«Aunque es posible que tanto Zinjanthropus como Homo habilis hicieran herramientas de piedra, es probable que el último fuera el fabricante de herramientas más avanzado, y que Zinjanthropus represente un intruso o una víctima en el lugar de vida de Homo habilis». Los Leakey y sus colegas ya iniciaron en los años 60 el debate sobre si Paranthropus fabricó o no útiles líticos, cuando por entonces hallaron en la Garganta de Olduvai un conjunto de fósiles humanos de 1,75 Ma (millones de años) de antigüedad: una mandíbula casi completa con muchos dientes, un cráneo, restos poscraneales y un pie izquierdo. Para ellos, Louis Leakey, Phillip Tobias y John Napier definieron en 1964 la nueva especie Homo habilis. Solo un par de años antes de los habilinos, en el mismo sitio habían encontrado al Nutcracker Man, el Paranthropus boisei denominado inicialmente Zinjanthropus. Pero Homo habilis era algo distinto: los dientes y la mandíbula le hacían más parecido a Homo erectus que a Australopithecus africanus (única especie de australopitecinos conocida por entonces), y su tamaño cerebral estaba por encima del rango observado en los australopitecos. Con esto, los autores venían a establecer un umbral mínimo de 600 cc para la capacidad craneal de los homininos capaces de hacer herramientas, en claro crecimiento con respecto a la de los australopitecinos (387-550 cc) y a la de Zinj (510 cc). Desde entonces, se viene considerando a Homo habilis como los fabricantes hábiles de herramientas, mientras que Nutcracker Man, con menos cerebro, pasaba a ser otro animal de aquel paleopaisaje sin tal capacidad.
60 años después, el debate resurge. Los trabajos en el sitio de Nyayanga, junto al lago Victoria (Kenia) han descubierto un sorprendente conjunto de materiales en el nivel NY-1:
- 1776 restos de fauna, entre los cuales destacan tres esqueletos parciales de hipopótamo con marcas de corte en dos de ellos, así como en otros huesos de antílopes.
- 330 artefactos líticos de talla olduvayense.
- 2 molares característicos de la megadontia de Paranthropus.
Los patrones de desgaste de las herramientas muestran que fueron empleadas para cortar, raspar y machacar tanto materiales animales como vegetales. Los vegetales procesados eran sobre todo plantas de tipo C4, y estas también se han encontrado en el esmalte de los dos dientes de parántropo. Las plantas de tipo C4 ya se habían identificado en los dientes de otros parántropos esteafricanos. Son plantas con mucha resistencia en los periodos largos de sequía, y abundan en las praderas herbáceas, sabanas, desiertos y pastizales.
Combinando distintas técnicas de datación, la antigüedad del nivel NY-1 de Nyayanga está bien establecida entre 2,58-3,03 Ma. Con ello, los dos molares mencionados constituyen los restos de parántropos más antiguos registrados hasta ahora. Queda por determinar de qué especie serían, puesto que son anteriores a los Paranthropus aethiopicus conocidos, y muy anteriores a los primeros Paranthropus boisei.
¿Parántropos fabricando herramientas? ¿Parántropos comiendo carne?
La discusión no es nueva pero, con una evidencia notable, de nuevo contemplamos la posibilidad de que los parántropos fueran los autores de las herramientas con las que procesaron esos animales para comérselos. Aunque los molares de los parántropos tienen poca capacidad de cizallamiento, su morfología mandibular no excluye la posibilidad del uso de herramientas. El corte y machacado podrían haberles proporcionado acceso a la carne y al tuétano, y más facilidad para masticar y digerir tanto los tejidos animales como los vegetales, ampliando así su dieta.
De todas formas, aunque no se ha encontrado ningún resto de Homo en Nyayanga, hace 2,8 Ma ya había miembros de Homo en el este de África (representados por la mandíbula etíope de Ledi Geraru). Y tampoco serían los primeros parántropos conocidos que convivieron con Homo en el mismo paleopaisaje: hace 1,7 Ma, en Koobi Fora posiblemente se veían en el mismo sitio parántropos como el ER 406 y Homo ergaster como el ER 3733.
Por tanto, los artefactos de Nyayanga no pueden atribuirse definitivamente a un género específico de homininos. ¿Acaso los parántropos encontrados en realidad fueron «víctimas o intrusos»?

Materiales de en Nyayanga, de izda a dcha: molares de Paranthropus, artefactos olduvayenses, huesos con marcas de corte de hipopótamo (A, B) y bóvido (C, D). Crédito: T. W. Plummer et al (2023).
Referencia: Plummer, T. W. et al. (2023). Expanded geographic distribution and dietary strategies of the earliest Oldowan hominins and Paranthropus. Science.
Leer más: Two very different specimens that coexisted: P. boisei ER 406 and H. ergaster ER 3733 | Nutcracker Man
Foto de cabecera. Crédito: Roman Uchytel/Prehistoric Fauna Studio
Hola Roberto, gracias por ponernos al día en los últimos hallazgos.
Me gusta especialmente la pregunta con la que cierras esta entrada «¿Acaso los parántropos encontrados en realidad fueron «víctimas o intrusos»?», lo cual me hace pensar en escenarios de convivencia… o de depredación entre ellos (supongo que no corresponde hablar de «canibalismo» entre los géneros Homo y Paranthropus ¿o sí sería canibalismo?.
Saludos.
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Gracias, Eduardo. Pues sí, ¿no serían esos hipopótamos, antílopes y parántropos los restos de alimentos? Dado que eran distintas especies de homininos, no aplica la definición de canibalismo.
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Ya existen casos de canibalismo entre nuestros ancestros, no sería extraño que fueran víctimas.
No obstante el hallazgo deja abierto el camino para más investigación.
Gracias, un abrazo.
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Y ni siquiera sería canibalismo, atendiendo a la definición estricta…
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