Homo sapiens en Europa hace 200.000 años, ¿o no?

Como no podía ser de otra forma, ha causado un gran impacto la revisión de un cráneo que se encontró, fragmentado y distorsionado, en la cueva de Apidima (sur de Grecia) en 1978. En realidad, se hallaron dos: Apidima 1 es la parte posterior de un cráneo, y Apidima 2 la parte anterior de otro que incluye la cara. Atendiendo a sus rasgos faciales y su antigüedad estimada entonces en 160.000 años, se consideró neandertal por lo menos a Apidima 2. Casi medio siglo después, nuevas tecnologías permiten la revisión de viejos fósiles, y es lo que se ha hecho con estos materiales, repitiendo la datación directa por series de uranio y reevaluando su morfología con reconstrucciones virtuales de los dos cráneos:

  • Se confirma que Apidima 2 es neandertal, pero ligeramente más antiguo (170 ka) que lo determinado por su anterior datación. Son rasgos neandertales típicos su toro supraorbital, la región nasal, la zona infraorbital inflada, y el perfil general y medidas del cráneo.
  • En cuanto a Apidima 1, su datación es de 210 ka. En este caso, la comparación de su morfología con la de otros especímenes hace proponer que perteneció a un Homo sapiens: es corto, tiene un contorno mediosagital redondeado y carece del típico moño occipital neandertal. También posee algunas plesiomorfias que comparte con otros especímenes del Pleistoceno Medio, como la forma de las paredes parietales.

Los dos cráneos, separados por 40.000 años, sin embargo aparecieron a tan solo unos centímetros el uno del otro (véase la siguiente figura), caso único en el registro fósil: se interpreta que fueron desplazados a una grieta y atrapados hace 150 ka (edad de solidificación de la matriz donde se encuentran).

The depositional setting of the Apidima 1 and Apidima 2 specimens. Credit: Harvati K et al (2019) Apidima Cave fossils provide earliest evidence of Homo sapiens in Eurasia. Nature

De inmediato hemos leído los recurrentes titulares sobre que este hallazgo obliga a «reescribir la prehistoria», ya que representaría una presencia de Homo sapiens en Europa muy anterior a lo que conocíamos, y de hecho sería uno de los fósiles más antiguos de nuestra especie encontrados hasta la fecha. Y puede que haya que «reescribirla», pero no tan rápido. Antes que eso, se han abierto dos importantes debates sobre Apidima 1 entre los investigadores:

  • Su morfología. Siendo un solo individuo y un cráneo parcial (faltan muchas partes importantes: frontal, cara, mentón, toro supraorbital, dentición…), puede estar dando lugar a una interpretación que sería distinta en caso de disponer de un conjunto más amplio.
  • Su datación. Para algunos investigadores, las muestras dan un rango temporal demasiado amplio, se ha empleado un único método, y el contexto es demasiado complejo como para dar por buena la estimación de 210 ka.

The fossil crania of Apidima 2 and Apidima 1. Credit: Harvati K et al (2019) Apidima Cave fossils provide earliest evidence of Homo sapiens in Eurasia. Nature

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