El cráneo de Florisbad, Homo helmei y los primeros humanos modernos

El cráneo de Florisbad, Homo helmei y los primeros humanos modernos

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Tenía muchas ganas de estudiar la reconstrucción del cráneo de Florisbad. Probablemente estoy ante uno de los representantes de los grupos basales de Homo sapiens que aportan información esencial sobre los orígenes de nuestra especie.

Lo encontró Thomas F. Dreyer en 1932, a 40 kilómetros al norte de Bloemfontein, en el centro de Sudáfrica. El fósil consiste en el lado derecho de la cara, la mayor parte del hueso frontal, y buena parte de los parietales y del maxilar. Tiene un frontal moderno y alto, con una curvatura similar a la variación humana moderna, aunque su redondez se atenúa lateralmente, presenta una depresión sagital, y la fosa craneal anterior es muy ancha, comparable a la de los neandertales; asimismo, el lóbulo parietal y las redes vasculares se asemejan más a la morfología observada en especímenes humanos arcaicos, por ejemplo de H. heidelbergensis (Bruner y Lombard, 2020). También muestra un gran desarrollo supraorbital, y la cara es corta y ancha. Su capacidad craneal está entre 1280 y 1450 cc, en línea con el promedio de H. sapiens. Junto al fósil, apareció un tercer molar superior derecho, herramientas de la MSA (Middle Stone Age) y restos de fauna, una acumulación natural de restos de presas de carnívoros. De hecho, los restos humanos tienen marcas de corte típicas de hienas.

La datación directa del molar por ESR (resonancia de espín electrónico) obtenida por Grün et al. (1996) es de unos 260 ka (miles de años), aunque los fragmentos del maxilar no conservan alveolos que permitan asegurar (ni descartar) su asociación con el diente. Por otra parte, Berger y Hawks (2023) proponen que la estratigrafía de los depósitos de Florisbad es compleja y podría haber tenido alteraciones posdeposicionales.

En la publicación original del cráneo, Dreyer (1935) lo asignó a una nueva especie Homo helmei, para distinguirlo de H. sapiens por su aspecto primitivo, pero más alejado aún respecto a H. neanderthalensis y a los géneros Pitecanthropus y Sinanthropus (posteriormente H. erectus). Aunque hubo propuestas posteriores que lo clasificaban como H. heidelbergensis y H. rhodesiensis, en tiempos más recientes se ha considerado un humano arcaico tardío (Grün et al., 1996) o un H. sapiens temprano (Hublin et al., 2017). Modelizando distintas fases de la evolución de nuestro linaje a partir de la morfología de los cráneos arcaicos y modernos, Mounier y Mirazón Lahr (2019) sitúan al cráneo de Florisbad como el más similar al cráneo virtual reconstruido del «primer humano moderno» de entre cinco cráneos del Pleistoceno medio final africano (Florisbad, Eliye Springs, Omo II, Jebel Irhoud 1 y Ngaloba). De esta forma, H. helmei es situado como precursor inmediato de H. sapiens.

El desarrollo anatómico de rasgos modernos en el cráneo de Florisbad, junto con la presencia de rasgos arcaicos, puede estar representando un grupo cercano a las poblaciones troncales de los humanos modernos actuales, cuya divergencia ocurrió en una antigüedad muy próxima (260-350 ka, según Schlebusch et al. (2017). Poblaciones basales de H. sapiens como los representados por Florisbad y Jebel Irhoud, con numerosos rasgos aún arcaicos, hay que entenderlas en el contexto de diversos grupos humanos presentes en varias regiones de África, entre los que unos se extinguen, otros sobreviven y evolucionan, se desplazan, se mezclan genéticamente con otros… De aquella sopa genética emergió el probable origen panafricano de H. sapiens. Sigue leyendo

Schöningen: Más de 50 útiles de madera trabajados hace 300.000 años

Schöningen: Más de 50 útiles de madera trabajados hace 300.000 años

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Es seguro que las herramientas de madera tuvieron un papel fundamental en la vida cotidiana de los cazadores-recolectores del Pleistoceno, tanto en actividades de caza (lanzas, palos de doble punta o palos arrojadizos), recolección (palos para cavar, peladores de corteza) y domésticas (asas, recipientes). Sin embargo, la conservación de la madera necesita unas condiciones extraordinarias de congelación, clima muy árido, o un sitio saturado de agua donde no haya oxígeno ni, por tanto, microorganismos que la degraden. Esto rara vez sucede, así que nuestra interpretación de los modos de vida de los cazadores-recolectores prehistóricos suele estar sesgada por la supervivencia de materiales más resistentes (líticos y óseos) hallados en los yacimientos arqueológicos. Por eso, tiene un valor imponente el sitio de Schöningen 13 II-4 (conocido como Spear Horizon, «Horizonte Lanza»), en el centro-norte de Alemania.

