Conferencia: De diosas a invisibles. El papel de la mujer en la evolución humana

En esta conferencia queremos reflexionar sobre las mujeres en el periodo más largo y remoto de la historia de la humanidad, explorando sus actividades económicas cotidianas, la socialización, la maternidad. Queremos plantear cuestiones sobre el papel de las mujeres en diferentes sociedades del pasado y actuales. Y digo diferentes porque, al igual que los roles de las mujeres varía mucho en la actualidad según la sociedad que consideremos, es probable que lo mismo sucediera en las sociedades del pasado, o incluso con mayores diferencias.

Acercarnos a las evolución del rol de las mujeres desde la Prehistoria, y conocer su importancia en la construcción de nuestras sociedades, debe ayudar a hacernos ver que la historia se construye con mujeres y hombres, con seres humanos que buscaron la mejor manera de sobrevivir como especie.

Durante décadas las mujeres en la Prehistoria han sido relegadas a un segundo plano, pero fruto solo de una visión androcéntrica de la historia. Sin embargo, la etnografía muestra como las mujeres de sociedades cazadoras-recolectoras o agrícolas actuales son tan necesarias como los hombres para que el grupo se mantenga, aportan lo mismo que ellos a la economía y, además, no se sienten oprimidas, subordinadas ni explotadas. Y las evidencias arqueológicas y la combinación de diferentes especialidades científicas, nos llevan a pensar que en la Prehistoria ocurrió lo mismo.

Pero solo a partir de los años 1980 existe un interés hacia el estudio de la llamada Arqueología de género, con origen principalmente en los países escandinavos y anglosajones, y protagonizado fundamentalmente por mujeres que pusieron de manifiesto la relación entre su investigación y sus experiencias personales. Poco a poco los estudios fruto de este movimiento se fueron multiplicando y enriqueciendo con otras especialidades, como la Antropología social y cultural.

Presentación

Cazar y recolectar

Comenzamos este viaje donde lo dejamos en la anterior conferencia (accesible aquí). Nuestra especie Homo sapiens ya se ha extendido de forma notable por África y Eurasia, conformando sociedades cazadoras-recolectoras-pescadoras.

Históricamente se ha vinculado a las mujeres de la Prehistoria al espacio de hábitat, a la preparación de recursos y al procesado de los alimentos: raspar la piel, elaborar prendas de vestir, hervir, asar, ahumar… Pero además de todo esto, como el resto de los miembros del grupo, las mujeres también se ocupaban de conseguir parte de esos recursos, cazando, pescando, recolectando y aportando agua o leña. Todos los trabajos son importantes para la supervivencia: ocuparse de las hogueras, almacenar correctamente los alimentos o eliminar la basura.

El uso del fuego marcó un antes y un después en la evolución humana. Desde el aprendizaje de las técnicas de encendido hasta la fundición del metal, el fuego interviene en todos los procesos técnicos que suponen una mejora de las condiciones de vida para los humanos.

A las mujeres también se las ha asociado al fuego, tanto al ritual como al cotidiano, el del hogar y el del cocinado. Ejemplos documentados muestran un fuego que permitiría el reposo, y que requería de un conocimiento adecuado para su producción y mantenimiento. Pero no solemos encontrar ilustraciones o textos asociando a las mujeres con la invención o aprovechamiento óptimo del mismo.

 

Las primeras imágenes de la mujer

Hace 30.000 años comenzaron a trazarse siluetas femeninas en las paredes de las cuevas, con distintas técnicas:  pintura en Chauvet, bajorrelieve en Laussel o incisiones en la roca de Roc-aux-Sorciers. Todas ellas tienen como objeto la intimidad de la mujer: su sexo.

Y hace más de 30.000 años, desde Siberia hasta la cornisa cantábrica aparecen figuritas femeninas hechas sobre piedra o colmillo de mamut. Las teorías sobre su significado son numerosas: venus, diosa madre, matriarcado, símbolo de fertilidad, o simplemente representación de la mujer.

