Humanos y parántropos cruzándose por el camino

En 2016, escribí que especímenes de Homo erectus y de Paranthropus boisei coexistieron en el mismo paisaje cerca del Lago Turkana. Entonces usé el término «virtualmente» para subrayar que, aunque algunos milenios pueden parecer un lapso breve en términos geológicos, siguen siendo un periodo extenso. Restos de ambos linajes se han encontrado en capas sedimentarias cercanas en tiempo y espacio, pero esto no significa necesariamente que se hayan visto cara a cara. En todo caso, aquellos hallazgos fueron muy significativos porque demostraban un caso de simpatría entre homininos: la convivencia de dos especies muy distintas en morfología, capacidad craneal y estrategias de aprovechamiento de los recursos naturales. Estas diferencias les permitieron adaptarse a un mismo nicho ecológico minimizando la competencia directa.

Cráneos de Paranthropus boisei KNM ER 406 y de Homo erectus KNM ER 3733. Crédito: Roberto Sáez.

Ahora, tenemos evidencia de que sí coexistieron físicamente al mismo tiempo. Hace 1,5 Ma (millones de años), individuos de ambas especies caminaron por el mismo lugar. Lo sabemos gracias a sus huellas (K. G. Hatala, N. T. Roach, A. K. Behrensmeyer, et al., 2024). Este descubrimiento realmente hace vibrar: no se trata de fósiles que ofrecen una visión estática de cómo pudieron ser sus dueños, sino de rastros que nos hacen imaginar a aquellos seres en movimiento. Podemos figurarnos a cada uno caminando e interactuando con los miembros de su grupo, aunque dudo mucho que entre especies hubiera algo más allá de la curiosidad por verse de vez en cuando. Eran radicalmente distintos en forma y en modo de vida. Los Homo erectus ya tenían una estatura cercana a la nuestra, aunque posiblemente con un cuerpo algo achaparrado, y un cerebro de unos 1000 cc. Los parántropos, en cambio, mostraban una morfología poscraneal más similar a la de los australopitecos, y un cráneo muy distinto al humano, marcado por una mandíbula y una dentición masivas, con un cerebro más pequeño.

Las primeras huellas del sitio FE22 de Koobi Fora (Kenia) aparecieron en 1978. Junto a numerosas pisadas de hipopótamo, aparecieron rastros de un Homo temprano que caminó desde un barro más blando hacia una superficie más dura y menos profunda. En 2021, se descubrió el conjunto completo de huellas, atribuidas a dos tipos distintos de homininos que pasaron por allí con una diferencia de tiempo muy estrecha, de pocos días, quizá incluso en el mismo día. Las huellas sólo se preservan de esta manera si se cubren rápidamente con barro, ceniza u otros sedimentos.

El conjunto incluye una senda de 13 pisadas hechas por un Paranthropus boisei que caminaba rápidamente hacia el este y, a menos de un metro de distancia, sobre la misma superficie, tres huellas aisladas dejadas por dos o tres individuos de Homo erectus que se dirigían hacia el norte. La identificación de las especies se basa en su asociación con los fósiles hallados en la región con esa antigüedad. Las huellas están excepcionalmente bien conservadas, permitiendo comparaciones detalladas con otras conocidas de homininos, así como con las de 340 humanos actuales. Algunas huellas son tan claras que muestran el deslizamiento de los dedos por el barro.

Rastro de huellas dejadas por un Paranthropus boisei. Crédito: Neil T. Roach

La morfología del pie de ambos homininos se distingue claramente. El pulgar del parántropo era más móvil y divergente, lo que sugiere una bipedación menos eficiente, mientras que el pie del Homo estaba más adaptado a recorrer largas distancias, con una cinemática bípeda casi idéntica a la nuestra. También se distinguen los patrones biomecánicos de la pisada a partir del arco dejado en el suelo al aterrizar sobre los talones y desplazar el centro de gravedad de la planta del pie a los dedos. Hace 3,66 Ma, los australopitecos de Laetoli (Tanzania) dejaron huellas que muestran un impacto de talón similar, pero un patrón de propulsión diferente, con un arco algo más plano, como el de las huellas del parántropo de FE22.

Otros animales también dejaron huellas allí: antílopes, cebras, hipopótamos, elefantes, cigüeñas y pelícanos, pero no otros primates. Es probable que ambos homininos coincidieran allí buscando agua y alimentos en un entorno rico en recursos. Mientras que los parántropos tenían una dieta basada en plantas tipo C4 (hierbas y juncos), los humanos era omnívoros, consumiendo vegetales y proteínas animales.

Huellas de Homo erectus (izquierda) y Paranthropus boisei (derecha). Crédito: Kevin Hatala/Chatham

Finalmente, como es habitual, me gusta conectar distintos estudios. En esta ocasión, destaco tres:

  1. En Ileret, a 40 km al norte de FE22, se encontró otro extraordinario conjunto de 97 huellas de al menos 8 homininos de una antigüedad similar a la de FE22 (1,5 Ma). Un subconjunto de estas huellas corresponde a varios individuos adultos que se movían en la misma dirección, lo que parece un desplazamiento en grupo a lo largo de la orilla del lago. Los investigadores piensan que en este conjunto puede haber también huellas tanto de Homo como de Paranthropus.
  2. En el sitio A de Laetoli (Tanzania), hay cinco huellas dejadas por unos homininos más pequeños que los de las huellas de los sitios G y S (estas son las más conocidas, y están típicamente asociadas a Australopithecus afarensis). Las de los tres sitios tienen una antigüedad de unos 3,66 Ma. Por su morfología, dimensiones y cinemática del paso, las huellas del sitio A parecen pertenecer a una especie distinta de hominino.
  3. En el sitio de NY-1 de Nyayanga, junto al lago Victoria (Kenia), se encontraron restos de parántropo en el mismo lugar que 330 artefactos líticos de talla olduvayense, y huesos de hipopótamo y de antílope con marcas de corte. La datación de este conjunto es de 2,6-3 Ma. Si los parántropos fueron los fabricantes de las herramientas, o si fueron el alimento de los fabricantes, es una incógnita que me fascina.

¿Quieres conocer las huellas de homininos más antiguas por continente? Aquí te lo cuento.

5 pensamientos en “Humanos y parántropos cruzándose por el camino

  1. ¿Cabe la posibilidad de que fuera un episodio de caza?

    El humano parece un linaje bastante belicoso con todo lo que fuera fuente de proteínas, hasta hoy

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  2. Enhorabuena Roberto por tu blog, es interesantísimo y como siempre muy bien documentado. Viendo las huellas antiguas por continente, que enlazas al final del artículo, me hace pensar en esas imágenes que tenemos de los sapiens cruzando la Europa helada protegidos por botas… Sin embargo, todas las huellas son de pies descalzos, incluso en un tiempo en que ya solo quedábamos nosotros como especie (las de América por ejemplo). ¿Se han encontrado huellas antiguas con marca de calzado?

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  3. Desde hace unos años hago un razonamiento similar al Sr Juan Atienza. Por què estaría un grupo denisovano en Altai en invierno con 21ºbajo cero en un día como hoy. O otros grupos desarrollando capacidades pulmonares y cambios genéticos a 5.000 msnm. Tal vez huyendo de otros humanos violentos o caníbales. Felicitaciones por este maravilloso blog.

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