Orígenes de la caza colectiva: nuevos hallazgos en Schöningen

Orígenes de la caza colectiva: nuevos hallazgos en Schöningen

Reconozco que, al principio, me sentí un poco decepcionado al conocer la nueva datación de las lanzas de Schöningen. No necesitamos situarlas en la «era neandertal» para reafirmar que los neandertales eran magníficos cazadores colectivos de grandes piezas. En cambio, analizar la presencia de estas capacidades en grupos preneandertales es un tema desafiante y atractivo, y podría remontarse a prácticamente medio millón de años, como muestra la caza masiva de bisontes del nivel TD10.2 de Gran Dolina (Rodríguez-Hidalgo et al., 2017).

¿Qué ha cambiado en Schöningen? Recordemos que allí los homininos se organizaron para acorralar y cazar caballos en la trampa natural que suponía la orilla de un lago. En total, se han hallado restos de al menos 50 caballos, con distintos patrones de corte y distribución que indican que fueron cazados en distintas emboscadas. Allí quedaron múltiples lanzas y otros útiles de caza que se han conservado excepcionalmente en el sitio 13II-4. La antigüedad de estos objetos de madera (llamémosles «las lanzas de Schöningen») venía estimándose en unos 300 ka. La datación por termoluminiscencia (TL) del sílex quemado que se halló en el sitio 13I-1 era de unos 321 ka, mientras que la datación por luminiscencia ópticamente estimulada (OSL) del sitio 13II-2c1 daba unos 300 ka.

El pequeño conjunto lítico de sílex no apunta a ninguna industria particular. Apenas hay reducción lítica primaria ni presencia de técnica Levallois. Las herramientas fueron llevadas al lugar, y las abundantes lascas, astillas y restos de reafilado están relacionadas con la carnicería, la carpintería y el raspado de pieles. Este conjunto lítico solía atribuirse al Paleolítico inferior, debido a la ausencia de tecnología de núcleo preparado y a la antigüedad inicialmente estimada para el sitio.

Sin embargo, un nuevo trabajo (Hutson et al., 2025) aborda la revisión de la antigüedad de las lanzas de Schöningen, a partir de que las muestras datadas por TL y OSL de las unidades 13I-1 y 13II-2c1 estarían ubicadas estratigráficamente por debajo de la unidad 13II-4 y, por tanto, solo servirían como estimaciones de edad máxima. En este estudio, se realiza una datación por geocronología de aminoácidos de la materia orgánica conservada en fósiles hallados en las concentraciones más densas de 13II-4. Este método se basa en la degradación dependiente del tiempo de las proteínas dentro de fósiles de distintos tipos analizados, como opérculos (4), valvas de ostrácodos (9) y dientes de caballo (15). La nueva datación sitúa las lanzas de Schöningen en el Estadio Isotópico Marino (MIS) 7, hace unos 200 ka. Esta antigüedad es unos 100 ka más reciente de la que se suponía. Las lanzas se ubican en un momento de indudable presencia neandertal, concretamente en una fase temprana de su evolución. La estimación de 300 ka no descartaba un origen neandertal de las lanzas, pero sí era más difícil asociarlas a esta especie (¿demasiado pronto?).

8 lanzas y 6 palos de doble punta identificados con seguridad en Schöningen
8 lanzas y 6 palos de doble punta identificados con seguridad en Schöningen 13 II-4. Crédito: Minkusimages; Matthias Vogel, NLD / Ejemplos de maderas hendidas puntiagudas y de punta redonda. Crédito: Fotos: Matthias Vogel, Jens Lehmann, Dirk Leder, NLD.

Existen otras cuantas evidencias que permiten investigar el origen de la caza colectiva monoespecífica, es decir, enfocada única o predominantemente a una especie animal. Se trata de escenas que ponen de manifiesto la elevada capacidad cognitiva y social de unos homininos que debían conocer el comportamiento y movilidad de dicho animal y, a partir de ello, en conjunto planificar y repartir las tareas de la caza. Tampoco olvidemos la necesaria transmisión de estos conocimientos de unas generaciones a otras.

La siguiente tabla recoge posibles ejemplos de caza colectiva monoespecífica mencionados por Hutson et al. (2025). Los autores proponen que alrededor del MIS 7 fue consolidándose esta especialización en la caza neandertal. Pero vamos teniendo evidencias que parecen indicar un origen más antiguo.

SitioAntigüedadAnimal cazado
Caune de l’Arago (Francia)MIS 14Renos
Gran Dolina, Atapuerca (España)MIS 11Bisontes
Biache-Saint-Vaast (Francia)MIS 7Uros
Grotte du Lazaret (Francia)MIS 6Ciervos
Taubach (Alemania)MIS 5eRinocerontes
Mauran (Francia) MIS 5Bisontes
Zwoleń (Polonia)MIS 5a/4Caballos
Salzgitter Lebenstedt (Alemania) MIS 5/4Renos
Explotación de leones y de otros grandes carnívoros por neandertales

Explotación de leones y de otros grandes carnívoros por neandertales

Se ha presentado la primera evidencia directa de que los neandertales cazaban leones de las cavernas, hace unos 48 ka (miles de años). Esta especie, Panthera spelaea, se extinguió a finales del Pleistoceno, hace unos 12,5 ka. Sin embargo, el rastro más antiguo de homininos cazando leones es el de un ejemplar de Panthera leo fossilis cazado hace 350 ka por los preneandertales de Gran Dolina nivel TD10-1 (Atapuerca). Son muy escasas las evidencias directas conocidas de explotación de grandes depredadores por parte de homininos. Esta actividad requiere una gran cohesión y coordinación de grupo, así como capacidad de improvisación.

