En 2019 se publicó el primer cráneo que se ha podido asociar a la especie Australopithecus anamensis. Se trata del fósil MRD VP-1/1, apodado simplemente MRD, encontrado en 2016 en Woranso-Mille (Etiopía), y datado en unos 3,8 Ma (millones de años).
Es un cráneo pequeño, de 365-370 cc, de tamaño similar al de homininos más antiguos como Sahelanthropus tchadensis o Ardipithecus ramidus, y por debajo del rango de tamaños observado para Australopithecus afarensis (probable especie sucesora de Au. anamensis). Tiene otros rasgos primitivos muy marcados, como la cresta sagital y la constricción posorbital. En cambio, tiene características comparables a las de Au. afarensis en la cara (robusta, larga y prognática), las órbitas y la región occipital. No aporta mucha información dental, salvo un canino derecho, que es muy grande, un diastema entre los dientes I2-C, y otros dientes muy desgastados.
En general, la morfología de MRD parece confirmar la posición de la especie Au. anamensis entre Ar. ramidus y Au. afarensis en la filogenia humana. Por supuesto, Au. anamensis era ya una especie totalmente bípeda, como las otras dos mencionadas, según indican claramente los restos de tibia hallados, con extremos anchos y esponjosos para absorber las cargas de la locomoción bípeda.
El cráneo MRD vino a darnos una idea de cómo era la cabeza de Australopithecus anamensis, hasta entonces solo conocida parcialmente por varios fragmentos con rasgos muy primitivos hallados en la zona de Kanapoi (Kenia), y datados en unos 4,2 Ma. Entre ellos destacan el maxilar KNM-KP 29283, que tiene un paladar profundo y caninos con robustas raíces y coronas, y la mandíbula KNM-KP 29281 (holotipo de la especie) relativamente pequeña y estrecha, en forma de «U», un ligero diastema entre P3-C, y una sínfisis mandibular muy inclinada hacia atrás, que presenta en el interior un engrosamiento robusto y alargado. Sigue leyendo