que abarca a los humanos modernos, las especies humanas extinguidas y nuestros antepasados inmediatos hasta la separación de nuestro linaje del linaje de los chimpancés, por tanto, incluye los géneros Homo, Australopithecus, Paranthropus, Ardipithecus, Orrorin y Sahelanthropus.
  • Mientras tanto, “homínido” se refiere a los miembros de la familia Hominidae, que abarca a todos los simios antropomorfos y sus respectivos linajes, incluyendo el humano, chimpancés, gorilas y orangutanes.
Homínidos y homininos

Homínidos y homininos. Esquema añadido por Roberto Sáez sobre imagen modificada de Mauricio Antón en «La especie elegida»

2. Los primeros homininos.

En 1998 todavía era muy reciente el descubrimiento del conjunto de fósiles que permitieron definir la especie Ardipithecus ramidus (White et al, 1994). El libro ya recoge la bipedación que sugería la base del cráneo de “Ardi”, pero aún faltaban por publicar muchas otras partes del esqueleto, como su enorme y curvada mano, así como la pelvis y las piernas que confirmaban la importancia de esta especie bípeda en un ambiente boscoso hace 4,4 Ma.

Pocos años después se descubrieron otras tres especies asignadas a los primeros homininos:

  • Ardipithecus kadabba (Haile-Selassie et al, 2001), la especie probablemente predecesora de ramidus. Datada entre 5,2-5,8 Ma.
  • Orrorin tugenensis (Senut et al, 2001), cuyo fémur muestra también una clara bipedación hace 6 Ma, aunque todavía con cierta vida arbórea según sugieren el húmero y los dedos.
  • Sahelanthropus tchadensis (Brunet et al, 2002), considerado ahora el hominino más antiguo (6-7 Ma), aunque todavía se tienen dudas tanto de su datación como de su bipedación.
Ardipithecus ramidus

Ilustración de Ardipithecus ramidus por Jay Matternes

3. Los australopitecinos.

Es muy interesante el debate que genera la posición de Australopithecus afarensis, sobre si es un nodo central o lateral en la evolución hacia los primeros Homo. En el libro los autores defienden que Au. afarensis sería una rama que evolucionó hacia los parántropos pero no hacia Homo, de acuerdo al aparato masticador. En cambio, observan más similitudes con Homo en los ejemplares de Australopithecus africanus del Sur de África. No estoy seguro de que 20 años después sigan defendiendo esta hipótesis.

A este debate se unen otros autores argumentando un género separado Praeanthropus, que abarcaría a las especies del Centro y Este de África que desarrollaron la bipedación: afarensis, anamensis, bahrelghazali, garhi, así como también Orrorin tugenensis (Cela-Conde y Ayala, 2003).

Por otra parte, en estas dos décadas hay también dos importantes temas que han enriquecido nuestro conocimiento de los australopitecinos robustos o parántropos:

  • Los hallazgos de la cueva de Drimolen (un centenar de especímenes de Paranthropus robustus) y el primer esqueleto parcial asociado a Paranthropus boisei.
  • La alimentación del Hombre Cascanueces (Nutcracker Man) no basada en la masticación de semillas y frutos duros, sino en el procesamiento repetido de arbustos fibrosos y abrasivos y plantas duras tropicales con fotosíntesis tipo C4 tales como papiro, juncos… (Ungar et al. 2008).
Primeros homininos La especie elegida

Esquema evolutivo de los autores para los primeros homininos (izda) y alternativo (dcha). Imágenes de «La especie elegida»

4. Los primeros Homo.

El enorme hueco en el registro fósil del Este de África, entre el final de los Au. afarensis (hace alrededor de 3 Ma) y los pequeños Homo habilis (en el entorno de 1,8 Ma), se ha comenzado a cubrir parcialmente:

  • El libro ya recoge algunos materiales importantes hallados en los años 90: el fragmento de temporal KNM BC 1 (2,4 Ma), la mandíbula UR 501 (2,4 Ma) y el maxilar AL 666-1 (2,33 Ma).
  • A ellos se une la mandíbula de Ledi Geraru LD 350-1 encontrada en 2003, datada en 2,8 Ma, y los especímenes KNM-ER 64060, KNM-ER 64061 y KNM-ER 64062 datados en 2 Ma.

¿Y cuál es la posición de Homo rudolfensis y de Homo habilis? Estas especies también generan mucha discusión. Por ejemplo, la anatomía especializada del aparato masticador de H. rudolfensis parece alejarle como antepasado del resto de especies de Homo. Para esta posición H. habilis parece un mejor candidato, aunque hay mucha carencia de registro fósil y por tanto grandes incógnitas para poder caracterizar a los primeros Homo.

Primeros Homo

Comparativa materiales primeros Homo

5. El poblamiento de Eurasia.

Es curiosa la mención en el libro a “una mandíbula humana descubierta recientemente en Dmanisi” y datada en 1,5 Ma… Desde entonces, este formidable yacimiento nos dio cinco cráneos casi completos, un hueso de dedo del pie, una pelvis completa, miles de restos de fauna… Con una conservación espectacular del material fósil. Y la mayoría del yacimiento está aún sin excavar.

Por supuesto, también se habla de los hallazgos de Atapuerca, donde los autores son grandes protagonistas de su investigación. Destaco la mención a los primeros trabajos de datación para los restos humanos de la Sima de los Huesos: 300 ka, mucho más reciente que la revisada posteriormente de 430 ka (Arsuaga et al, 2014).

Y se empieza a vislumbrar la discusión sobre la especie Homo heidelbergensis. En este sentido, los capítulos dedicados al poblamiento de Eurasia son una gozada de lectura, y establecen las bases de discusión totalmente vigentes hoy en día sobre las distintas oleadas de humanos, y sobre los núcleos que iban quedándose aislados en periodos de glaciaciones a lo largo de un millón de años, muchos de ellos finalmente extinguidos y otros protagonistas de flujos genéticos con nuevos grupos humanos. El debate sigue abierto.

Esquema evolutivo Eurasia. La especie elegida

Esquema evolutivo a partir del momento del poblamiento de Eurasia. Izda: propuesto por los autores (Homo antecessor). Dcha: alternativo (Homo heidelbergensis). Imágenes de «La especie elegida»

6 pensamientos en “La especie elegida, 20 años después

  1. Yo lo he releído estos días, así que también me ha venido muy bien esta revisión. Por cierto, hay un aspecto de «La Especie Elegida» del que no se suele hablar y en el que yo creo que es sobresaliente: la perfección y precisión de su prosa. No sé a quien corresponderá el mérito, puesto que la autoría es compartida, pero lo cierto es que he leído pocos libros de divulgación científica tan bien escritos como este.
    En fin, es una lástima que no haya algún registro (podcast o similar) del debate… En cualquier caso, muchas gracias y enhorabuena por el blog (que ya está en mis favoritos)

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