En el Neolítico encontramos las primeras evidencias de que las mujeres contribuyen por igual al sostenimiento, supervivencia y desarrollo del grupo. Las primeras sociedades agrícolas también representan a la mujer con figuritas de piedra o barro cocido por todo el Mediterráneo oriental: Oriente Próximo, Creta, Grecia, Chipre, Balcanes… Y en la Península Ibérica tenemos el Arte Rupestre Levantino hace 7.000 años donde las mujeres aparecen representadas como figuras de estilo naturalista en rojo, realizando actividades de caza, siembra, recolección o amamantando.

 

Enterramientos

Hace más de 100.000 años que tenemos evidencia extendida de enterramientos humanos con símbolos rituales: flores, adornos de conchas o huesos, etc: La Ferrassie (Francia) hace 50.000 años, Sungir (Rusia) hace 25.000 años, o una mujer enterrada con un bebé de unos 20 días en Cromagnon (Francia).

A los ajuares funerarios se les ha dado en ocasiones una interpretación sexista, pero realmente no hay una correlación entre objetos (puntas de flecha, molino, collares…) y el sexo de los restos óseos asociados a ellos.

Hace 26.000 años, enterraron en Dolní-Věstonice (actual República Checa) a tres humanos que tenían entre 17 y 23 años:

  • Los laterales eran hombres y el cuerpo central siempre se había pensado que era una mujer que no había parido nunca, aunque un estudio molecular de 2016 sugiere que podría ser también un hombre.
  • La mano del individuo de la izquierda está colocada sobre la zona púbica del central, y le giraron todo el cuerpo para enterrarlo mirando hacia él (o ella). Pero el brazo de este individuo central está enganchado al de la derecha, como si existiera una relación establecida entre ellos.
  • Al de la izquierda le clavaron una estaca en los genitales y el de la derecha tiene un cuchillo de sílex apuntando hacia la zona púbica del central.
  • Se echó polvo de ocre sobre las tres cabezas y sobre la zona púbica del central.
  • Todos murieron repentinamente y fueron enterrados pocas horas después.

¿Corresponde a un crimen pasional? ¿Fueron ejecutados por trasgredir las leyes sexuales? Se sabe que en el Paleolítico, los pueblos en esa zona vivían en grupos pequeños y estables, y podrían tener unas 30 personas. Dedicaban el tiempo a cazar y a buscar comida y por la noche dormían en tiendas junto a hogueras de carbón. Llevaban ropa, esculpían herramientas y se trasladaban con las estaciones y la caza.

Varias veces al año se reunían con grupos para intercambiar noticias y comerciar. La colina en la que se realizó el triple enterramiento era uno de los puntos de encuentro más populares de Europa. Las tribus se congregaban aquí, y aunque tenían hábitos y dialectos diferentes se reunían para hablar, comerciar y conocerse.

Hasta entonces, cuando los grupos eran pequeños y estaban estrechamente unidos, no se necesitaban normas, pero cuando las tribus empezaron a mezclarse, todo se pudo complicar. El éxito de estas reuniones acabo en cierto modo perjudicando a las tribus, ya que cuantos más pueblos se congregaban, más se podía debilitar la estabilidad social y sexual de cada uno en particular. Cada vez eran más los candidatos, y más las oportunidades de tener relaciones sexuales. Por eso con estas agrupaciones a gran escala, podrían haber surgido ciertas normas sobre el sexo. En este contexto, un lugar con un grupo de 100 o 200 personas conviviendo, es donde encontramos este enigmático enterramiento, tal vez debido a la violación de alguna norma sexual.

 

El Neolítico

Un periodo clave fue cuando nuestros ancestros dejaron de ser cazadores-recolectores y vivieron un cambio de modelo económico tremendo, con la introducción de la agricultura, la ganadería y la organización en asentamientos cada vez mayores. Esto tuvo un especial impacto en la diferenciación social basada en el género.

Analicemos cómo surgió esta diferenciación social, recorriendo varios ejemplos de sociedades desde aquella época hasta las principales civilizaciones de nuestra Historia.

 

Çatalhöyük (8000-5700 a.C., actual Turquía)

Una de las primeras ciudades, que llegó a alcanzar 13 hectáreas y una población de 5.000-8.000 personas. En esta sociedad se conocían métodos que permitían a las mujeres tener más hijos: la domesticación de animales supuso un suministro constante de leche que, usada para cocinar gachas, podía utilizarse para alimentar a los bebes. Así las mujeres podían dejar antes la lactancia y volver a procrear.

