Para lamento de la comunidad paleoantropológica, es frecuente que existan yacimientos con numerosísimas evidencias de actividad humana pero sin un solo fósil humano. Es un «lamento» a medias, claro, porque en muchos de ellos los restos recuperados proporcionan una información muy rica. Me viene a la mente el Abric Romaní, a 50 km de Barcelona (España): un yacimiento neandertal con distintas ocupaciones entre 70-45 Ka que conserva, además de industria lítica y ósea, más de 15.000 restos de fauna procesados por humanos, 300 hogueras y 100 instrumentos de madera increíblemente preservados, gracias a la costra de travertino formada por el carbonato cálcito que los cubrió al quedar enterrados. A falta de huesos humanos, en cambio el yacimiento proporciona valiosísima información sobre su modo de vida y su alimentación.
Está claro que los restos de fauna nos dan una idea bastante aproximada de la variedad y cantidad relativa de animales que consumieron los habitantes de un determinado sitio, como aquellos neandertales. Poco después, los humanos modernos nos dejaron además expresiones artísticas de la fauna que tenían alrededor y que consumían, en forma de pinturas, arte mueble, grabados… ¿Qué eran estas obras? ¿Expresiones de la caza, actos rituales para favorecerla…? En general, no siempre los animales representados son los más cazados, las motivaciones artísticas que les llevaban a representar animales no tenían que ver con la caza. Veámoslo a través de 3 reflexiones:
1) Algunos animales consumidos ni siquiera están representados
En la cueva del Parpalló (Gandía, España) se encontraron 766 plaquetas con animales grabados, cuyo orden aproximado por cantidad de representaciones sería: cabras monteses, ciervos, caballos, uros, rebecos, cánidos, zorros, linces, jabalíes, un topo campesino, una perdiz y un pato. ¿Eran estos los animales que los hombres consumían? Sí, pero no todos: de hecho, el más numeroso en su dieta era probablemente el conejo, pero sorprendentemente no hay ninguna representación de conejo entre las plaquetas de Parpalló.
