Conozcamos a Homo longi, el Hombre Dragón

Conozcamos a Homo longi, el Hombre Dragón

En un vistazo rápido, algunos de sus rasgos más llamativos pueden llevar a pensar que se trata de un hominino bastante antiguo. Sin embargo, descubramos por qué en realidad puede estar más cerca de nuestro linaje sapiens de lo que parece…

Conferencia impartida para el Club de Ciencia Boadilla, inscrita en la Semana de la Ciencia de Madrid (noviembre 2023).

Utilidad de la investigación y la interpretación de los cuidados en museos: ayúdanos en su definición

Utilidad de la investigación y la interpretación de los cuidados en museos: ayúdanos en su definición

[English version below]

En una publicación anterior se describió la Bioarqueología del Cuidado (BoC, por sus siglas en inglés), una disciplina que estudia los restos de humanos en el pasado con señales de haber tenido experiencias de ciertas enfermedades o lesiones graves durante la vida. Estas señales se identifican a través de marcadores de lesiones, crecimientos anormales y otras anomalías en el esqueleto y, cuando está disponible, con información del tejido momificado. Con el método de la BoC, podemos evaluar las implicaciones generales de estos marcadores para la salud y el bienestar del individuo, y podemos determinar si recibiría un cuidado en forma de adaptación de su comunidad y/o de ayudas directas. En ocasiones, incluso hallamos evidencias de tratamientos específicos con fines terapéuticos, como la amputación y la trepanación.

El Índice del Cuidado (Index of Care) es una aplicación online desarrollada para ayudar al investigador a aplicar el método de la BoC para analizar las prácticas de cuidados en el pasado. Aunque un «índice» a menudo sugiere una herramienta cuantitativa, el Índice del Cuidado es un enfoque puramente cualitativo y basado en la reflexión sobre cada caso único de experiencia de la enfermedad y de sus cuidados.

¿Qué valor tiene investigar los comportamientos de los cuidados en el pasado?

La prestación de cuidados implica apoyo tanto directo como indirecto (el apoyo indirecto también se conoce como adaptación del grupo). Cuidar puede requerir un importante compromiso de recursos materiales, así como una considerable energía personal y emocional tanto por parte de los cuidadores como de los receptores de los cuidados, sobre todo en los casos de larga duración. La investigación centrada en los cuidados abre la puerta a una versión más veraz y matizada de la historia. Puede acabar con la suposición generalizada de que los pueblos del pasado carecían de cuidados y compasión, una idea errónea que sigue afectando a las actitudes, normas y prácticas actuales.

Hagamos más sencilla la investigación: el proyecto “User-friendly Index of Care”

El Índice del Cuidado está diseñado por bioarqueólogos para bioarqueólogos, y puede ser complejo de utilizar. Sin embargo, la discapacidad y los cuidados son elementos vitales con un alcance mucho más amplio que la bioarqueología. Actualmente, estamos investigando las posibilidades de producir una versión del Índice que sea más simple de aplicar y, de esta forma, extender su uso a un número más amplio de contextos, tales como:

  • Museos, relacionados con las ciencias naturales, antropología, arqueología, historia general o cultural, etc., que podrían incorporar en sus materiales didácticos aspectos específicos de los cuidados que recibieron los individuos cuyos restos humanos exhiben o custodian.
  • Disciplinas que comparten objetivos y/o métodos de estudio con la bioarqueología, como paleoantropología, paleopatología, medicina forense, genética, sociología, historia, psicología, ecología… Son campos/disciplinas que podrían incorporar ideas del Índice del Cuidado en su investigación de restos humanos.

Denominamos este proyecto “User-friendly Index of Care”, o “Índice del Cuidado de uso fácil” en español. Centrados ahora en la posible aplicación del Índice en el contexto de los museos, estamos buscando contribuciones tanto de trabajadores como de quienes los visitan. Dado que el personal y los visitantes de un museo pueden tener intereses y prioridades diferentes en lo que se refiere al contenido de las exposiciones, planteamos una primera serie de preguntas dirigida a trabajadores de museos y una segunda a los visitantes.

