Divulgar la investigación sobre la Evolución Humana se está volviendo cada vez más complejo y apasionante en los últimos años. La cantidad de hallazgos está creciendo de una forma asombrosa, así como los estudios derivados de los mismos. Y estos trabajos a su vez son más amplios porque abarcan un mayor número de disciplinas científicas y porque la tecnología les dota de una mayor profundidad de análisis. Sin ir más lejos, el 14 de marzo se publicaron los resultados del estudio del ADN nuclear de los homininos de la Sima de los Huesos (Atapuerca). Este trabajo puede dar la vuelta a una parte importante del conocimiento que hasta ahora teníamos, sobre la evolución de nuestros antepasados entre hace 1 millón y medio millón de años.
Dando la vuelta a nuestro conocimiento: ¿qué está sucediendo?
- El foco tradicional de la investigación de la Evolución Humana se ha basado en el estudio del registro fósil bajo el prisma de la morfología y el establecimiento de posibles filogenias por anatomía comparada, entre las distintas manifestaciones de vida humana que se van encontrando y en su contexto arqueológico, geológico y paleoclimático.
- Sobre el punto de vista físico se suelen añadir estudios sobre la antropología social y cultural, muy importantes para enriquecer las hipótesis sobre el desarrollo de las capacidades cognitivas, que son el gran factor diferencial del desarrollo humano en comparación con el resto de primates en el camino evolutivo.
- En los últimos tiempos la paleogenética, es decir el estudio del material genético antiguo, permite dar un enorme salto: demostrar desde un punto de vista molecular la existencia de las especies humanas que han existido como realidades biológicas independientes, y establecer las relaciones filogenéticas que conforman nuestro arbusto evolutivo.
- Lo malo es que el material genético más antiguo que hemos podido recuperar tiene “tan solo” 430.000 años, precisamente el de los homininos de la Sima de los Huesos en Atapuerca, donde las excepcionales condiciones de conservación de los huesos han permitido recuperar y secuenciar un pequeño porcentaje de ADN nuclear.
¿Y cómo se divulga?
Hace unas décadas, no era nada fácil explicar los estudios sobre la anatomía que caracteriza a una determinada especie humana en el contexto ecológico en el que vivió. Pues bien, ahora es todavía más complejo dar a entender cómo un material genético indica las relaciones filogenéticas de una especie con otras, o las variaciones genéticas que tuvo y que transfirió al ADN de otras especies.
La Evolución Humana, en definitiva, trata de explicar las distintas manifestaciones de la vida humana, por lo que requiere del concurso de varias disciplinas científicas: antropología física y anatomía comparada, genética y embriología, psicología y sociología, arqueología y etnografía. Tal vez sea por ello una de las ciencias más vivas, cuyo conocimiento no para de evolucionar y profundizarse, según lo van haciendo cada una de esas disciplinas aplicadas a los hallazgos. Hallazgos que, a su vez, van siendo más numerosos y hacen crecer el registro fósil exponencialmente, como los 1500 huesos de Homo naledi publicados en septiembre 2015.
En el siglo pasado la Evolución Humana era cosa de un pequeño grupo de investigadores, y se decía que el conocimiento sobre esta ciencia se basaba en unos pocos fósiles que cabían en una mesa camilla. Hoy, la Evolución Humana está cada vez más presente en las revistas de divulgación científica y en los medios de comunicación generalistas, y prueba de ello es la repercusión de la noticia sobre el ADN nuclear recuperado en la Sima de los Huesos.
En mi blog Nutcracker Man transmito mi pasión y conocimiento sobre este mundo. Os invito a todos a conocerlo y debatir juntos sobre esta ciencia extraordinaria, que trata de explicar nuestro pasado y dar pistas sobre nuestro futuro.
Publicado en el blog de la Asociación Española de Comunicación Científica.