Hace tiempo que descartamos una supuesta linealidad evolutiva entre Homo habilis y Homo erectus en los comienzos de «lo humano». Por una parte, tenemos habilinos cada vez más recientes, como el maxilar KNM-ER 42703, de tan solo 1,44 Ma (millones de años) y, por otra parte, tenemos erectinos cada vez más antiguos, como el cráneo parcial DNH 134 de Drimolen, Sudáfrica (1,95-2,04 Ma), y el fragmento de occipital KNM-ER 2598 (1,9 Ma). Donde antes los textos ilustraban una posible evolución anagenética desde unos seres más pequeños y primitivos hasta otros con un cerebro y un cuerpo más grandes y unas piernas más largas, ahora vamos intuyendo un cada vez más probable ancestro común de ambos linajes, todavía por conocer, que dio lugar a la gran diversidad de formas africanas cuya interpretación nos trae de cabeza. De hecho, este antepasado podría haber tenido más rasgos habilinos que erectinos, si atendemos a los pequeños cráneos de Dmanisi (Georgia), de 1,8 Ma. En este otro artículo escribí sobre ello en detalle.
Esta semana hemos conocido a un fósil que se une a la lista de los erectinos más antiguos. La mandíbula infantil Garba IVE (apodada simplemente Garba) se halló en 1982 en el nivel E del yacimiento Garba IV, uno de los más antiguos del complejo de sitios arqueopaleontológicos de Melka Kunture (Etiopía), que abarca tecnologías olduvayense, achelense y MSA. Esta mandíbula de un niño de 2-3 años se ha reevaluado con la ayuda de escáner MicroCT para analizar en el interior del hueso los dientes definitivos no erupcionados, ya que en el exterior sólo se conservan dos dientes deciduos, poco representativos para la identificación a nivel de especie. La anatomía de estos dientes definitivos confirman la adscripción de Garba al taxón de Homo erectus, que ya se intuía por la morfología que la relacionaba con especímenes subadultos como KNM-ER 820 y KNM-ER 1477. De acuerdo a los últimos trabajos de datación del sitio, Garba se convierte en el representante más antiguo de esta especie, con 2,06 Ma de antigüedad.
Adicionalmente, el trabajo ha permitido identificar artefactos de talla achelense en el nivel D, fechado en 1,95 Ma, adelantando en ~0,2 Ma la primera presencia conocida de esta tecnología (por ejemplo, la del FLK West, de 1,7 Ma). Por su parte, la tecnología presente en los niveles inferiores de Garba, de 2 Ma, es olduvayense.

Herramientas achelenses del Garba IV (1,95 Ma). Mussi et al (2023). Cortesía de Eduardo Méndez Quintas.
Este trabajo es de gran importancia debido también a la singularidad del lugar. Melka Kunture se sitúa en el altiplano etíope, una vasta extensión montañosa al noroeste de África, con condiciones muy distintas a las de la sabana esteafricana. Allí el paleoambiente difirió significativamente del de otros lugares de África por su elevación, el clima más fresco y lluvioso, el desarrollo de especies animales y vegetales endémicas y el impacto recurrente de la actividad volcánica. La altitud establece fuertes variaciones de amplitud térmica diaria y en el régimen de precipitaciones, lo que favorece la creación de escenarios ecológicos diferenciados en función de la orografía. En este contexto, a más de 2000 m de altitud, aquellos grupos de Homo erectus evolucionaron hace 2 Ma desarrollando la tecnología achelense a partir de la talla de grandes lascas para obtener herramientas más complejas.