¿Quieres ayudarnos como trabajador de un museo?

Te pedimos que reflexiones sobre si la experiencia del visitante podría enriquecerse con la interpretación de la discapacidad y los cuidados experimentados por los individuos expuestos o conservados, cuando la evidencia de patología en sus restos lo permita. Sigue leyendo

Homo erectus achaparrados

Homo erectus achaparrados

En un estudio anterior (Bastir, García-Martínez, Torres-Tamayo et al., 2020), nos sorprendió comprobar que las proporciones del tronco de Homo erectus no correspondían a una configuración esbelta, tal como nos suelen ilustrar los textos de manera extensiva, sino más bien achaparrada o esférica. En cambio, las extremidades inferiores sí que indican que tenían un cuerpo largo en comparación con la columna vertebral o la caja torácica, por ejemplo atendiendo a la longitud del fémur. Aquel trabajo se basaba en el esqueleto de la caja torácica, es decir, en el tamaño y proporciones de costillas y vértebras del esqueleto del Chico de Nariokotome KNM-WT 15000 (datado en ~1,5 millones de años).

A partir de los restos de aquel joven erectus, Bastir y compañeros reconstruyeron su caja torácica y realizaban una simulación cinemática de su respiración. En comparación con distintos individuos de Homo sapiens, observaron que el movimiento de las costillas difería notablemente del nuestro. Por otra parte, Gómez-Olivencia et al. (2018) habían reconstruido también la caja torácica del neandertal Kebara 2 (de unos 60.000 años): la morfología torácica en ambos homininos era similar. Esto nos cambió la forma de ver el cuerpo de Homo erectus. Siempre digo que estas son de las pocas investigaciones que realmente sí «obligan a reescribir» textos de prehistoria, en particular todo lo referente a la supuesta esbeltez y modernidad de los cuerpos erectus, con las implicaciones biomecánicas y paleoecológicas que eso tiene.

Ahora, un nuevo trabajo recién publicado (López-Rey et al., 2023) complementa a aquellos, abordando también el análisis de la acción muscular. A partir de una muestra de tomografías computarizadas de humanos modernos, el estudio analiza los diafragmas de estos sapiens actuales y cuantifica su forma. Luego, teniendo en cuenta la relación entre la forma del diafragma y la forma del tórax, estima cómo sería el diafragma en el Chico de Nariokotome y en el neandertal Kebara 2.

Este análisis concluye que, en base a la forma del tórax, el diafragma es más aplanado en ambos especímenes que en un sapiens actual, y correspondería a una forma de expandirse durante la inspiración no tanto en el plano sagital (es decir, hacia arriba y hacia abajo), sino en el plano mediolateral (es decir, de dentro hacia afuera). Estas conclusiones encajan y refuerzan a las del estudio de 2020, que apreciaba un tórax inferior mucho más amplio y costillas mucho más horizontales en Nariokotome que en Homo sapiens, lo que sugería también un mayor desplazamiento mediolateral de las costillas y una menor expansión vertical durante la inspiración que en H. sapiens.

Reconstrucción de cajas torácicas y representación de diafragmas en Homo erectus WT 15000, Homo neanderthalensis Kebara 2, Homo sapiens adultos y subadultos

Reconstrucción de cajas torácicas y representación de diafragmas en Homo erectus WT 15000, Homo neanderthalensis Kebara 2, Homo sapiens adultos y subadultos. Crédito: José M. López-Rey et al (2023).

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La gran aventura de la divulgación

La gran aventura de la divulgación

¿Cómo divulgar, cómo explicar de forma sencilla la complejidad de la evolución humana?

¿Realmente las novedades que anuncian los grandes titulares suponen un cambio de paso en nuestro conocimiento?

¿El anuncio de Homo longi y los de tantos otros hallazgos que «obligan a reescribir la prehistoria» se han recogido ya en los textos? ¿Por qué no…?

