El protagonismo de los cuidados en la evolución humana

El protagonismo de los cuidados en la evolución humana

¿Cuándo comenzamos a cuidarnos entre los humanos? ¿Cómo se encuadra este comportamiento en nuestra evolución? Los orígenes de los cuidados están estrechamente vinculados al desarrollo de comportamientos que consideramos emblemáticamente humanos: en particular, nuestra disposición a cooperar por un bien mayor y nuestras habilidades de organización social. Explorar cuándo y por qué surgió este rasgo es un reto apasionante, y debe hacernos reflexionar sobre el impacto que su estudio debe producir, y produce, en la ciencia y en la sociedad actual.

Conferencia impartida en la VI Jornada Nacional sobre Evolución y Neurociencias organizada por la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU y la Red de Salud Mental de Bizkaia (Bilbao, 26 abril 2024):

Conferencia El protagonismo de los cuidados en la evolución humana

 

El cuidado a los niños en la prehistoria: la población de Man Bac

El cuidado a los niños en la prehistoria: la población de Man Bac

[English version below]

El individuo 9 de Man Bac (M9) vivió hace unos 4000 años en el norte de la actual Vietnam. Era un hombre que murió a los 20-25 años; pertenecía a un grupo neolítico de pequeño tamaño que habitaba un entorno fluvial y costero. Su economía predominantemente era de caza y recolección, combinada con horticultura. Entre los restos de recursos alimenticios hallados, hay tanto acuáticos como terrestres, pero no hay rastro de consumo de arroz, a pesar de que sí se ha encontrado en otros sitios del delta del Río Rojo.

El cuerpo de M9 presentaba la fusión de las vértebras C1-T3, fusión de la articulación sacro-iliaca, atrofia ósea extrema, pero ninguna evidencia de traumas o infecciones. Padeció tetraplejia adquirida entre los 12-14 años, debida a una complicación congenital llamada Síndrome Klippel-Feil. Fue enterrado de forma distinta al resto de miembros del grupo, en posición flexionada N-S, mientras que lo normal en el grupo era supina E-O. También se hallaron dos vasijas asociadas al enterramiento.

Con esto, acabamos de resumir la primera etapa del método de la Bioarqueología del Cuidado, en la que hemos documentado los restos esqueletales, sus patologías, el tratamiento funerario, y el contexto ecológico y de modo de vida del grupo. Veremos que M9 es un sujeto idóneo para ilustrar este método en acción, y que aplicó en detalle Lorna Tilley (2015) para este esqueleto.

Seguimos con la segunda etapa, que corresponde a la identificación de los impactos clínicos y funcionales, y su severidad, que permiten evaluar la necesidad de cuidados que pudo requerir M9. Como características clínicas identificadas, M9 tuvo con certeza una parálisis parcial del tronco superior y parálisis completa del tronco inferior, tortícolis y osteoporosis; muy probablemente padecería otros síntomas ligados a su enfermedad, como el sistema inmunitario debilitado, disfunciones cardiovasculares, gastrointestinales y respiratorias, fallo renal y úlceras por presión, y posiblemente episodios de dolor y depresión. Los impactos funcionales de su inmovilidad eran notables, por la incapacidad absoluta para las actividades esenciales; de igual forma, en las actividades instrumentales sería incapaz de desarrollar cualquier actividad con demanda física. La supervivencia de unos 10 años con estos problemas derivados de su tetraplejia significa un caso claro de necesidad de cuidados.

¿De qué tipo serían esos cuidados? La tercera etapa del método consiste en esbozar el modelo de cuidados aportados a M9. Este se compondría, por una parte, de acciones de atención directa continua e intensiva (enfermería), la observación regular de su estado de salud, el cuidado de su higiene (limpieza de desechos, baño, protección del tegumento, etc.), su alimentación (tal vez incluyendo la preparación de una dieta especial, ocasional o frecuentemente), el mantenimiento de su hidratación y la regulación de su temperatura corporal, el masaje y la colocación postural para estimular funciones orgánicas y prevenir las úlceras por presión, y el tratamiento específico de éstas cuando aparecieran. Por otra parte, el grupo tendría que realizar un esfuerzo para involucrar al individuo en la actividad social, y superar el importante requerimiento psicológico de sus cuidados.

El sitio de Man Bac en la actualidad, señalando el lugar del yacimiento mencionado en el artículo. Crédito: Tilley y Oxenham (2011)

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Romito 2: un caso de enanismo en el Paleolítico superior estudiado con la Bioarqueología del Cuidado

Romito 2: un caso de enanismo en el Paleolítico superior estudiado con la Bioarqueología del Cuidado

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Romito 2 es el esqueleto de un individuo masculino que vivió hace unos 11.500 años en la región de Calabria, al sur de Italia. Su edad al morir era de 17-20 años. Fue mencionado inicialmente por Graziosi (1963) y Messeri (1966), pero su primer estudio en profundidad fue publicado por Frayer et al (1987) y Frayer et al (1988). Tilley (2015) analizó el individuo bajo el método de la Bioarqueología del Cuidado (BdC) aplicando la herramienta estructurada del Índice del Cuidado (Tilley y Cameron, 2014).