Los restos óseos femeninos manifiestan heridas diferentes a las de los hombres: calcificaciones en sus dedos pulgares, y rodillas y caderas atrofiadas, que indican extenuantes trabajos en posición postrada. Un ejemplo de estas tareas es precisamente la molienda del grano para hacer gachas: los dedos pulgares del pie de las mujeres estaban deformados dibujando un ángulo recto a causa de la posición al moler el grano, perdiendo el cartílago que con el tiempo se convertiría en hueso, lo que debía ser muy doloroso.

 

Edad del Bronce

El poblado de los Castillejos (Montefrío, Granada), 3000 a.C.

En este yacimiento se ha intentado demostrar que las mujeres participaron en la fabricación de los útiles, en contra de la interpretación de que fue una tarea exclusiva de los hombres por su uso para la caza, donde ellos tendrían un rol más protagonista.

Sin embargo, esa tesis nunca se ha demostrado sino que, de hecho, la gran mayoría de la tipología lítica está dedicada no a la caza, sino al trabajo de la madera, pieles y cerámica, y la producción de alimentos y recolección, tareas donde la mujer sin duda hemos visto que sí tenía un rol igualmente protagonista, tanto en la Prehistoria como en sociedades cazadoras-recolectoras actuales.

Y en el poblado de los Castillejos existían espacios compartidos en que ambos sexos realizaban tareas de igual importancia para el desarrollo del grupo. Podemos analizar el rol de la mujer según tres dimensiones de la industria lítica:

  • Obtención de la materia prima: en las áreas más próximas al asentamiento es donde se encuentran las materias primas de la mayor parte de los útiles líticos, lo que refuerza la idea de que las mujeres se ocupaban de fabricar determinados útiles de piedra.
  • Grado de preparación de los útiles: no se ha encontrado ninguna evidencia en este yacimiento. Solemos arrastrar una visión tradicional de considerar a los hombres como los que preparaban las herramientas que requerían mayor fuerza y habilidad, pero algunos ejemplos etnográficos (Australia, Nueva Guinea) desmienten dicha interpretación.
  • Contexto de preparación y uso de los útiles: la cantidad de útiles líticos, las estructuras de combustión, restos de fauna y marcas de corte, evidencian que este asentamiento tuvo un uso importante de preparación de alimentos. Según los contextos etnográficos, la mujeres se encarga de preparar y servir los alimentos, por ello se asocia al género femenino la existencia de hogares y equipamientos de cocina y desechos. Pues bien, hemos visto que en esta zona de mantenimiento las mujeres también se encargaban de la producción de líticos, y por tanto es obvio que ello supondría también su uso.

La mujer, además de combinar estas tareas, también se encargaba del cuidado de los niños y del proceso de aprendizaje.

 

La mujer en las grandes civilizaciones clásicas

Egipcios (3100-31 a.C.) Griegos (1200-146 a.C.)
•       Status = Complemento al varón

•       Ante la ley: iguales

•       Dueña de la casa. Los niños son muy importantes en la sociedad

•       ¿Herencia propia?

•       En literatura: caprichosa, poco fiable, origen de desgracias

•       Algunos negocios propios: médicos

•       Reinas-faraonas (Hatshepsut, Cleopatra VII) y grandes esposas reales (Nefertari – Ramsés II, Nefertiti – Amenhotep IV)

•       Status = Menor de edad eterno

•       Ante la ley. Sin derechos jurídicos ni políticos. Autoridad tutor (padre, marido, hijo si viuda)

•       INVISIBILIDAD SOCIAL. Patriarcal. Su existencia tiene sentido para el matrimonio

•       Herencia del varón

•       En literatura: Tales de Mileto “tres razones para dar gracias a los dioses: soy humano y no animal; hombre y no mujer; griego y no bárbaro”

•       Época helenística (343-146 a.C.): grandes mujeres, reinas (Berenice, Arsínoe). Comienzo decadencia y destrucción 

 

Ampurias (Gerona), siglos V-III a.C.