Estas son algunas cuestiones que abordaré durante las tres actividades de divulgación en las que participaré en noviembre, un mes que viene cargadito:

11-nov XIV Jornadas aragonesas de Paleontología: mesa redonda «La divulgación en Paleontología»

Organizadas por la Asociación Cultural Bajo Jalón, esta edición cuenta con un excepcional programa de 24 actividades (conferencias, talleres, mesas redondas, salida de campo…) que se desarrollarán el fin de semana del 11 y 12 de noviembre.

El colofón será un homenaje a los tres codirectores actuales de los yacimientos de Atapuerca, José María Bermúdez de Castro, Eudald Carbonell y Juan Luis Arsuaga, quienes en breve dejarán paso a un nuevo equipo de directores. Más información e inscripciones aquí.

Cartel XIV Jornadas aragonesas de Paleontología: mesa redonda "La divulgación en Paleontología"

17-nov Semana de la Ciencia y la Innovación de Madrid. Microcharlas del Club de Ciencia Boadilla: «Conozcamos a Homo longi, el Hombre Dragón»

Inscrita en la Semana de la Ciencia de Madrid, en esta 5ª edición de las Microcharlas de divulgación científica organizadas por el Club de Ciencia Boadilla conoceremos el cráneo que se hizo famoso en 2021, apodado el Hombre Dragón. Veremos y tocaremos una réplica del mismo, discutiremos sobre la nueva especie definida para este fósil (Homo longi), y descubriremos que podría estar más relacionado con nuestra especie Homo sapiens de lo que aparenta su morfología.

El acceso es libre hasta completar aforo (salón de actos del Centro de Empresas municipal, C/ Francisco Alonso, 2, Boadilla del Monte). Más información aquí.

Cartel V Microcharlas Club de Ciencia Boadilla

23-nov V Jornadas prehistóricas de Zamora: conferencia «La gran aventura de la evolución humana»

Organizadas por Paco González y el Ayuntamiento de Zamora, en las Jornadas prehistóricas se programan distintas actividades (3 conferencias y 2 eventos infantiles) a lo largo de la segunda quincena de noviembre.

En la conferencia «La gran aventura de la evolución humana» haremos un recorrido por la historia de nuestra especie, desde los primeros representantes del género Homo hasta los actuales Homo sapiens. De forma ligera (¡pero no lineal!) y rigurosa, y con la pizca de profundidad que sabéis que me gusta introducir, veremos cómo los grupos humanos se enfrentaron a diferentes desafíos, desarrollaron tecnología, crearon culturas y se dispersaron por todo el planeta… O no todos, porque muchos se extinguieron por el camino.

El acceso es libre hasta completar aforo (Edificio de La Alhóndiga, Plaza de Santa Ana).

Cartel V Jornadas prehistóricas de Zamora

Explotación de leones y de otros grandes carnívoros por neandertales

Explotación de leones y de otros grandes carnívoros por neandertales

Se ha presentado la primera evidencia directa de que los neandertales cazaban leones de las cavernas, hace unos 48 ka (miles de años). Esta especie, Panthera spelaea, se extinguió a finales del Pleistoceno, hace unos 12,5 ka. Sin embargo, el rastro más antiguo de homininos cazando leones es el de un ejemplar de Panthera leo fossilis cazado hace 350 ka por los preneandertales de Gran Dolina nivel TD10-1 (Atapuerca). Son muy escasas las evidencias directas conocidas de explotación de grandes depredadores por parte de homininos. Esta actividad requiere una gran cohesión y coordinación de grupo, así como capacidad de improvisación.

En la nueva publicación, se presenta el esqueleto de un león de la cueva de Siegsdorf (Alemania) hallado en 1985. Ya se habían observado algunas marcas de corte en dos costillas, vértebras y el fémur izquierdo. Ahora, su reestudio ha identificado una herida punzante registrada en el interior de otra costilla provocada seguramente por una lanza con punta de madera clavada en el abdomen del animal, seguramente cuando ya estaba tendido en el suelo. Mediría 1,5 m de alto, era de tamaño medio y de una edad avanzada.

