Hace más de un siglo, en 1907, el estudio de la evolución humana tan solo estaba naciendo. Todos los fósiles de homínidos hallados cabían sobre una mesa camilla; Raymond Dart (el descubridor del primer Australopithecus, el niño de Taung), tenía solo 14 años. Pero el antropólogo alemán Otto Schoetensack por entonces tenía 57 y exploraba los sedimentos del río Neckar, cerca del pueblo de Mauer y a 20 km de la ciudad de Heidelberg, Alemania.
Estos sedimentos son depósitos de arena por encima de los que se fueron asentando capas de loess. Este conjunto muestra niveles de más de medio millón de años de antigüedad. Allí Daniel Hartmann, supervisado por Schoetensack, encontró restos óseos de mamíferos como caballo, jabalí, corzo, oso, tigre de dientes de sable, hienas, lobos, bisontes… Y el 20 de octubre de ese año, Hartmann descubrió una mandíbula humana completa de aspecto primitivo, muy robusta, pero con dentadura comparable a la de los humanos modernos en tamaño y morfología. Su datación fue de entre 500-600.000 años.
En 1908 Schoetensack publicó su estudio de la mandíbula y nombró una nueva especie para ella, Homo heidelbergensis. Como anécdota quedó que, la mandíbula era tan lejana en apariencia y antigüedad a otras especies del género Homo, que el paleontólogo Guido Bonarelli propuso en 1909 la denominación Paleoanthropus heidelbergensis.
Características morfológicas
- Rasgos primitivos (grandes dimensiones; cuerpo óseo muy robusto y espeso, con relieves acentuados; esmalte dental grueso; rama ascendente ancha).
- Rasgos modernos (tamaño y morfología de los dientes, más pequeños que en H. erectus y semejantes a los primeros humanos modernos).
- Es relativamente corta, no tiene mentón ni diastema.
- Muela del juicio más temprana y desarrollo de caninos más tardío que en humanos modernos.
- El desgaste sugiere alimentación mayoritariamente vegetal y uso de los dientes como “tercera mano”.
- Muelas e incisivos inferiores más anchos que en los neandertales.
Su encaje entre nuestros antepasados europeos
Durante casi 90 años esta mandíbula fue el fósil humano más antiguo de Europa, hasta que se descubrieron la también famosa tibia de Boxgrove en Reino Unido y los primeros fósiles de Homo antecessor en España.
Y durante más de 70 años fue el único fósil asignado a Homo heildelbergensis, denominación que en realidad no fue utilizada hasta que, en los años 1980’s, se recuperó para clasificar a un conjunto de especímenes europeos del entorno de los 400-600.000 años de antigüedad, pero con diferencias morfológicas importantes respecto a Homo erectus.
Hoy nos preguntamos: ¿Fue Homo heidelbergensis la única especie europea anterior a los neandertales? E incluso: ¿es Homo heidelbergensis la especie biológica que corresponde a los especímenes que se le han asociado? Cada vez son más las voces científicas que responden «No» a ambas preguntas. Esperemos más estudios en los próximos tiempos, que puedan ayudar a aclarar quiénes fueron nuestros antepasados europeos.