La cultura griega tiene una gran paradoja: la invisibilidad social de la mujer, sumisa, oculta y negada en el orden político, en contraste con su omnipresencia en la iconografía. La colonia griega de Ampurias (Emporion) tuvo su mayor esplendor entre los siglos V y III a.C. La cantidad y variedad de los objetos arqueológicos encontrados allí es enorme. Muchos de ellos, por ejemplo vasos o jarras para servir (enócoes) tienen escenas donde la mujer se representa y permite interpretar los posibles roles de las mujeres en la sociedad griega de aquella zona:

  • Vasos en forma de cabeza femenina, posiblemente representando los propios rituales de libación, donde la mujer tendría ese rol social.
  • Escenas de una o varias mujeres realizando labores de la vida doméstica, o contemplando algún objeto de su ajuar personal.
  • Escena musical con mujeres, práctica que se sabe que correspondía a mujeres honestas o de familias nobles.
  • Escenas relacionadas con el ritual de la boda y persecuciones eróticas, donde suele aparecer Eros representado como un adolescente que lleva presentes a la mujer.
  • En cambio, son muy pocas las representaciones de la mujer en rituales religiosos, y de difícil interpretación.

 

Castros prerromanos

La Corona de Corporales y El Castrelín de San Juan de Paluezas (Las Médulas, León), mediados del s. I a.C.

En este asentamiento cada vivienda era una unidad de producción, con su propio hórreo o almacén. El trabajo de campo era el habitual en la mayoría de las familias, mientras que el resto de necesidades de la comunidad se cubría con producción realizada en el propio castro:

  • Las evidencias arqueológicas no reflejan ninguna desigualdad social entre hombres y mujeres en el desarrollo de las actividades agrícolas. Ambos constituirían la unidad familiar encargada de producir y de consumir lo que produce.
  • Tampoco en las actividades ganaderas existen indicios de desigualdad. Estas tareas tenían lugar dentro de las unidades domésticas y su división se haría por unidades familiares, de forma complementaria y permitiendo la autosuficiencia del poblado. Por tanto las tareas cotidianas quedaban dentro del ámbito de la mujer, que sería coprotagonista en todas ellas.

La mujer aparece como una importante referencia en la propiedad y el uso de la tierra en la economía castreña:

  • El historiador griego Estrabón dice “son las mujeres o las hijas las que heredan”. Algunos autores lo interpretan como una herencia femenina asociada a la existencia del matriarcado en sociedades de base gentilicia.
  • El historiador y gobernador romano Tácito escribe que la mujer germana recibía unos bienes como dote, los regalaba al marido y transmitía a los hijos, y se trataban de objetos relacionados con el aspecto guerrero de la sociedad.
  • En todo caso, la tierra era usufructuada por la unidad familiar de producción, lo cual se evidencia en la existencia de almacenes privados.

Por último, otras referencias a la participación de la mujer en la sociedad castreña son las siguientes:

  • En el procesamiento del metal para realizar los trabajos de orfebrería, muy importantes en la economía castreña.
  • En la “Geografía” de Estrabón, de esta forma: “Se han visto y se han contado muchas otras cosas de todos los pueblos de Iberia en general, pero especialmente de los del Norte, relativas no sólo a su valor, sino también a una crueldad y falta de cordura bestiales. Por ejemplo, en la guerra de los cántabros, unas madres mataron a sus hijos antes de ser hechas prisioneras”. Estos rasgos son comunes también a las tribus célticas, tracias y escitas: las mujeres trabajaban la tierra y frecuentemente daban a luz durante esas tareas, y entonces se acercaban al arroyo más cercano para lavar al niño.

 

Los metales

Un paso importante en el cambio del sistema económico del Neolítico fue el inicio de la metalurgia. Tradicionalmente la asociación masculino-metalurgia es clara. ¿Puede ponerse en duda? El proceso de producción de los metales es amplio y abarca la extracción del mineral, su tratamiento, la producción de moldes cerámicos, el vertido del mineral fundido en los moldes, etc. ¿Hasta qué punto podemos saber si las mujeres participaron en los distintos subprocesos?