En la nueva publicación, se presenta el esqueleto de un león de la cueva de Siegsdorf (Alemania) hallado en 1985. Ya se habían observado algunas marcas de corte en dos costillas, vértebras y el fémur izquierdo. Ahora, su reestudio ha identificado una herida punzante registrada en el interior de otra costilla provocada seguramente por una lanza con punta de madera clavada en el abdomen del animal, seguramente cuando ya estaba tendido en el suelo. Mediría 1,5 m de alto, era de tamaño medio y de una edad avanzada.

En el mismo trabajo, se presentan además tres falanges de otro león de las cavernas de 190 ka, procedente de la cueva de Einhornhöhle (Cueva del Unicornio), en Alemania central, descubiertas en 2019. Los huesos estaban muy juntos y uno tenía marcas típicas del desollado de pieles de animales. La ausencia de pulido, desgaste, perforaciones o cualquier característica vinculada con la elaboración de colgantes o elementos de ropa distingue las garras del león de Einhornhöhle de otros ejemplos encontrados en el registro arqueológico y etnográfico. Esto sugiere que eran originalmente parte del pelaje del león que los neandertales desollaron cuidadosamente para que las garras permanecieran preservadas dentro del mismo. En este caso, no se ha podido determinar que el león fuera cazado. Recordemos que de Einhornhöhle también procede una falange de ciervo gigante Megaloceros giganteus grabada por neandertales hace 51 ka con signos en forma de cuñas o galones enlazados y muescas.

Es interesante la recopilación sobre los sitios paleolíticos con evidencia directa de interacción humanos-leones, que este nuevo trabajo ha documentado:

  • Paleolítico inferior: además de los mencionados Siegsdorf, Einhornhöhle y Gran Dolina, Caverna delle Fate, Chez-Pinaud (Jonzac), Le Portel y cueva de Bolomir.
  • Paleolítico superior, con finalidad de explotación para subsistencia: Grotte du Renne, La Garma, Peyrat (Saint-Rabier), Pair-non-Pair, La Gravette, Grotte Duruthy.
  • Paleolítico superior, con finalidad cultural en forma de arte rupestre o arte mueble: Chauvet, Trois-Frères, Grotte de la Vache (Ariège).
  • Paleolítico superior, con ambas finalidades, explotación y cultural: Hohlenstein-Stadel, Vogelherd, Hohle Fels, Pavlov I, Dolní Věstonice I.

El estudio de la relación entre humanos y leones siempre despierta un gran interés, aunque no fue el único gran depredador con el que los humanos prehistóricos interactuaron: también con osos, panteras, hienas, zorros, linces, etc.  Recordemos la reciente publicación de dos huesos de un oso de las cavernas con marcas de corte procedentes del sitio alemán de Schöningen 12: los homininos hicieron uso de ese pelaje de oso hace unos 320 ka. Esta actividad también se ha observado en otros sitios del Paleolítico inferior, como Isernia La Pineta (Italia, ~600 ka), Boxgrove (Reino Unido, ~500 ka) y Bilzingsleben (Alemania, ~400 ka). Otros sitios del Paleolítico medio muestran evidencia de la explotación tanto de la piel como de la carne del oso, tales como Biache-Saint-Vaast (Francia), Taubach (Alemania), y Rio Secco y Fumane (Italia). En el Paleolítico superior, las actividades de explotación de restos de grandes depredadores se encuentran más extendidas.

De todas formas, la evidencia de la caza de osos a menudo indica que los homininos aprovecharon estratégicamente los comportamientos de hibernación, mientras que los grandes félidos no hibernan, por lo que cazarlos puede resultar más difícil y peligroso. Esta obtención de presas raras o de alto riesgo podría entenderse como una señal no verbal de la habilidad de los cazadores para aprovechar los costes de la caza para obtener un estatus social, como hacen los Maasai. Sin embargo, la explicación más parsimoniosa para el león de Siegsdorf es que fue cazado de manera oportunista para el consumo de los neandertales. El león era viejo y podría haber sido menos capaz de defenderse o escapar eficazmente.

Foto de cabecera: Leones cavernarios de Siegsdorf y de Einhornhöhle. Crédito: Russo G. et al. (2023).

Referencia: Russo, G., Milks, A., Leder, D. et al. (2023). First direct evidence of lion hunting and the early use of a lion pelt by Neanderthals. Sci Rep 13, 16405. 

Reconstrucción ilustrativa del esqueleto de león de las cavernas de Siegsdorf junto a una lanza de madera

Reconstrucción ilustrativa del esqueleto de león de las cavernas de Siegsdorf junto a una lanza de madera. Crédito: Volker Minkus ©NLD