Las cinco especies humanas de Atapuerca

Las cinco especies humanas de Atapuerca

Hasta ahora se conocen cinco especies humanas que han habitado los distintos sitios de Atapuerca a lo largo de casi un millón y medio de años. Descúbrelas en esta conferencia impartida para el Club de Ciencia Boadilla el 29 de septiembre de 2023:

  1. Homo sp. 13:06
  2. Homo antecessor 18:35
  3. Preneandertal 29:30
  4. Homo neanderthalensis 40:05
  5. Homo sapiens 44:05
Más o menos claridad en los orígenes de Homo: el niño erectus de Melka Kunture y la primera tecnología achelense

Más o menos claridad en los orígenes de Homo: el niño erectus de Melka Kunture y la primera tecnología achelense

Hace tiempo que descartamos una supuesta linealidad evolutiva entre Homo habilis y Homo erectus en los comienzos de «lo humano». Por una parte, tenemos habilinos cada vez más recientes, como el maxilar KNM-ER 42703, de tan solo 1,44 Ma (millones de años) y, por otra parte, tenemos erectinos cada vez más antiguos, como el cráneo parcial DNH 134 de Drimolen, Sudáfrica (1,95-2,04 Ma), y el fragmento de occipital KNM-ER 2598 (1,9 Ma). Donde antes los textos ilustraban una posible evolución anagenética desde unos seres más pequeños y primitivos hasta otros con un cerebro y un cuerpo más grandes y unas piernas más largas, ahora vamos intuyendo un cada vez más probable ancestro común de ambos linajes, todavía por conocer, que dio lugar a la gran diversidad de formas africanas cuya interpretación nos trae de cabeza. De hecho, este antepasado podría haber tenido más rasgos habilinos que erectinos, si atendemos a los pequeños cráneos de Dmanisi (Georgia), de 1,8 Ma. En este otro artículo escribí sobre ello en detalle.

Esta semana hemos conocido a un fósil que se une a la lista de los erectinos más antiguos. La mandíbula infantil Garba IVE (apodada simplemente Garba) se halló en 1982 en el nivel E del yacimiento Garba IV, uno de los más antiguos del complejo de sitios arqueopaleontológicos de Melka Kunture (Etiopía), que abarca tecnologías olduvayense, achelense y MSA. Esta mandíbula de un niño de 2-3 años se ha reevaluado con la ayuda de escáner MicroCT para analizar en el interior del hueso los dientes definitivos no erupcionados, ya que en el exterior sólo se conservan dos dientes deciduos, poco representativos para la identificación a nivel de especie. La anatomía de estos dientes definitivos confirman la adscripción de Garba al taxón de Homo erectus, que ya se intuía por la morfología que la relacionaba con especímenes subadultos como KNM-ER 820 y KNM-ER 1477. De acuerdo a los últimos trabajos de datación del sitio, Garba se convierte en el representante más antiguo de esta especie, con 2,06 Ma de antigüedad.

Adicionalmente, el trabajo ha permitido identificar artefactos de talla achelense en el nivel D, fechado en 1,95 Ma, adelantando en ~0,2 Ma la primera presencia conocida de esta tecnología (por ejemplo, la del FLK West, de 1,7 Ma). Por su parte, la tecnología presente en los niveles inferiores de Garba, de 2 Ma, es olduvayense.

Herramientas achelenses del Garba IV (1,95 Ma)

Herramientas achelenses del Garba IV (1,95 Ma). Mussi et al (2023). Cortesía de Eduardo Méndez Quintas.

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Los Dólmenes de Antequera y la memoria de los antepasados

Los Dólmenes de Antequera y la memoria de los antepasados

El conjunto arqueológico de los Dólmenes de Antequera es uno de los complejos megalíticos más importantes del mundo, inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial en 2016. Se encuentra al sur de la península ibérica, en las zonas serranas de Antequera, al norte de la provincia de Málaga. Se compone de tres construcciones megalíticas (Menga, Viera y El Romeral) alineadas entre sí y con la formación montañosa de La Peña de los Enamorados, pero con distintas orientaciones para sus tres entradas: la de Viera está dirigida hacia el orto solar equinoccial, la de Menga hacia La Peña de los Enamorados, y la de El Romeral hacia la montaña de El Torcal. Más adelante explicaremos la relevancia de esto.

Las tres estructuras megalíticas están enterradas bajo túmulos de tierra y se mezclan con el paisaje natural. Están compuestas por grandes bloques o losas de piedra (ortostatos) que forman cámaras y espacios cubiertos, de forma adintelada en los casos de Menga y Viera, y de falsa cúpula en el caso de El Romeral. Su conservación actual es muy buena, a pesar de los expolios y reparaciones erróneas que han sufrido.

En el Neolítico, aquel paisaje se componía de pinares densos a los pies de las montañas, así como de encinares dispersos, charcas y lagunas rodeadas por alisos, fresnos y avellanos. En las sierras próximas de El Torcal y de Mollina se han encontrado distintas cuevas usadas por los primeros grupos del Neolítico inicial (hace más de 7000 años). En el siguiente milenio se asentaron las primeras comunidades agrarias en la zona, de las que se han conservado restos de varios poblados pequeños. Se dedicaban a actividades como pastoreo, agricultura, caza, pesca, recolección de frutos y fabricación de utensilios de sílex. Distintas poblaciones se establecieron en un asentamiento al aire libre en el llamado cerro de Marimacho, compartiendo códigos religiosos y una noción de pertenencia tribal o clánica.