Los antecedentes actuales en principio no parecen apoyar la igualdad de género: todas las sociedades actuales del África subsahariana documentadas etnográficamente, se caracterizan por excluir a las mujeres del trabajo del metal, que además tiene una fuerte carga ritual:

  • En los pueblos Fipa y Pangwa (Tanzania) los maestros fundidores son además protagonistas de ceremonias con danzas, sacrificios de animales, rezos… y al horno se le da una identidad femenina, ya que consideran al proceso de producción metalúrgica un acto de procreación.
  • Los Batshokwe (República Democrática del Congo) usan el mismo vocablo para denominar el orificio de salida del metal del horno que para describir el canal del parto de una madre al dar a luz.
  • Los hornos de los Pangwa (Malawi) y de otros pueblos se construyen o adornan con senos, piernas, cordones umbilicales, escarificaciones…

Esto implica que, además de que consideran el trabajo del metal excluyente del doméstico, asignado a las mujeres, estas sufren tabúes sobre el acceso a los ritos e incluso la prohibición de relaciones sexuales durante los trabajos de fundición. Sin embargo, las mujeres sí participan en otras tareas relacionadas con el proceso:

  • Llevan el mineral parcialmente procesado al lugar de fundición.
  • Participan en el moldeado de la arcilla para construir los hornos.
  • Son mineras y porteadoras.
  • Preparan el alimento durante la fundición y lo acercan a algún lugar acordado como libre de la prohibición de acceso.
  • En algunos pueblos como los Toro en Uganda, hay mujeres médium que hacen rituales para agradecer los minerales encontrados.

Pero estos tabúes, símbolos, rituales y mitos, que asocian los procesos productivos con la fertilidad y la procreación humana, pueden remontarse a varios milenios de antigüedad y, en definitiva, apartan a la mujer del resultado final y asegura al hombre el control primario sobre el producto. Por ejemplo, en un yacimiento datado del siglo VI a.C. en Kabuye (Ruanda), se ha encontrado un horno y una olla con una decoración muy profusa como en los rituales que vemos en nuestros días.

Hay evidencias que apuntan en otros sentidos. En la Edad del Bronce europea los procesos metalúrgicos formaban parte del espacio doméstico, por lo que la participación de la mujer se sugiere más probable.

Recordemos la importancia de la innovación tecnológica que supuso la metalurgia. El conocimiento de los recursos, la habilidad en la técnica, la organización de la producción, el rango de nuevos productos y actividades… En definitiva, el control de la producción del metal por parte de grupos sociales cada vez más reducidos cambió las estructuras sociales.

Algunos autores sostienen que este cambio potenció también las diferencias sociales entre hombres y mujeres. Pero hay evidencias de enterramientos de mujeres con ajuares extremadamente ricos. Probablemente no sepamos encontrar una respuesta general, sino que depende más bien del grado de integración de las mujeres en los aspectos sociales y materiales de cada una de las fases de la tecnología del metal.

Por ejemplo, en el yacimiento de Peñalosa (Baños de la Encina, Jaén) se sugiere la intervención de la mujer en el proceso metalúrgico a través de distintas hipótesis:

  • La mujer participaría en la fabricación de los recipientes cerámicos necesarios para la manufactura del metal: crisoles, moldes y piezas auxiliares, molinos.
  • Los espacios destinados a la metalurgia no están diferenciados del resto de actividades domésticas. En todas las áreas se hallan materiales vinculados a la metalurgia. La excepción es la fase de reducción del mineral en el crisol, para facilitar la eliminación de gases tóxicos. Por otra parte, el proceso metalúrgico del cobre por su complejidad requería áreas separadas, lo cual dio lugar a especialistas en cada fase del proceso.
  • Los útiles auxiliares (punzones, puntas, puñales, lingotes…) fueron usados por mujeres y, como usuarias expertas, influirían en determinadas innovaciones tanto morfológicas como tecnológicas.
  • La metalurgia es una actividad cotidiana e intensiva en este sitio, en contraste con otros donde el metal llegaba de otras zonas en forma de lingotes o útiles acabados gracias al intercambio. Por tanto, sus características de organización de la producción indican que las mujeres estarían plenamente incluidas en el proceso metalúrgico.

 

Las mujeres romanas (27 a.C.-476 d.C.)

La mujer ocupó un lugar destacado en la Antigua Roma, en comparación con otras sociedades antiguas.