Hace unos 300 ka (miles de años), aquel lugar era un lago interglacial en un paisaje boscoso abierto con alisos, abedules, sauces, pinos, abetos y alerces. Entonces, un grupo humano dejó restos de objetos de madera junto a la orilla del lago Schöningen. Un nuevo trabajo presenta el conjunto completo de los 187 objetos conservados (Leder et al., 2024) tras 30 años de estudio, que muestra un amplio espectro de técnicas de trabajo de la madera, incluida la técnica de maderas hendidas, no documentada en contextos paleolíticos hasta ahora. Los objetos que se han logrado identificar son:

  • Entre 20 y 25 útiles de caza:
    • Entre 10 a 18 lanzas de 1,8-2,5 m de largo y 2,3-4,5 cm de diámetro. En comparación con las lanzas etnográficas, los ejemplares de Schöningen son relativamente cortos y gruesos. Las lanzas se usarían como armas arrojadizas y de empuje para cazar presas pequeñas y grandes, aunque una lanza y un palo que tienen una curvatura natural parecen más adecuados para empujar que para arrojar.
    • Entre 6 y 9 palos de doble punta, de 45-87,7 cm de largo y de 1,7-3 cm de diámetro máximo, probablemente usados en la caza de presas terrestres rápidas de tamaño mediano y pequeño, así como de fauna aviar. Según registros etnográficos, pudieron ser utilizadas también por individuos infantiles.
  • Dos nuevos tipos de artefactos hechos con maderas hendidas y terminación puntiaguda o redondeada, empleados probablemente en actividades domésticas de procesamiento de vegetales y pieles. Sólo 3 de ellas tienen huellas de carbonización. Estos tipos comprenden 35 objetos:
    • 24 puntiagudos, con longitudes entre 4,6 y 36 cm, y ancho máximo entre 0,8 y 2,7 cm. Como posibles funciones comparables en registros etnográficos, se han observado las de punzones para trabajar materiales blandos, horquillas para el pelo o la ropa, útiles para extraer insectos de la corteza de los árboles o puntas de lanzas de pesca.
    • 11 redondeados, con longitudes entre 14,5 y 82,8 cm, y ancho máximo entre 1,7 y 3,8 cm. Como posibles usos comparables, se ha observado el de alisadores de piel o espátulas para coser esteras de caña, descamar pescado y doblar contenedores de corteza.

Las dos cadenas operativas observadas en Schöningen 13 II-4: herramientas para caza y herramientas de maderas hendidas para uso doméstico. Crédito: Dirk Leder / Niedersächsisches Landesamt für Denkmalpflege (NLD)

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Paleoantropología: novedades 1er trimestre 2024

Paleoantropología: novedades 1er trimestre 2024

Cerramos este primer trimestre del año reseñando 33 novedades que hemos conocido en el ámbito de la paleoantropología:

  • A partir de las roturas, astillas y grietas en 421 dientes de primates procedentes de la Depresión de Fayum, pertenecientes a cinco géneros de (Aegyptopithecus, Parapithecus, Propliopithecus, Apidium y Catopithecus) que vivieron hace 29-35 Ma (millones de años), se sugiere que la gran mayoría corresponde a una dieta basada en frutas blandas, y no en alimentos duros como semillas y nueces (sólo el 5%, 21 dientes, tenían astillas, una cifra baja en comparación con la tasa de rotura de dientes entre los primates vivos, que oscila entre el 4 y el 40%). También se sugiere que los animales comían principalmente en los árboles (en el suelo a menudo se come accidentalmente arena, lo que suele dañar a los dientes) [+]. Investigaciones anteriores indicaban que dos de esos géneros (Apidium y Aegyptopithecus) comían alimentos duros, lo que podría explicarse si sus dientes eran menos propensos a astillarse por algún motivo no estudiado.
  • La morfología de la unión esmalte-dentina en Homo habilis es primitiva: el hipodigma H. habilis parece tener más en común con Australopithecus que con Homo posteriores [+].
  • 30 nuevos restos craneodentales procedentes de las excavaciones entre 2014 y 2017 en la Unidad P de Kromdraai, se asignan a Paranthropus robustus (aunque son más antiguos que su holotipo TM 1517), son comparables en forma y tamaño a los especímenes de Drimolen (como DNH7), refuerzan el dimorfismo sexual significativo dentro de P. robustus, y contribuyen al perfil biodemográfico de la especie: la notable prevalencia de crías (es decir, individuos juveniles antes de la aparición de los molares permanentes) refleja los perfiles de mortalidad natural observados en los chimpancés salvajes, sugiriendo una mayor semejanza en los procesos de acumulación en Kromdraai Unidad P y Drimolen que en Swartkrans [+].

