Os presento un post invitado que nos acerca al trabajo de campo: Ferran Lloret escribe sobre el Montgó, una «montaña mágica» en el Levante español con una importante cavidad-santuario.

El Montgó, la montaña insignia de la comarca de la Marina Alta situada al Norte de la provincia de Alicante, agrandó aún más su leyenda de ‘monte mágico’ en el verano de 1989.

El grupo de espeleólogos de la localidad de Gata, mientras buscaban otra vía de acceso a la cima, descubrieron por casualidad la Cova del Barranc del Migdia (Cueva del Barranco de Mediodía). Una cavidad con un dificilísimo acceso, hecho que ha posibilitado que se conserve intacto su depósito arqueológico. Además, Migdia se encuentra entre los 5 yacimientos de la Comunidad Valenciana que posee enterramientos asociados a pinturas rupestres.

Durante las sucesivas excavaciones se encontraron en las gateras de la entrada una serie de materiales de épocas distintas:

• Fragmento de punzón de cobre.
• Una punta de flecha de pedúnculo con base cóncava, formando aletas, con cortes directos e inversos, continuos y cubiertos.

• La parte distal de una lámina o cuchillo de forma ligeramente convexa, con retoques continuos y directos.
• Un vaso semielipsoide horizontal, de bordes redondeados y superficie alisada. Sus paredes gruesas están caracterizadas por el abundante desengrasante calcáreo.

• Fragmentos de cerámica decorada con pintura a modo de zigzag.
• Huesos humanos, enteros y fragmentados, con signos de haber sido quemados. Pertenecen a tres individuos: dos adultos y un niño.

Todo este grupo puede asignarse cronológicamente al Neolítico, entre el 2.650 y el 2.300 antes de nuestra era, en fechas calibradas de Radiocarbono. En este punto nuestra zona se encuentra en un periodo que puede coincidir con el movimiento del Vaso Campaniforme.

También ha sido posible determinar las patologías, destacando las orales, que sufrían los individuos: caries, hipoplasia dental, artrosis entre otras.

En la perspectiva del arte rupestre, la cueva presenta una serie de elementos, que si nos fijamos desde el punto de vista estilístico, podemos englobar en el arte esquemático.

Este arte es una manifestación artística que se da, prácticamente, en toda la Península Ibérica, Italia y Francia. Pero que en esta cavidad presenta unas características únicas:

1. Sorprende su color negro. La mayoría de las imágenes esquemáticas, pintadas en las paredes, acostumbran a ser en color rojo.
2. El pequeño tamaño de las figuras. La gran mayoría de las representaciones apenas llegan a 2 -3 centímetros.
3. El delicado y, perfectamente, estudiado trazo. De bordes rectos y bien perfilados.
4. Su diversa iconografía:

• Hay representaciones de animales cuadrúpedos, desde ovicaprios hasta cánidos.
• Imágenes geométricas, con barras verticales, pasando por figuras cerradas que se subdividen, hasta llegar a los zigzags. De acuerdo con el catedrático de la UA Mauro Hernández, podrían corresponder al culto de actividades relacionadas con el agua.
• Además de las representaciones que podemos adivinar, con cierta dificultad, también se encuentran ídolos. Estos ídolos están relacionados, a su vez, desde Almería hasta el norte de la provincia de Valencia, con los enterramientos colectivos del tercer milenio.

Estas pinturas que aparecen a escasos metros de los enterramientos nos demuestran que estamos ante un santuario. No hablamos necesariamente de religión, puede ser un lugar de agregación social, dónde los grupos del entorno se encontraban relacionados entre sí. Y el hecho de que se unan enterramientos y pinturas lo hace excepcional.

Sobre el autor 

Ferran Lloret estudia Historia en la Universidad de Valencia y forma parte del equipo arqueológico de la Cueva del Comte en Pedreguer. Puedes seguirle en twitter: @FerranHistory