  • La mujer encarna principios positivos como la fertilidad, la prosperidad, la creación o el destino.
  • Sin embargo, con independencia de su ocupación social, matrona o prostituta, sacerdotisa o emperatriz, era considerada inferior según las leyes y permanecía siempre como una menor, es decir, jurídicamente igual que los niños.
  • Dependía de la autoridad de su padre y, si contraía matrimonio, de la de su esposo.
  • Las figuras femeninas proliferan sobre todo en los ámbitos domésticos: en los muros, cerámica, pintura, joyas, estatuaria y objetos familiares.

Sin embargo, con el avance del imperio en el principio de nuestra era, comienzan a evidenciarse algunas superaciones del rol tradicional que le había sido impuesto, y comparte en ocasiones con los hombres el cambio de mentalidad en una sociedad romana más individualista, en la que hombres y mujeres compartían deseos y poder.

A la mujer se la relaciona con la mitología, la religión y la fuerza materna, pero también con la seducción y el exceso.

  • Desde las musas inspiradoras del espíritu hasta las centauras atractivas y poderosas, que esconden peligros y amenazas.
  • O desde los distintos modelos de Venus, a quienes se encomendaban los jefes militares, a las terribles amazonas, quienes mutilaban o mataban a los hijos varones y sólo conservaban a las hembras, extirpándoles un pecho para que pudiesen disparar mejor con el arco.

 

Las vikingas (siglos VIII-XI)

Los vikingos ocupan un lugar especial en el folclore como los guerreros varoniles que aterrorizaron las costas de Francia, Inglaterra y Alemania durante tres siglos. Sin embargo, eran mucho más que piratas y salteadores. Establecieron extensas rutas comerciales, se acercaron o alcanzaron las orillas de la América actual, colonizaron nuevas tierras e incluso fundaron la moderna ciudad de Dublín, que ellos llamaron Dyfflin.

En las incursiones vikingas, protagonizadas por una flota de largas embarcaciones saqueando, probablemente no cabrían las familias. Pero cuando estas actividades empezaran a convertirse en algo permanente, llegaría un momento en que las familias harían el viaje y permanecerían en los campamentos. Los estudios genéticos entre individuos escandinavos, escoceses, irlandeses, ingleses, galeses e islandeses, soportan esta teoría.

La vikinga era una sociedad avanzada para su época. Las mujeres seguramente ejercían ciertos roles y derechos que no llegarían a otras sociedades occidentales hasta unos siglos más tarde. Eran madres, granjeras, guerreras y colonizadoras.

 

¿Con qué ideas nos quedamos?

¿Cómo explicar este profundo cambio? Debemos acudir a la Antropología social y cultural para completar los estudios de la Arqueología de género. Podemos observar que los hombres han ido modificando su identidad correlativamente al aumento de la complejidad socio-económica: la identidad masculina se ha ido individualizando, pero las mujeres no han experimentado la misma transformación hasta la modernidad.

La identidad permite formarse una idea de lo que es el mundo y de su relación con ese mundo para sentirse más seguro. Y los que nacen en un grupo de cazadores-recolectores heredan una manera de entender el mundo y los demás muy distinta a los que nacen en una sociedad occidental cibernética y capitalista.

  • Cuando la diferenciación de posiciones sociales es reducida como en los cazadores-recolectores, los individuos no tienen la sensación de que son muy diferentes entre sí. Y realmente no hay diferencias por posiciones económicas, porque no hay acumulación de capital o recursos, no hay división de funciones o es mínima, y no hay diferencias por jerarquía o poder social. Cada persona se siente parecida y vinculada al resto, y esto se refleja por ejemplo en el uso de adornos y signos comunes que les produce seguridad social y emocional.
  • Hemos visto que la identidad individual fue apareciendo en todos los grandes imperios de la Antigüedad Clásica (Grecia, Roma), pero muy orientada a la diferenciación de los grupos dirigentes, y no tanto a una forma de identidad gradual que se va concretando poco a poco en todos los miembros del grupo social, hasta llegar a tener una “sociedad de individuos”.
  • ¿Cómo se explica ese proceso gradual? Posiblemente está ligado a un comienzo de la mayor utilización de sistemas abstractos, que representan el mundo a través de signos. Con ello se transforma la relación con el mundo: pasa de ser una relación natural e íntima con el mundo, a una observación que lo separa emocionalmente de él. Esta individualización es incluso física, a través de la lectura y la escritura en vez de la comunicación oral y directa con el resto de miembros del grupo.

