El arte narrativo más antiguo: Sulawesi

El arte narrativo más antiguo: Sulawesi

En trabajos anteriores, conocimos las dataciones de las representaciones pictóricas rupestres más antiguas conocidas, realizadas hace más de 45 ka (miles de años) en la isla de Sulawesi (Indonesia). Esas dataciones se obtuvieron mediante el análisis de series de uranio (U-series) de los depósitos de calcita que recubren las pinturas en varias cuevas de piedra caliza de Maros-Pangkep, en el sur de la isla. Más abajo se explican cuáles son esos paneles pictóricos y sus antigüedades.

El método de datación se basa en la medición del decaimiento radiactivo de isótopos de uranio a torio, proceso que ocurre de manera constante a lo largo del tiempo. Dado que el torio no es soluble en agua, no se incorpora a los depósitos minerales desde el entorno, permitiendo que su presencia en la calcita sea exclusivamente el resultado del decaimiento del uranio. Al analizar la cantidad relativa de uranio y torio, se puede determinar la edad del depósito. y, por tanto, la del pigmento que está justo por debajo. Un nuevo trabajo emplea una variación de esa tecnología, series de uranio por ablación láser (LA-U-series), que emplea un láser para quemar capas de calcita de menos de 50 micras de espesor justo encima del pigmento. Con este método se puede estimar con mayor precisión la edad del depósito más antiguo, y por tanto de la pintura. Además, es menos destructivo por requerir muestras más pequeñas.

1) Leang Karampuang: 51.200 años

En este panel de techo existe una gran pintura roja que representa un probable cerdo verrugoso (Sus celebensis) de casi un metro de ancho, en posición estática, con la boca parcialmente abierta. Esta especie de suido es pequeña (de 40 a 85 kg), con patas cortas, verrugas faciales, y muy abundante en Indonesia. Junto a él, hay tres figuras humanas en posición dinámica cerca de la cabeza del cerdo, que tienen aparentemente los brazos extendidos, y dos de ellas sostienen un objeto similar a un palo o una varilla. La datación de la figura del cerdo mediante la nueva técnica mencionada es de al menos de 51,2 ka. Existen dos huellas de manos contemporáneas a la figura. Hay otros cinco cerdos pintados en esta cueva, pero sin relación con el primero.

Panel de Leang Karampuang. Crédito: Oktaviana, A.A., Joannes-Boyau, R., Hakim, B. et al. (2024)

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La cueva de Cudón y la complejidad del poblamiento humano en el cantábrico: una hipótesis fascinante

La cueva de Cudón y la complejidad del poblamiento humano en el cantábrico: una hipótesis fascinante

La cueva de Cudón (Miengo, Cantabria) forma parte de una nueva vía de investigación para el estudio de un conjunto de cuevas con pinturas rojas en Cantabria, que consisten en discos, puntos, trazos, manchas y otros signos no figurativos, muy distintos a las icónicas representaciones de animales en otras cavidades, entre los que abundan los bisontes, caballos y ciervos. Este enfoque de estudio fue abierto por Ramón Montes en Cudón, en 2011 y, a partir de él, Roberto Ontañón coordina desde 2013 en Cantabria un amplio trabajo de documentación gráfica de cuevas con pinturas rojas análogas.

En Cudón el registro pictórico es enorme. A pesar de ser relativamente desconocida, se trata del yacimiento con más y mejores pinturas rojas premagdalenienses de Cantabria, además de ser una cueva de gran complejidad por su longitud (2 km) y su geología (bastantes galerías bajas y zonas escondidas). En total, se han levantado 900 unidades gráficas. Corresponden a gestos artísticos en general, pero no se puede descartar que también haya transferencias de manos pintadas o de ropas manchadas de ocre que rozan la pared. En algunos casos, resulta difícil discriminar el hecho intencional artístico de lo que no es intencional pero que sucede en relación con aquél.

Por tanto, Cudón es un gran santuario de este tipo de arte paleolítico de pinturas rojas, bien fechado en el Gravetiense pleno (aprox. 26.000 años BP, 29.000-30.000 Cal BP) mediante cuatro dataciones por radiocarbono. En esta cronología está conviviendo, y tal vez compitiendo, con el arte mucho más espectacular de las grandes ciervas tamponadas, animales de tinta plana y otras pinturas rojas premagdalenienses de Covalanas, La Pasiega, El Castillo, El Pendo, etc. El 90% de su registro son pinturas rojas, y el resto son elementos negros, algunos morados, pequeños grabados entre los que se cuentan numerosos «macarronis» (grabados digitales hechos sobre pared arcillosa) y dos manos en negativo superpuestas, una horizontal y otra vertical, con posibles restos de una tercera.

Es sorprendente que, en una cueva de 900 pinturas paleolíticas con una gran diversidad de elementos, no haya ninguna representación animal, ni siquiera parcial, aun teniendo paredes lisas y grandes, óptimas para pintar. Ramón Montes lo explica para este blog: «Pensamos que es un arte con entidad propia, es decir, quien produce ese arte no quiere pintar animales. Esta es una corriente que conviviría con otras tradiciones naturalistas durante el Paleolítico superior cantábrico. No sabemos si esto responde a razones artísticas, culturales o religiosas, pero intuimos que se trata de un poco de todo, porque las explicaciones sencillas en arqueología funcionan mal». Hay otras 20 cuevas identificadas a partir de 2013 en el sector central de la cornisa cantábrica (entre los ríos Sella y Nervión), que tienen un arte parecido a la amplia referencia de Cudón, pero en formatos más reducidos y compactos, con menor número de elementos. Probablemente también son del Gravetiense, aunque solo una de ellas está datada, la cueva del Calero (en algo más de 25.000 años BP).

Cudón: signos en el techo del vestíbulo (izd), puntos y vulva bicolor (dch). Foto cortesía de Ramón Montes

¿Qué significa este arte? 

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