Este esqueleto se halló muy bien conservado (un 75%), y lo primero que llama la atención de él es la baja estatura, de 110-120 cm. Además, muestra distintas patologías, como la desproporción de sus extremidades y anomalías en los brazos, muñecas, manos, pies, vértebras y cráneo. La etiología de talla baja, macrocefalia y displasia ósea corresponden a una forma extrema de enanismo llamada displasia acromesomélica.

Su cuerpo formó parte de un enterramiento doble. Junto a él, se depositó también una mujer de 25-30 años (Romito 1), aparentemente con los brazos de él sobre ella. La estatura de la mujer Romito 1 era de 144 cm, y se trata de uno de los individuos más pequeños y gráciles del Paleolítico superior europeo. Aunque se ha propuesto un posible motivo ritual del enterramiento doble por la característica común del pequeño tamaño de ambos, esto no se puede determinar, ni tampoco un vínculo genético entre los dos. Asociado a Romito 2, se colocaron dos cuernos de uro (Bos primigenius), uno en la parte superior y otro en la parte inferior de su cuerpo.

Su contexto indica que estos individuos pertenecían a un grupo pequeño de cazadores-recolectores del Paleolítico superior que vivía en un terreno montañoso, en el cual tenía alta movilidad. Su dieta era abundante en carne, si bien también tenían episodios frecuentes de carencia nutricional.

Con esto, acabamos de resumir la primera etapa del método de la BdC, en la que hemos documentado los restos esqueletales, sus patologías, el tratamiento funerario, y el contexto ecológico y de modo de vida del grupo. La segunda etapa corresponde a la identificación de los impactos clínicos y funcionales, y su severidad, que permiten evaluar la necesidad de cuidados que pudo requerir Romito 2.

Los impactos clínicos ciertos que afectaron a Romito 2 fueron su enanismo extremo, la extensión limitada de los brazos (no podía doblarlos más de 130°), la limitación de la pronación y supinación de sus brazos, y la deformación de manos y pies. Muy probablemente, Romito 2 tuvo un retraso del desarrollo motor durante la infancia, carencia de movilidad y resistencia, y reducida capacidad de agarre y manipulación. Es probable además que sufriera momentos de dolor neuropático y complicaciones cardiovasculares, respiratorias y endocrinas.

Estos problemas no impedirían a Romito 2 realizar actividades esenciales diarias, como el acceso a alimentos y agua sin ayuda, comer y beber, gestionar su higiene personal, manipular objetos, y la movilidad en distancias cortas. Sin embargo, tendría restricciones para llevar a cabo ciertas actividades instrumentales, demandas básicas del modo de vida de su grupo como la participación en algunas tareas económicas (caza) y domésticas (trabajo sobre piedra, hueso y madera), la movilidad en los terrenos difíciles donde vivían, y tal vez el aprendizaje y aplicación del conocimiento. Por tanto, en aquel grupo claramente existió una necesidad de cuidados a Romito 2.

¿De qué tipo serían esos cuidados? La tercera etapa del método consiste en esbozar el modelo de cuidados aportados al individuo. Probablemente Romito 2 no requeriría acciones de ayuda directa, pero sí una adaptación del grupo a los problemas que podría tener en su desarrollo, movilidad y participación en las actividades económicas y sociales. Es posible que se necesitara extender la crianza en el periodo inicial de su infancia, para compensar los retrasos en el desarrollo motor. Superada la infancia, el grupo aceptó las diferencias funcionales físicas del individuo y se ajustó a ellos, revisando las expectativas ordinarias de un miembro del grupo. Las evidencias de su dieta, la misma que el resto del grupo, y las características de su enterramiento indican una plena inclusión social. Es también posible que el grupo buscara la posible adopción de estrategias alternativas para la participación del individuo en sus actividades económicas, tales como buscar plantas o leña.

Con todo ello, llegamos a la cuarta y última etapa. ¿Cuál es la interpretación que podemos realizar de los cuidados que recibió Romito 2, bajo las perspectivas grupal e individual? Por una parte, en un grupo pequeño con economía de subsistencia, mantener a un individuo incapaz de contribuir por igual está expresando una cohesión interna, y capacidad y disposición para gestionar la asignación de tareas y los recursos escasos. Por otra parte, es improbable que el enanismo se conociera anteriormente, así que la «aceptación de la diferencia» sugiere una flexibilidad social y cognitiva del grupo, donde todos los miembros del grupo son parte de un todo indivisible, y las diferencias individuales son secundarias. Para el individuo, los constantes retos físicos que afrontó en un entorno vital tan duro, sugieren una notable resiliencia.

