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Orozmani. Recordemos este nombre desde ahora. Se trata de un yacimiento a 20 km de Dmanisi, en Georgia. Todo buen seguidor de la evolución humana reconoce Dmanisi como un sitio clave, ya que allí aparecieron cinco fabulosos cráneos y multitud de restos poscraneales e industria lítica de aspecto olduvayense datados en 1,8 millones de años (Ma). Es decir, estos restos constituyen la presencia humana más antigua fuera de África. Pero, tras Dmanisi, los trabajos de excavación por toda Europa apenas nos habían proporcionado un puñado de yacimientos con restos líticos en el entorno de los 1,5 Ma. Eso sí, otros conjuntos aparecidos en Asia superan ese umbral y llegan hasta los 2 Ma, como el de Shangchen, al norte de China, fechado en 2,1 Ma. Realmente los primeros Homo salieron a Eurasia «al poco» de evolucionar en África.
Los siguientes restos humanos más antiguos fuera de África son los del sitio israelí de ‘Ubeidiya (una vértebra lumbar inferior muy robusta de 1,5 Ma), Orce (un diente deciduo de Barranco León) y Atapuerca (una flamante cara parcial hallada en verano de 2022 en Sima del Elefante) en España, ambos de 1,4 Ma, y la calota de Kocabaş (1,1-1,3 Ma) en Turquía.
Desde 2019 se viene investigando en un nuevo sitio en Qvemo Orozmani, a unos 100 km al suroeste de la capital Tbilisi, que tiene evidencias de presencia hominina de una antigüedad estimada similar a la de Dmanisi (1,77-1,84 Ma). Lo estudia un equipo liderado por Giorgi Bidzinashvili del Museo Nacional de Georgia. En las primeras excavaciones se recuperaron artefactos líticos y huesos de fauna, y se observó el enorme potencial del lugar para el entendimiento de la dispersión de los primeros Homo fuera de África y la ocupación del sur del Cáucaso.
Ahora, se anuncia el hallazgo de un molar que pasa a ser el fósil humano más antiguo de Eurasia tras la colección de Dmanisi. Esperemos su publicación y, sobre todo, la comparación con los dientes de Dmanisi, para entender un poco más la morfología de aquellos Homo erectus que poblaban por Europa, y que seguramente tenían antepasados africanos no mucho más atrás en el tiempo, mientras otros grupos erectinos seguían desarrollándose en paralelo en África, hasta dar origen a nuestro linaje sapiens más de un millón de años más tarde. Sigue leyendo