Antes de viajar me gusta leer un poco sobre los sitios de interés cultural de mi destino, con especial foco en la antropología y la prehistoria. Conocer el patrimonio y aprender de su cultura hacen mucho más placentera la estancia en el lugar. Además, en el caso de que el sitio sea una isla, su historia es siempre particularmente interesante.
Tengo que reconocer que, por falta de tiempo, no hice tal cosa en el caso de mis recientes vacaciones en Lanzarote. Fue a la vez que descubría sus increíbles lugares y belleza, cuando fui aprendiendo también sobre los orígenes de su poblamiento.
La formación de la isla
- La primera actividad volcánica surgió hace entre 50 y 20 millones de años (Ma), alcanzando la superficie del mar hace 27 Ma.
- Aquella primera isla acabó sumergida por la erosión. La actividad volcánica reiniciada hace 20 Ma fue la que originó los grandes macizos del norte y sur de la isla actual (Famara y Ajaches).
- Entre hace 12 y 5 Ma la erosión generó las grandes llanuras del centro de la isla. Actualmente solo el 0,7% de la superficie tiene más de 500 m de altitud.
- A partir de hace 5 Ma, se reactivó el volcanismo en la llanura central, prolongándose hasta época histórica (erupciones de 1730 y 1824).
- Hasta hace solo 10.000 años Fuerteventura y Lanzarote eran una misma isla de 170 km de longitud. El ascenso del nivel del mar inundó el Estrecho de la Bocaina que separa hoy las dos islas.

Perfil de Lanzarote y el archipiélago canario mostrando la edad de nacimiento, etapa de evolución y máximas alturas de las diferentes islas. Crédito: Sociedad Geológica de España
Los primeros pobladores
El poblamiento de cada una de las siete islas canarias fue heterogéneo, y cada una tuvo una historia evolucionaria distinta. La genética y la arqueología han constatado que las poblaciones iniciales de Lanzarote procedieron del norte de África, de origen bereber, magrebí y sahariano, entre el 500-1000 a.C.
Las primeras actividades humanas se basaban en la agricultura y, sobre todo, en la ganadería, dada la alta capacidad de adaptación del ganado caprino. Textos de los conquistadores normandos describen en 1402 cómo eran los pobladores protohistóricos con que se encontraron:
«Los hombres van desnudos, a parte una capa por detrás hasta las corvas. Las mujeres son hermosas y andan vestidas decentemente con grandes túnicas de pieles que llegan hasta el suelo. Las mujeres crían muchos hijos muy hermosos y graciosos y son blancos como los nuestros, pero se ponen tostados al viento, por falta de vestidos».
Aunque los medios y motivos de su llegada siguen siendo una incógnita, los estudios antropológicos y genéticos nos aportan muchos datos de aquellos primeros pobladores de Lanzarote:
- Constituían una comunidad de tipo mediterráneo norteafricano, robusta y de elevada estatura (170 cm los hombres y 160 cm las mujeres).
- La esperanza de vida al nacimiento de 32,5 años y la mortalidad infantil era muy baja.
- Había una alta frecuencia de osteoporosis y enfermedad articular degenerativa, sobre todo en las extremidades superiores, lo que sugiere una dedicación intensiva a labores de tipo agrícola, recolector o pesquero.
- La identificación de espondilosis (enfermedad degenerativa de las vértebras) y nodos de Schmorl (hernias discales) también puede indicar el uso de pértigas para los desplazamientos en labores de pastoreo.
- Entre los restos esqueléticos no se ha documentado ningún caso de enfermedades infecciosas, tumores ni malformaciones congénitas asociadas a la endogamia, muy frecuentes en los huesos de otras poblaciones protohistóricas canarias.
- Tampoco se han hallado traumatismos accidentales o generados por actos violentos, lo que sí es frecuente en los restos óseos de otras islas.
- La salud dental era muy buena, con pocos casos de caries y desgaste anormal.
Se han encontrado numerosos casos de momificación en Lanzarote, también en otras islas aunque con variaciones en los procedimientos utilizados. Sin embargo, no se extraían las vísceras y el cerebro, distinguiéndose de los rituales egipcios. Se trataría de una práctica reservada solo para aquellos ritos funerarios de enterramientos en cuevas, y por tanto posiblemente condicionada por diferencias sociales.

Asentamientos aborígenes y restos arqueológicos en Lanzarote. Centro de interpretación Montaña Blanca. Foto: Roberto Sáez
Los asentamientos
Los yacimientos arqueológicos más antiguos y completos se han localizado al norte de la isla, con restos de asentamientos habitacionales (muros, fragmentos cerámicos) y grabados rupestres geométricos y lineales. El sitio de Buenavista es una estructura habitacional cuadrangular que sirvió de base para el desarrollo de actividades agrícolas y ganaderas para los primeros colonos de la isla.
Algunos estructuras protohistóricas son las denominadas «queseras«, que tenían excavadas canales paralelos que sugieren la utilización del agua.

Yacimiento Arqueológico de Zonzamas con queseras y construcciones ciclópeas. Crédito foto: Ruth Medina Hernández
La quesera de Zonzamas se sitúa en un punto alto que domina un valle y contiene grabados con motivos podomorfos. Los podomorfos son representaciones de pies desnudos o calzados, por lo general en parejas. En el norte de África los podomorfos se han encontrado en grabados rupestres de Nubia, Libia, Argelia, Marruecos y Sáhara, y también en en sitios romanos de todo el Mediterráneo.
Algunas notas históricas
La isla fue punto de recalada de navegantes y comerciantes, primero los fenicios-púnicos y luego los romanos. Desde entonces, las Islas Canarias son descritas por distintos autores latinos y griegos entre los siglos I a.C. y IV d.C.: Makáron Nêsoi, las islas de los Bienaventurados, las Hespérides y las Afortunadas:
- Salustio (86-35 a.C.) es el primer autor romano que menciona la existencia en el océano, más allá de las columnas de Hércules, de «dos islas cercanas entre sí y situadas a 10.000 estadios de Cádiz».
- Estrabón (64 a.C.-21 d.C.) escribe sobre «una isla rica en agua y en árboles», Horacio (65-8 a.C.) sobre «islas llenas de riquezas», Pomponio Mela (44 d.C.) «islas en las que se dice que vivieron las hespérides», y Plinio el Viejo (23-79 d.C.) describe y posiciona con precisión las «dos islas de las Hespérides» (Fuerteventura y Lanzarote).
La crisis del Imperio Romano produjo el aislamiento de las poblaciones canarias y generó el desarrollo de endemismos culturales propios en cada isla, lo cual perduró todo un milenio hasta la conquista normando-castellana (año 1402), que transformó la sociedad, la economía y el paisaje.