Bioarqueología del Cuidado

La BdC es una línea de trabajo que aborda la identificación y análisis de evidencias de discapacidad y de cuidados entre humanos en el pasado, a partir de los indicadores físicos de los restos de individuos que sugieren un periodo de supervivencia con patologías graves y/o limitantes funcionalmente. Junto con los contextos cultural, social y ecológico de dichos individuos, permite inferir aspectos de un comportamiento notablemente vinculado a los seres humanos como es el cuidado, así como de las habilidades sociales que emplearon en su grupo para adaptarse a aquella situación. Sigue leyendo

Vídeo de la conferencia «La bioarqueología del cuidado» en el MNCN

Vídeo de la conferencia «La bioarqueología del cuidado» en el MNCN

La investigación en la bioarqueología del cuidado identifica y analiza evidencias de discapacidad y cuidados relacionados con la salud en el pasado, a partir de los indicadores físicos de los restos humanos que sugieren un periodo de supervivencia con patologías graves y/o limitantes funcionalmente. Para ello se ha creado una metodología multidisciplinar, contextualizada y basada en casos de estudio. En esta conferencia, impartida en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (Madrid) el 16 de mayo de 2023, se exponen los siguientes contenidos:

6:30 Antecedentes

11:35 Explicación de la metodología con tres casos de estudio: Romito 2 (Italia), Man Bac 9 (Vietnam), Niño de Nasca (Perú)

40:00 Identificación de patrones evolutivos: consistencia y refuerzo de los cuidados

52:05 Creación de un grupo de investigación en idioma español

56:05 Líneas potenciales de desarrollo en este ámbito

1:03:45 Turno de preguntas

Grupo de investigación sobre la Bioarqueología del Cuidado

Grupo de investigación sobre la Bioarqueología del Cuidado

A finales de 2022 se creó un grupo de investigación en idioma español sobre la Bioarqueología del Cuidado (BdC). Esta línea de trabajo abarca la identificación y análisis de evidencias de discapacidad y de cuidados entre humanos en el pasado, a partir de los indicadores físicos de los restos de individuos que sugieren un periodo de supervivencia con patologías graves y/o limitantes funcionalmente. La descripción y la interpretación científica de los problemas de aquellos sujetos que recibieron distintos tipos de asistencia por parte de su grupo, así como el entendimiento de sus contextos cultural, social y ecológico, permiten inferir aspectos de un comportamiento notablemente vinculado a los seres humanos como es el cuidado, así como de las habilidades sociales que emplearon en su grupo para adaptarse a aquella situación.

¿Qué nos mueve a investigar sobre este apasionante tema?

En cualquier cultura, la decisión de prestar cuidados, la decisión de aceptarlos y la forma que adoptan estos cuidados pueden proporcionar una ventana a conocer los valores, creencias, conocimientos, habilidades, y la organización social y económica de todos los implicados, ya sea directa o indirectamente. La bioarqueología del cuidado examina aspectos de las vidas y de los modos de vida de los que cuidaron y de los que fueron cuidados, que de otro modo podrían permanecer invisibles.

¿Qué objetivos tiene el grupo BdC?

  • Crear consciencia y difusión entre la comunidad científica hispanohablante sobre la metodología de la Bioarqueología del Cuidado y sobre los casos estudiados.
  • Promover la identificación de nuevos casos de estudio, y la revisión bajo este método de casos anteriores.
  • Ayudar a delimitar qué requiere el cuidado, incluyendo su aproximación como actitud y conducta moral, así como sus precedentes proto-morales.
  • Organizar conferencias y foros de discusión sobre la materia.
  • Divulgar y facilitar materiales, presentaciones y bibliografía.
  • Ayudar a difundir la Bioarqueología del Cuidado entre el público general hispanohablante.

Para ello, este grupo actualmente reúne a siete investigadores especialistas desde distintos campos (antropología, arqueología, filosofía), otorgándole un carácter transdisciplinar que aporta riqueza al estudio: Roberto Sáez, Carmen Velayos, Gustavo Candela, Javier Romero, Paola Barrio, Alejandro León y Juan Fernández.

Los miembros del grupo BdC suman un numeroso conjunto de trabajos en esta línea, algunos de los cuales se listan en las referencias al final. Adicionalmente, Lorna Tilley aporta al grupo la discusión sobre el Índice del Cuidado y la Bioarqueología del Cuidado, así como ideas para trabajar nuevos desarrollos en este ámbito. Adicionalmente, han tenido colaboraciones ocasionales con el grupo Antoni Gomila y Josefa Ros Velasco.

¿En qué estamos trabajando?

Algunos temas significativos que el grupo viene trabajando desde su fundación son los siguientes:

  • Definición de conceptos (cuidado, ayuda, compasión…) y perímetro de estudio.
  • Casos de estudio individuales que marcan los orígenes más nítidos de la prestación de cuidados entre humanos.
  • Discusión sobre tipos de patologías que expresan potenciales cuidados, y grado de necesidad real de cuidado implicado en ellas.
  • Posibles causas del origen de este comportamiento: recurrencia, costumbre, presión social, normatividad…
  • Reflexión sobre necesidades de cuidados y/o muestras de apego. Vinculación con la capacidad de decisión.
  • Asociación de las relaciones sociales con el desarrollo de la cognición y del lenguaje.
  • Relación con la empatía. Evolución de diferentes tipos de empatía.
  • Formas precursoras de este tipo de comportamientos en otros animales.

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