En el mismo trabajo, se presentan además tres falanges de otro león de las cavernas de 190 ka, procedente de la cueva de Einhornhöhle (Cueva del Unicornio), en Alemania central, descubiertas en 2019. Los huesos estaban muy juntos y uno tenía marcas típicas del desollado de pieles de animales. La ausencia de pulido, desgaste, perforaciones o cualquier característica vinculada con la elaboración de colgantes o elementos de ropa distingue las garras del león de Einhornhöhle de otros ejemplos encontrados en el registro arqueológico y etnográfico. Esto sugiere que eran originalmente parte del pelaje del león que los neandertales desollaron cuidadosamente para que las garras permanecieran preservadas dentro del mismo. En este caso, no se ha podido determinar que el león fuera cazado. Recordemos que de Einhornhöhle también procede una falange de ciervo gigante Megaloceros giganteus grabada por neandertales hace 51 ka con signos en forma de cuñas o galones enlazados y muescas.

Es interesante la recopilación sobre los sitios paleolíticos con evidencia directa de interacción humanos-leones, que este nuevo trabajo ha documentado:

  • Paleolítico inferior: además de los mencionados Siegsdorf, Einhornhöhle y Gran Dolina, Caverna delle Fate, Chez-Pinaud (Jonzac), Le Portel y cueva de Bolomir.
  • Paleolítico superior, con finalidad de explotación para subsistencia: Grotte du Renne, La Garma, Peyrat (Saint-Rabier), Pair-non-Pair, La Gravette, Grotte Duruthy.
  • Paleolítico superior, con finalidad cultural en forma de arte rupestre o arte mueble: Chauvet, Trois-Frères, Grotte de la Vache (Ariège).
  • Paleolítico superior, con ambas finalidades, explotación y cultural: Hohlenstein-Stadel, Vogelherd, Hohle Fels, Pavlov I, Dolní Věstonice I.

El estudio de la relación entre humanos y leones siempre despierta un gran interés, aunque no fue el único gran depredador con el que los humanos prehistóricos interactuaron: también con osos, panteras, hienas, zorros, linces, etc.  Recordemos la reciente publicación de dos huesos de un oso de las cavernas con marcas de corte procedentes del sitio alemán de Schöningen 12: los homininos hicieron uso de ese pelaje de oso hace unos 320 ka. Esta actividad también se ha observado en otros sitios del Paleolítico inferior, como Isernia La Pineta (Italia, ~600 ka), Boxgrove (Reino Unido, ~500 ka) y Bilzingsleben (Alemania, ~400 ka). Otros sitios del Paleolítico medio muestran evidencia de la explotación tanto de la piel como de la carne del oso, tales como Biache-Saint-Vaast (Francia), Taubach (Alemania), y Rio Secco y Fumane (Italia). En el Paleolítico superior, las actividades de explotación de restos de grandes depredadores se encuentran más extendidas.

De todas formas, la evidencia de la caza de osos a menudo indica que los homininos aprovecharon estratégicamente los comportamientos de hibernación, mientras que los grandes félidos no hibernan, por lo que cazarlos puede resultar más difícil y peligroso. Esta obtención de presas raras o de alto riesgo podría entenderse como una señal no verbal de la habilidad de los cazadores para aprovechar los costes de la caza para obtener un estatus social, como hacen los Maasai. Sin embargo, la explicación más parsimoniosa para el león de Siegsdorf es que fue cazado de manera oportunista para el consumo de los neandertales. El león era viejo y podría haber sido menos capaz de defenderse o escapar eficazmente.

Foto de cabecera: Leones cavernarios de Siegsdorf y de Einhornhöhle. Crédito: Russo G. et al. (2023).

Referencia: Russo, G., Milks, A., Leder, D. et al. (2023). First direct evidence of lion hunting and the early use of a lion pelt by Neanderthals. Sci Rep 13, 16405. 

Reconstrucción ilustrativa del esqueleto de león de las cavernas de Siegsdorf junto a una lanza de madera

Reconstrucción ilustrativa del esqueleto de león de las cavernas de Siegsdorf junto a una lanza de madera. Crédito: Volker Minkus ©NLD