Las mujeres no han ocupado posiciones especializadas ni de poder en el grupo social hasta la modernidad. Estaban vinculadas a los espacios domésticos mucho más que los hombres. ¿A qué se debe esta diferencia en sus trayectorias?

  • Algunos autores ven una apropiación del trabajo y la producción de la mujer de forma coercitiva a partir del Neolítico. Pero es cuestionable qué fuerza tendrían los hombres para poder establecer una relación de poder desigual con las mujeres, y por qué las mujeres dejaron que ocurriera ese primer momento de explotación. Cabe esperar que ese no fue el mecanismo por el que se instaló la relación desigual de género en todas y cada una de las sociedades conocidas porque, al principio del proceso, la división de tareas no implicaba una coerción. Cuando la complejidad socio-económica es relativamente reducida, no existe una relación de género de explotación o subordinación.
  • Las primeras diferencias pueden tener una relación con la maternidad y, en concreto, con la diferencia de movilidad que implica. Paulatinamente fue creciendo la necesidad de confiar una gran parte de la supervivencia del grupo a los hombres, que tenían una movilidad mayor y ampliaban el perímetro de su conocimiento del mundo. Esta diferencia era en beneficio del grupo, y sería mínima al principio pero aumentaría, también por cambios sociales y económicos que traían nuevas necesidades de tareas especializadas, intercambios comerciales, y por supuesto de expansión, defensa y guerra.
  • Los hombres tenían más protagonismo en la especialización de las tareas, la división de funciones, la diferencia frente a los demás, y comienzan a sentirse amenazados por otros semejantes. Van cambiando y tomando decisiones que provocan conflictos y retos, cuya consecución les hace sentir poder sobre el mundo. Comienzan a tener una identidad individualizada que les hace sentir poder sobre el mundo.
  • Los hombres comenzaron a tener una menor identificación emocional con el mundo que les rodeaba que las mujeres. La percepción de poder provocaba una desconexión emocional. Pero las mujeres seguían manteniendo un intenso vínculo emocional con ellos y con la sociedad. Recordemos que buena parte de los vínculos que más generaban los núcleos sociales más próximos, eran creados por las mujeres.
  • De esta forma, los hombres iban teniendo cubierta su relación emocional con la sociedad, al tiempo que avanzaban en el proceso de individualización y control material, diversificando sus funciones y posiciones sociales, pero se iban haciendo más dependientes de la asistencia emocional de las mujeres. Esto terminó llegando a un punto de ruptura y al inicio de sistemas opresivos para frenar la individualización de las mujeres, proceso que sería ya mucho más lento y difícil que el de los hombres.
  • Esto comenzó en una sociedad compleja que contaba ya con un fuerte desarrollo de la escritura. El mundo deja de estar dominado por fenómenos naturales, los comportamientos humanos dejan de estar obligados a adaptarse a ellos. Ahora todo puede describirse con leyes que, a partir de entonces, permiten controlar el mundo y los fenómenos naturales. Pues bien, la individualización y las posiciones de poder harán necesitar más que nunca que las mujeres no se individualicen.
  • Y esto es lo que ya veíamos en la Antigüedad Clásica, o en la mayor parte de las superestructuras de los grandes imperios, o en algunas sociedades actuales donde hay una gran diferencia entre la individualización de los hombres y la de las mujeres. Un gran empeño en todas esas sociedades es que las mujeres no se alfabeticen, porque ello supone un riesgo para unos hombres que han ido construyendo su individualidad dependiendo del soporte emocional de las mujeres a lo largo de la historia.