Todo es más antiguo de lo que actualmente suponemos. Por una parte, aquellos homininos salieron de África pero no hace 1,8 Ma (Dmanisi) sino que habían salido ya bastante antes, llegando hasta China hace al menos 2,1 Ma, como lo atestiguan los restos líticos en distintos sitios (por ejemplo, Shangchen 2,1 Ma; Yuanmou y otros, 1,7 Ma). También acabamos de conocer la sorprendente antigüedad de 2,9 Ma para el primer Olduvayense, con 330 artefactos en Nyayanga, junto al lago Victoria (Kenia). No me sorprende nada que vayamos conociendo representantes más antiguos de las primeras especies humanas. Esto debe aliviarnos por ir rellenando huecos, pero también impulsarnos para abordar nuevos estudios que permitan aclarar, por ejemplo, de quién fue la mandíbula de Ledi-Geraru (2,8 Ma, Etiopía) o quiénes fueron los autores de las herramientas de Lomekwi (3,3 Ma, Kenia). En realidad, puede que los comienzos de «lo humano» todavía haya que buscarlos hasta un millón de años antes del niño erectus de Melka Kunture.

Reconstrucción de Garba con el detalle de la posición del fragmento mandibular y el detalle de los dientes analizados (ilustración de Diego Rodríguez-Robredo). Fragmento mandibular de Garba (Mussi et al., 2023).
Agradecimientos: a Eduardo Méndez Quintas, coautor del trabajo, por la información facilitada.
Referencia: Mussi, M. Skinner, M.M., Melis, R.T., Panera, J., Rubio Jara, S., Davies, T.W., Geraads, D., Bocherens, H., Briatico, G., Le Cabec, A., Hublin, J.J., Gidna, A., Bonnefille, R., Di Bianco, L., Méndez-Quintas, E., 2023. Early Homo erectus lived at high altitudes and produced both Oldowan and Acheulean tools. Science, 383.
Hola Roberto. Hace algún tiempo descubrí tu blog y
entre él, los podcasts de «A Ciencia Cierta» (de los que
estoy esperando ansiosamente algún otro programa
sobre prehistoria) y una reciente visita a Atapuerca y al
Museo de la Evolución Humana, he recuperado mi
interés por tantos temas de la prehistoria que han
evolucionado desde que los estudié en la carrera de
biología. Ahora aplico muchos de estos avances que
nos mostráis con mis alumnos de bachillerato y es una
gozada. Así que, de entrada, un gran agradecimiento
por tu trabajo científico de divulgación.
Te quería comentar sobre este caso que comentas de
la mandíbula del Garba IV de Melka Kunture. Leí sobre
el artículo dos días antes que lo publicases, a través de
la agencia sinc,
https://www.agenciasinc.es/Noticias/Situan-porprimera-vez-la-aparicion-del-Homo-erectus-hace-2-
millones-de-anos y una de las cosas que me llamó más
la atención es cuando en la noticia comentan que el
yacimiento se encuentra en un altiplano a más de
2.000 metros de altitud, y a partir de aquí plantean la
hipótesis (al menos en la noticia y me imagino que en
el artículo científico también, aunque no tengo acceso)
de que estos erectus que vivían en un ambiente
templado, menos cálido que la sabana, estarían «más
preparados» para dar el salto fuera de África donde se
encontrarían ambientes similares.
El caso es que, por supuesto, tú explicas la
importancia de estos ambientes distintos para
comentar el desarrollo de nuevas tecnologías, pero en
ningún caso comentas que esto pudiera servir como un
paso importante a la hora de ir hacia Europa y Asia,
como sí hace la hipótesis de la noticia. Y claro,
después de haberte oído en vídeos y en podcasts, me
pregunto por qué no lo comentas en tu blog y llego a la
conclusión de que esta hipótesis no te acaba de
convencer (cuando a mí, como quasi-neófito, me ha
llamado poderosamente la atención).
Me gustaría saber, si es posible, tu opinión sobre el
tema, aunque si no puede ser, seguiré disfrutando de
tu blog y tus conocimientos tan generosamente compartidos.
Gracias y un saludo,
ignasi
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Hola, Ignasi. Muchísimas gracias por seguir el blog, y por tus comentarios y tu consulta. En realidad, en el artículo ya respondo a la misma. Hubo homininos que ya salieron de África bastante antes que hace los 2 millones de años de estos Homo erectus de Melka Kunture, y de ellos no podemos saber si provenían de alguna adaptación en altura o climática.
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Perfecto! Gracias de nuevo!
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