Roberto Sáez. Doctor en Antropología, Máster en Ingeniería Industrial y divulgador científico, experto en evolución humana y bioarqueología del cuidado. Fundador del primer grupo de investigación sobre el cuidado en idioma español y presidente de la Sociedad de Estudios de Bioarqueología del Cuidado (SEBioC). Miembro de los proyectos Short-Form Index of Care y User-friendly Index of Care Museum Project. Autor de Nutcracker Man (mejor blog de ciencia 2019 en Premios Creadores), del libro Evolución humana: Prehistoria y origen de la compasión (2019, ed. Almuzara), y de diversas contribuciones en libros, artículos científicos y revistas de divulgación. El artículo «La conexión denisovana: Así se pobló el sudeste asiático» fue seleccionado como uno de los 12 mejores artículos de la revista MUY Interesante en 2021. Ha impartido decenas de ponencias, clases y talleres en entidades públicas y privadas, y colabora en radio, podcast, TV y cursos online. Cofundador del Club de Ciencia Boadilla. Su trabajo en paleoantropología se centra en la evolución del comportamiento humano, con especial foco en el cuidado.
Historial de trabajos y colaboraciones consultable aquí. Presencia en redes: X (antiguo Twitter) | Bluesky | Youtube
Sobre este sitio
Nutcracker Man es un blog sobre evolución humana, referencia para entender y enterarse de las novedades en este ámbito, y para reflexionar sobre el conocimiento paleoantropológico.
Vio la luz en 2014, y fue premiado en 2019 como mejor blog en la categoría de innovación, ciencia y tecnología en la XIII edición de los Premios 20Blogs, “el concurso de habla hispana más importante de la blogosfera” que organiza 20minutos (actualmente Premios Creadores).
¿Por qué el nombre de Nutcracker Man?
En 1959 Mary y Louis Leakey descubrieron en la Garganta de Olduvai (Tanzania) uno de los homininos más famosos, el fósil OH 5, de hace 1,75 millones de años. A partir de él definieron una nueva especie Zinjanthropus boisei, años después Paranthropus boisei.
Este individuo tenía un cráneo muy robusto, pero un cerebro pequeño (510 cc), y unos molares cuatro veces más grandes que los humanos actuales, por lo que le apodaron Nutcracker Man (Hombre Cascanueces).
Con el nombre de este blog hago honor a dicha criatura que siempre me ha fascinado, tanto por su anatomía como por la historia de su hallazgo, que fue clave en la historia de la paleoantropología. ¿Quieres saber más sobre Nutcracker Man? Mira aquí.
Aquí estamos Nutcracker Man y yo (izquierda):

Y esta es una magnífica reconstrucción de Nutcracker Man realizada por Elisabeth Daynes para el Museo de la Evolución Humana (Burgos):
