Los primeros sapiens en un reino neandertal

Reino neandertal… me gustó la metáfora que leí a María Martinón-Torres para referirse al continente europeo hace 45 ka (miles de años). Esta es la datación del representante más antiguo de Homo sapiens en Europa, por el momento. Procede de la cueva Bacho Kiro, a los pies de los Balcanes en Bulgaria, y lo hemos conocido a través de dos trabajos recientemente publicados: uno sobre la estratigrafía de la cueva y la datación, y otro sobre los materiales encontrados.

Esta antigüedad bate la de otros especímenes como los dos dientes y la industria Uluzziense de Grotta del Cavallo (Italia, 43-45 ka), la mandíbula Kent’s Cavern 4 (Reino Unido, 41-44 ka) y la mandíbula Oase-1 (Rumanía, 38-42 ka).

Los restos humanos de Bacho Kiro se componen tan solo de 1 diente (un segundo molar inferior) y 6 fragmentos de hueso, a priori difíciles de asignar a una especie pero, gracias a que se han podido recuperar proteínas de colágeno, se identificaron como humanos dentro de un conjunto de 1271 fragmentos de hueso de fauna estudiados. Mediante datación por radiocarbono y análisis del ADN mitocondrial se determinó la edad de 4 de los fósiles humanos entre 43-46 ka.

La aparición de Homo sapiens en Europa es un tema difícil de estudiar debido al reducido número de fósiles y materiales arqueológicos. Su llegada pudo acelerar la extinción de los neandertales 5 a 7 milenios más tarde, especie que ya estaba «tocada» en su tamaño y variabilidad genética por distintos motivos. De todas formas, no olvidemos que en Grecia hay otro fósil humano mucho más antiguo, el cráneo parcial Apidima-1, con una sorprendente datación de 210 ka, que fue propuesto en 2019 como perteneciente a Homo sapiens por su morfología.

Human lower second molar (F6-620). Source: Hublin JJ et al (2020). Initial Upper Palaeolithic Homo sapiens from Bacho Kiro Cave, Bulgaria. Nature

Contexto muy rico

Los fósiles humanos de Bacho Kiro estaban bien acompañados por un contexto que aporta información muy importante:

  • 219 trozos de hueso procedentes de 23 especies animales distintas, los más frecuentes de bisonte, y también cérvidos, équidos, cápridos y carnívoros como el oso. Algunos tienen marcas de corte y sirvieron como alimento, pero otros fueron transformados para su uso como herramienta. Se han observado restos de ocre en algunas de estas piezas.
  • 1 cuenta de marfil y 12 colgantes perforados, 11 de ellos fabricados con dientes de oso y 1 con diente de ungulado.
  • Algunos de esos objetos ornamentales y útiles óseos son similares a materiales encontrados en Grotte du Renne (sur de Francia, 2000 km al oeste de Bacho Kiro), que están asignados a neandertales.
  • Herramientas de piedra, algunas con materia prima obtenida a 180 km de distancia del lugar. Encajan con el Paleolítico superior inicial, cuya talla tiene aún ciertas reminiscencias del Paleolítico medio y de la MSA africana.

Stone artefacts (left) from the Initial Upper Palaeolithic at Bacho Kiro Cave. (Tsenka Tsanova, MPI-EVA Leipzig, CC-BY-SA 2.0). Personal ornaments and bone tools (right, left image) from Bacho Kiro Cave, with similar objects from Grotte du Renne in France (right, right image) (Rosen Spasov and Geoff Smith, MPI-EVA Leipzig, CC-BY-SA 2.0).

Implicaciones y discusiones

Al anticiparse unos 2000 años la presencia más antigua de humanos modernos en Europa, se amplía el intervalo temporal de coincidencia con la otra especie humana que por entonces existía, Homo neanderthalensis, que desapareció hace 39-41 ka. ¿Esto implica una mayor posibilidad de cruzamientos entre ambas? Para empezar, en una cronología tan tardía, a priori parece difícil pensar que humanos modernos y neandertales se encontraran con frecuencia: es posible que coincidieran en determinados valles con abundancia de recursos, pero los neandertales ya estaban muy diezmados, como lo demuestra la homogeneidad genética de la especie y consecuentes patologías manifestadas por ejemplo en el grupo neandertal de El Sidrón hace 49.000 años.

Sin embargo, contamos con casos espectaculares de hibridación como el mencionado individuo Oase-1 (38-42 ka), que tenía un antepasado neandertal muy reciente: de tan solo 4-6 generaciones antes. A pesar de que este hallazgo puede parecer una gran casualidad, también podría ser un reflejo de que los eventos de hibridación no eran tan aislados, incluso en los últimos «coletazos» de los neandertales, aunque no es esto lo que expresa el pool genético de poblaciones humanas posteriores.

Por otra parte, se suele asociar el Auriñaciense al inicio de la presencia de humanos modernos en Europa. Ahora, el conjunto arqueológico de Bacho Kiro anticipa el inicio de la industria europea del Paleolítico superior, con formas distintas de fabricar útiles y adornos que evocan algunas de los neandertales. ¿Expresan estas similitudes una posible influencia cultural o una casualidad? En todo caso, los autores del trabajo sugieren situar el inicio del Paleolítico superior en el suroeste asiático, extendido rápidamente por muchos lugares de Eurasia.

En definitiva, un hallazgo excepcional respecto a las dispersiones de Homo sapiens y su cultura por Eurasia. En todo este puzle quiero recordar a otro sorprendente fósil sapiens con la misma cronología de 45 ka que el material de Bacho Kiro: el fémur encontrado en 2008 en Ust’-Ishim (Rusia), 4000 km al este. De él se pudo recuperar material genético, que indica que el flujo de ADN neandertal ya había ocurrido en los antepasados de Ust’-Ishim entre 232 y 430 generaciones antes.

Ust’-Ishim man femur. Crédito: CRamosAcosta, vía Wikipedia Commons

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