Hace unos 6000 años, los sucesores de aquellos grupos emprendieron la edificación de la primera y mayor de las tres construcciones megalíticas, Menga. Estos edificios pudieron servir para fijar ideológicamente la presencia y arraigo de las poblaciones en aquellas tierras. En su función como cámaras mortuorias, constituyen depósitos de identidad genealógica y cultural. Como espacios rituales, servirían para realizar ceremonias relacionadas con su mundo simbólico. Del mismo periodo es el sitio de Peñas de Cabrera (Casabermeja), donde existe un importante conjunto de pinturas rupestres rojas de tipo esquemático.

Interior de la cámara del tholos El Romeral, Antequera

Interior de la cámara del tholos de El Romeral, Antequera. Crédito: Roberto Sáez

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Paleoantropología: novedades 3er trimestre 2023

Paleoantropología: novedades 3er trimestre 2023

De este tercer trimestre que cerramos hoy, he recopilado 34 publicaciones sobre paleoantropología que resumo a continuación ordenadas, como siempre, por orden cronológico del objeto publicado:

  • A partir de los restos hallados en el sitio de Çorakyerler, en Anatolia central, datados en 8,7 Ma (millones de años), se ha presentado un nuevo género de homínido, Anadoluvius, que refuerza la diversidad de los simios fósiles mediterráneos.

Cráneo CO-2100/2800 del individuo femenino de Anadoluvius turkae. Crédito: Sevim-Erol, A. et al. (2023)

A partir de él, los autores sugieren que formó parte de la primera radiación conocida de homínidos, actualmente sólo identificados en Europa y Anatolia. Los homínidos pueden haberse originado en Eurasia a finales del Mioceno, o pueden haberse dispersado en Eurasia a partir de un ancestro africano desconocido. La diversidad de homínidos en Eurasia sugiere un origen in situ pero no excluye una hipótesis de dispersión [+].

Encaje filogenético de Anadoluvius. Crédito: Sevim-Erol, A. et al. (2023)

  • Se ha conseguido analizar el proteoma de cuatro especímenes de Paranthropus robustus de Swartkrans (Sudáfrica) de 2 Ma, para determinar su sexo y variabilidad genética, a partir del esmalte dental de los molares SK 835 y SK 14132 y los premolares SK 830 y SK 850 [+].

Localización de Swartkrans y especímenes de Paranthropus robustus SK 835, SK 830, SK 850, SK 14132

Localización de Swartkrans y especímenes de Paranthropus robustus SK 835, SK 830, SK 850, SK 14132. Crédito: P. Madupe et al (2023)

  • El endocráneo de ER 3732, un espécimen de Homo temprano datado en unos 1,9 Ma, indica una organización primitiva del área de Broca, asociada a la función del habla, con rasgos más próximos a chimpancés que a humanos modernos [+].
Réplica digital del endocráneo ER 3732

Réplica digital del endocráneo ER 3732. Crédito: Beaudet y de Jager (2023)

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Filogenia y sexo de parántropos a partir de su proteoma

Filogenia y sexo de parántropos a partir de su proteoma

[English version below]

Los métodos de determinación de relaciones evolutivas entre homininos tradicionalmente se han basado en la morfología de los fósiles. Las limitaciones de estos métodos son obvias, incluyendo las dudas sobre si la variación observada entre especímenes puede deberse al dimorfismo sexual, a la diversidad taxonómica desconocida, o encaja en la variabilidad intraespecífica. La falta de datos moleculares ha impedido la utilización de otras técnicas hasta hace pocos años.

Ahora, por fin, estamos comenzando a explotar nuevas técnicas genómicas y proteómicas para revisar viejas asunciones y clasificaciones. Las limitaciones de la conservación del ADN hasta la fecha han imposibilitado estudiar genomas más antiguos que el umbral del medio millón de años marcado por el material recuperado de los homininos de la Sima de los Huesos. A partir de él, se pudo confirmar la pertenencia de estos homininos al linaje neandertal. En África, las condiciones de conservación del material genético son más desafiantes y hacen que tan solo se haya podido estudiar ADN humano de hasta 18.000 años (M. Lipson et al., 2022).

Sin embargo, la aplicación de técnicas de secuenciación a proteínas halladas en los dientes ha permitido ampliar el alcance temporal de los materiales analizables, e ir más atrás en el tiempo para, por ejemplo, estimar los vínculos filogenéticos de Homo antecessor, de 850 ka (miles de años), que lo sitúan muy cerca del último ancestro común de los linajes neandertal y sapiens.

Un nuevo trabajo (Madupe et al., 2025) ha conseguido duplicar la antigüedad del proteoma secuenciado de hominino, hasta dos millones de años, que es la antigüedad de los cuatro especímenes de Paranthropus robustus estudiados: los molares SK 850, SK 835, SK 830 y SK 14132, procedentes del Miembro 1 de la cueva de Swartkrans, en Sudáfrica (1,8-2,2 Ma, millones de años). La rápida acumulación del sedimento mediante inundaciones repentinas, la relativa aridez y la cementación contribuyeron a la buena preservación de las proteínas dentro de los dientes fósiles. Aunque la formación del Miembro 1 se prolongó durante casi medio millón de años, estos cuatro especímenes se consideran penecontemporáneos, es decir, afectados por el mismo proceso geológico tras la sedimentación.

Se trata de una investigación importante, ya que suelen ser objeto de discusión tanto la gran variabilidad intraespecífica de P. robustus como sus relaciones filogenéticas con otros taxones, como los parántropos esteafricanos o las especies de australopitecinos, comenzando por las sudafricanas. Aunque el consenso mayoritario considera que Paranthropus es un grupo monofilético, es decir, sus miembros comparten un antepasado común, las similitudes morfológicas entre P. robustus y Au. africanus en el sur de áfrica, y entre los esteafricanos P. aethiopicus, P. boisei y Au. afarensis, despiertan dudas sobre una posible parafilia o mezclas entre especies.

Los principales hallazgos de este trabajo se resumen a continuación:

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