 

BIBLIOGRAFÍA

BERMÚDEZ DE CASTRO, J.M.: Un viaje por la Prehistoria. Ediciones Akal, 2013

FALCÓ MARTÍ, R.: La arqueología del género. Espacios de mujeres, mujeres con espacio. Cuadernos de trabajos de investigación, Universitat d’Alacant, 2003

HERNÁNDO GONZALO, A.: Mujeres y Prehistoria: En torno a la cuestión del origen del patriarcado. Departamento de Prehistoria y Arqueología, Universidad de Granada, 2005

SÁNCHEZ ROMERO, M., MORENO ONORATO, A.: Mujeres y producción metalúrgica en la Prehistoria: el caso de Peñalosa (Baños de la Encina, Jaén). Departamento de Prehistoria y Arqueología, Universidad de Granada, 2004

Las mujeres en la Prehistoria. Guía didáctica. Museu de Prehistòria de València, 2006

 

REFERENCIAS WEB

Debatiendo sobre la biología social de Homo sapiens http://reflexiones-de-un-primate.blogs.quo.es/2015/11/19/debatiendo-sobre-la-biologia-social-de-homo-sapiens/

El enterramiento de Dolní Vestonice http://tichuma10.pbworks.com/w/page/40359628/El%20enterramiento%20de%20Doln%C3%AD%20Vestonice

El papel de la mujer en las colonizaciones vikingas http://losportadoresdelaantorcha.com/httplosportadoresdelaantorcha-com634-2-%e2%80%8e

Igualdad de sexos en la Prehistoria http://www.eldragondehipatia.com/articulos/igualdad-de-sexos-en-la-prehistoria/

La misteriosa civilización de Çatal Hüyük https://oldcivilizations.wordpress.com/2011/07/30/la-misteriosa-civilizacion-de-catal-huyuk/

¿La primera infidelidad documentada de la historia? http://historsex.blogspot.com.es/2014/04/la-primera-infidelidad-documentada-de.html

Las mujeres del Arte Levantino http://www.diegosalvador.com/Prehistoria_mujeres_arte_levantino.htm

Los artistas prehistóricos podrían haber sido mujeres http://nationalgeographic.es/noticias/ciencia/mundos-prehistoricos/los-artistas-prehist-ricossido-mujeres

Mujeres de Roma. Seductoras, maternales, excesivas http://www.nationalgeographic.com.es/articulo/historia/actualidad/10853/como_era_mujer_sociedad_romana.html

Sobre el papel de las mujeres en la prehistoria http://reflexiones-de-un-primate.blogs.quo.es/2015/03/05/sobre-el-papel-de-las-mujeres-en-la-prehistoria/

De diosas a invisibles: el papel de la mujer en la evolución humana (Póster). Roberto Sáez

4 pensamientos en “Conferencia: De diosas a invisibles. El papel de la mujer en la evolución humana

  1. ¡Hola, ya he vuelto a devolverte la visita! (últimamente voy bastante lento con el tema por lo que ya te comenté, normalmente lo hago en el mismo día o no mucho más tarde).
    Hay que ver… menos mal que no eras ducho en historia, menudo recorrido.
    O muy mal he leído, ¿o parece que hemos de desechar el concepto de que las sociedades matriarcales eran más frecuentes en la prehistoria?.
    Respecto al triple enterramiento, permíteme hipotetizar, en mi profunda ignorancia… ¡que fue el primer trío de la historia! jajajaja.
    Y por cierto, ni se te ocurra quitar la pestaña de Tesoros, será de las menos visitadas porque es la última, pero lo considero un complemento informativo sumamente interesante. La información nunca está de más, siempre se puede seleccionar.

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    • Disculpa la tardanza en responderte, U de A 😉 No tengo perdón así que ni me molesto en describir mis excusas. Lo de las sociedades matriarcales en la prehistoria es un tema de continuo debate. Yo no creo que se pueda negar que existieran, pero tampoco generalizar que fuera lo frecuente. En la prehistoria aún no habían surgido ciertos patrones con los que hoy convivimos con normalidad en las sociedades: el individualismo, las jerarquías y el reparto desigual de tareas, en el sentido de la percepción desigual del valor aportado a los objetivos comunes del grupo. Por ello hablar de sociedades patriarcales o matriarcales aplicaría solo a los últimos milenios.

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  2. No te preocupes, a mí también me resulta últimamente difícil encontrar tiempo para el blog… cuando puedas y quieras respóndeme y pasa por allí.

    ¿Estás seguro de que esos patrones no existían?, no sé, tal vez esta sea una hipótesis arriesgada, pero creo que desde el hombre entró en comunidad aparecieron esas características inevitablemente, pudieron tardar más o menos, pero surgieron porque ya había la predisposición a ello.

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