Entrevista que me ha concedido María Martinón-Torres, comentando sobre distintos ámbitos de su trabajo.
Han transcurrido unas semanas desde el final de la campaña de este año en Atapuerca, cuando las novedades de los últimos días en Cueva Fantasma y su repercusión dejaron un estupendo sabor de boca, así como el trabajo de las casi 300 personas que han participado este año. ¿Cuál ha sido el avance en Gran Dolina, donde tú has participado más?
Hay varios aspectos importantes. En TD10 se han obtenido más restos de fauna y también de industria lítica que completan nuestra comprensión del comportamiento y el ambiente en el que vivieron estos humanos del Pleistoceno Medio. Aunque en TD10 no se han encontrado homínidos, gracias a su extraordinaria riqueza tenemos una información valiosísima sobre el comportamiento y el ambiente en el que se desenvolvieron los homínidos de la Sima de los Huesos, donde sucede lo contrario, una acumulación insólita de homínidos con una única herramienta de posible significado ritual. En ese sentido, Gran Dolina-TD10, Galería y Sima de los Huesos se complementan de maravilla. En un sector de TD10 parece que ya asoma el nivel de TD9, lo que augura que nuestra previsión de llegar a TD6 en los próximos 5 años, no es descabellada. En el nivel de TD4 donde yo he excavado, se ha ratificado la presencia de homínidos en el Pleistoceno Inferior. No es una presencia de humanos intensa, como en TD10, ni como en TD6, pero si lo suficientemente clara como para poder tener, junto con TD6 y Sima del Elefante una de las secuencias «continuas» de ocupación de Pleistoceno Inferior más completas que existen en Europa en la actualidad.


