Actualizado noviembre 2025
El 24 de noviembre cumple años el hallazgo de Lucy, el famoso esqueleto parcial de una hembra de Australopithecus afarensis de 3,2 millones de años (Ma) encontrado por Donald Johanson en 1974. Teniendo muchas similitudes con los simios antepasados del Mioceno, ¿qué le diferencia de ellos, a qué se debe su importancia? Entre otras cuestiones, Lucy es una de las evidencias más antiguas de bipedación incuestionada.
Por esto, hay muchísimo escrito sobre Lucy, y más que va a haber en estos días por su «cumpleaños». Sabemos mucho de ella. Sabemos incluso de qué pudo morir: las fracturas documentadas mediante tomografía computerizada de sus huesos fósiles sugieren una caída desde unos 10 metros, probablemente desde un árbol, en la que habría impactado primero con los pies y luego habría extendido los brazos, por reflejo o instinto intentando frenar su caída (Kappelman, Ketcham, Pearce et al., 2016).
Por eso, he querido centrar este artículo en lo que no sabemos de ella.

Un poco de historia
En los años 70 se hicieron muy populares los yacimientos del triángulo de Afar (Etiopía). Ahora es una zona árida y hostil, pero hace 3 Ma tenía pantanos y ríos y era rica en fauna. Allí, en la localidad de Hadar, Johanson encontró en 1973 dos fémures y una rodilla que sugerían bipedación, al año siguiente a Lucy (numerado AL-288-1), y en los siguientes años los restos de 13 individuos apodados La Primera Familia, un grupo que pudo morir por alguna catástrofe como una inundación.
En paralelo, más al sur en Laetoli (Tanzania) se encontraban otros fósiles: uno de ellos (la mandíbula LH4) es el holotipo de Au. afarensis (que significa «simio del sur de Afar»). Además en Laetoli se hallaron también las famosas huellas de tres Au. afarensis y de otros animales impresas sobre ceniza volcánica hace 3,6 Ma.

Duda 1: ¿Cómo caminaba?
Sus piernas son cortas comparadas con las de los humanos modernos, pero hay muchas características que indican una locomoción bípeda:
- Fémur corto como en los simios, pero con un marcado ángulo bicondíleo que permite mantener el equilibrio del individuo sobre las piernas, y con sección superior ancha para soportar el peso.
- Pelvis corta y ancha, permitiendo caminar erguido.
- Articulación de la rodilla alineada medialmente con la cadera, y parte superior de la tibia ancha para resistir el peso en la bipedación.
- Tórax menos cónico que el de los simios, facilitando la postura erguida.
Su morfología es claramente la de un bípedo habitual, pero las piernas relativamente cortas indican una forma de caminar distinta a la de los humanos modernos. Sorprendentemente, las huellas de Laetoli muestran semejanzas con la mecánica del paso moderno, en la profundidad de la impresión dejada por dedos y talones. También evidencian una ligera divergencia del hallux (dedo gordo), lo que sugiere un pie ligeramente más móvil que el nuestro.
Duda 2: ¿Es antepasado nuestro?
Lucy muestra también un conjunto de rasgos que indican que era muy buena trepadora y mantenía parte de su vida en los árboles:
- Antebrazos largos como en los simios. La proporción húmero-fémur es comparable a los babuinos. El húmero es robusto. Los dedos son largos y curvos, como en los orangutanes.
- Cadera y rodillas con amplia movilidad.
- Pies con características moderadamente prensiles.
Estos rasgos, junto a las adaptaciones a la locomoción bípeda aún no idéntica a la humana, son esperables en un hominino temprano que fuera parcialmente terrestre y viviera estacionalmente en zonas arboladas. La evidencia de bipedación por sí sola no confirma que esta especie sea antepasada directa de Homo sapiens, aunque su registro fósil amplio y su combinación de rasgos generalistas en el esqueleto poscraneal y la dentición apuntan en esa dirección.
Duda 3: ¿Qué relación filogenética tiene con otros homininos?
Es habitual considerar Australopitheucus anamensis y Au. afarensis como cronoespecies, aunque comienza a haber dudas sobre esto, dado que pudo haber un intervalo temporal de coexistencia. En todo caso, debido a los enormes huecos en el registro fósil, es difícil interpretar la relación entre Au. afarensis y especies posteriores de homininos bípedos, dado que la combinación de rasgos funcionales asociados a la bipedación puede explicarse por homoplasia, es decir, por adquisiciones independientes en linajes distintos.
Por otra parte, se llegó a plantear si la especie de Lucy debería incluirse en un género distinto, previo a Australopithecus y Paranthropus. Un maxilar de Laetoli hallado en 1939 fue publicado en 1950 como Praeanthropus africanus, aunque desde los años 70 propuesto como perteneciente a la misma especie que los fósiles atribuidos a Au. afarensis.
Duda 4: ¿Dimorfismo sexual o varias especies?
El registro fósil de Au. afarensis incluye varios cientos de especímenes que representan la mayor parte del esqueleto. Sin embargo, la variabilidad de tamaños es tan acusada, con individuos muy grandes y otros muy pequeños, que periódicamente renace el debate sobre si esto refleja un acentuado dimorfismo sexual en esta especie o si, por el contrario, parte del material pertenece a especies distintas.
El hallazgo en 1992 del cráneo fósil AL-444-2, el más grande atribuido a Au. afarensis, reforzó los rasgos esenciales de la especie de Au. afarensis, incluido el dimorfismo sexual.

En 2005 se encontró también en Afar otro posible macho, un esqueleto parcial de hace 3,58 Ma apodado Kadanuumuu («hombre grande»), atribuido a Au. afarensis. Al igual que AL-444-2, Kadanuumuu es mucho más grande que Lucy y, como ella, tiene las piernas relativamente cortas, pero corresponden a un ser bípedo. La peculiaridad de Kadanuumuu es su omóplato, que no muestra adaptación para trepar.
Por otra parte, el análisis de ocho dimensiones poscraneales sugiere que tanto Au. afarensis como la especie sudafricana Australopithecus africanus presentan un alto grado de dimorfismo sexual de tamaño, significativamente mayor que el de los chimpancés y los humanos modernos. A su vez, Au. afarensis tiene mayor dimorfismo que Au. africanus (Gordon, 2025).
Duda 5: ¿Usaba tecnología?
En 2009 se hallaron en el valle del bajo Awash (Etiopía) dos huesos de animales datados en 3,39 Ma que presentan marcas en apariencia provenientes de una herramienta cortante y un percutor, que habrían servido para extraer carne y tuétano. Esto supondría el registro más antiguo de uso de tecnología, pero la falta de más evidencias impide un consenso claro.
No puede descartarse que Au. afarensis utilizara materiales perecederos como herramientas, como se ha observado en chimpancés actuales, pero la longitud y curvatura de los dedos de Au. afarensis son poco característicos de una mano talladora. Sin embargo, en mayo de 2015 se publicó el hallazgo de herramientas en Lomekwi (Kenia) datadas en 3,3 Ma, estando Au. afarensis entre los posibles candidatos a ser su fabricante, por la cercanía temporal y geográfica a las herramientas.
En definitiva
A pesar de contar con cientos de fósiles que permiten caracterizar a la especie de Lucy, seguimos teniendo dudas esenciales sobre ella. Esto ilustra la magnitud de las incertidumbres que afectan a otras especies del período 4-2,5 Ma, de las que solo contamos con un puñado de especímenes.
A buen seguro seguiremos teniendo novedades en el estudio de Au. afarensis, una especie longeva en términos evolutivos, con más de un millón de años de persistencia.
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