Nuevos restos de Paranthropus robustus de la Unidad P de Kromdraai. Crédito: Braga y Grine (2024)

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El origen del empleo de adhesivos (cómo no, por los neandertales)

El origen del empleo de adhesivos (cómo no, por los neandertales)

Podemos buscar el origen del empleo de sustancias adhesivas en los rastros dejados sobre la superficie de herramientas. La identificación del empleo de pegamentos en la prehistoria tiene gran importancia, ya que involucra una serie de tareas complejas llevadas a cabo durante muchas horas, si no varios días, y una necesidad de planificación. Estos recursos eran valiosos para dotar a algunas herramientas (lanzas, cuchillos, arpones) de mayor eficacia. Entre dichas sustancias se incluían la brea de abedul, la cera de abeja, la sangre animal y la resina de pino y de otras especies vegetales.

La evidencia más antigua de esto tiene unos 200 ka (miles de años), y se trata de dos lascas parcialmente cubiertas de alquitrán de corteza de abedul, halladas en la cantera de Campitello, en Bucine (centro de Italia) junto con otra lasca sin alquitrán, y los restos de una hembra adulta joven de elefante (Palaeoloxondon antiquus) y de varios micromamíferos. La microfauna y el contexto geológico sitúan su datación en el MIS 6.

¿Dé qué especie humana pudieron haber sido los autores de las herramientas de Campitello? La cronología y el lugar corresponden al linaje neandertal. Aunque ya pocos se sorprenden de que los neandertales tuvieran esta capacidad cognitiva y tecnológica, analizando el combustible, el tiempo, los materiales, las temperaturas y el rendimiento del producto, se ha observado que es posible obtener cantidades útiles de alquitrán combinando materiales y tecnologías que ya utilizaban los neandertales, sin necesidad de recipientes de materiales cerámicos ni de un control absolutamente preciso de la temperatura.

Flint flake 3 de Campitello (Italia). Crédito: P.P.A. Mazza et al. (2006).

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De nuevo, una presencia muy antigua de Homo sapiens en Europa

De nuevo, una presencia muy antigua de Homo sapiens en Europa

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Entre 1932 y 1938, en el yacimiento de Ilsenhöhle, en Ranis (Turingia, Alemania) se hallaron herramientas de piedra vinculadas a un periodo cultural de transición entre el Paleolítico medio y el Paleolítico superior conocido como Lincombiano-Ranisiano-Jerzmanowskiano (LRJ). Este tecnocomplejo se ha encontrado también por otros sitios del centro y noroeste de Europa, con distintas dataciones entre 44 y 41 ka. Aunque esta cultura se venía asociando (con dificultades) a la especie Homo neanderthalensis, basándose en su antigüedad, un nuevo trabajo ha resuelto muchas dudas a partir de los resultados de una nueva excavación en Ilsenhöhle que tuvo lugar entre 2016 y 2022.

Localización del yacimiento de Ilsenhöhle y área de hallazgo del tecnocomplejo LRJ: Crédito: La Vanguardia & Mylopotamitaki, D., Weiss, M., Fewlass, H. et al. (2024). Homo sapiens reached the higher latitudes of Europe by 45,000 years ago. Nature.

Mediante tres publicaciones, se analizan nuevas herramientas del LRJ, junto con restos óseos de reno, bisonte, rinoceronte lanudo, oso de las cavernas, hiena, glotón, zorro ártico, lobo y glotón, y un total de 13 fragmentos humanos, incluidos algunos de la excavación 1932-38. A partir del ADN mitocondrial recuperado de 11 fragmentos (7 de la excavación 1932-38 y 4 de la 2016-22), se ha conseguido determinar que estos restos son de H. sapiens. La datación molecular del material genético resulta entre 49-41 ka, consistente con la datación por radiocarbono de 47-42 ka de las capas sedimentarias de donde proceden. El material genético también ha permitido relacionar a este grupo con el individuo sapiens de Zlatý kůň (República Checa), de unos 45 ka, que por cierto tiene un 3% de rastro neandertal en su genoma (no se reporta rastro neandertal en los restos de Ranis). Sigue leyendo