La gran aventura de la divulgación

La gran aventura de la divulgación

¿Cómo divulgar, cómo explicar de forma sencilla la complejidad de la evolución humana?

¿Realmente las novedades que anuncian los grandes titulares suponen un cambio de paso en nuestro conocimiento?

¿El anuncio de Homo longi y los de tantos otros hallazgos que «obligan a reescribir la prehistoria» se han recogido ya en los textos? ¿Por qué no…?

Estas son algunas cuestiones que abordaré durante las tres actividades de divulgación en las que participaré en noviembre, un mes que viene cargadito:

11-nov XIV Jornadas aragonesas de Paleontología: mesa redonda «La divulgación en Paleontología»

Organizadas por la Asociación Cultural Bajo Jalón, esta edición cuenta con un excepcional programa de 24 actividades (conferencias, talleres, mesas redondas, salida de campo…) que se desarrollarán el fin de semana del 11 y 12 de noviembre.

El colofón será un homenaje a los tres codirectores actuales de los yacimientos de Atapuerca, José María Bermúdez de Castro, Eudald Carbonell y Juan Luis Arsuaga, quienes en breve dejarán paso a un nuevo equipo de directores. Más información e inscripciones aquí.

Cartel XIV Jornadas aragonesas de Paleontología: mesa redonda "La divulgación en Paleontología"

17-nov Semana de la Ciencia y la Innovación de Madrid. Microcharlas del Club de Ciencia Boadilla: «Conozcamos a Homo longi, el Hombre Dragón»

Inscrita en la Semana de la Ciencia de Madrid, en esta 5ª edición de las Microcharlas de divulgación científica organizadas por el Club de Ciencia Boadilla conoceremos el cráneo que se hizo famoso en 2021, apodado el Hombre Dragón. Veremos y tocaremos una réplica del mismo, discutiremos sobre la nueva especie definida para este fósil (Homo longi), y descubriremos que podría estar más relacionado con nuestra especie Homo sapiens de lo que aparenta su morfología.

El acceso es libre hasta completar aforo (salón de actos del Centro de Empresas municipal, C/ Francisco Alonso, 2, Boadilla del Monte). Más información aquí.

Cartel V Microcharlas Club de Ciencia Boadilla

23-nov V Jornadas prehistóricas de Zamora: conferencia «La gran aventura de la evolución humana»

Organizadas por Paco González y el Ayuntamiento de Zamora, en las Jornadas prehistóricas se programan distintas actividades (3 conferencias y 2 eventos infantiles) a lo largo de la segunda quincena de noviembre.

En la conferencia «La gran aventura de la evolución humana» haremos un recorrido por la historia de nuestra especie, desde los primeros representantes del género Homo hasta los actuales Homo sapiens. De forma ligera (¡pero no lineal!) y rigurosa, y con la pizca de profundidad que sabéis que me gusta introducir, veremos cómo los grupos humanos se enfrentaron a diferentes desafíos, desarrollaron tecnología, crearon culturas y se dispersaron por todo el planeta… O no todos, porque muchos se extinguieron por el camino.

El acceso es libre hasta completar aforo (Edificio de La Alhóndiga, Plaza de Santa Ana).

Cartel V Jornadas prehistóricas de Zamora

Explotación de leones y de otros grandes carnívoros por neandertales

Explotación de leones y de otros grandes carnívoros por neandertales

Se ha presentado la primera evidencia directa de que los neandertales cazaban leones de las cavernas, hace unos 48 ka (miles de años). Esta especie, Panthera spelaea, se extinguió a finales del Pleistoceno, hace unos 12,5 ka. Sin embargo, el rastro más antiguo de homininos cazando leones es el de un ejemplar de Panthera leo fossilis cazado hace 350 ka por los preneandertales de Gran Dolina nivel TD10-1 (Atapuerca). Son muy escasas las evidencias directas conocidas de explotación de grandes depredadores por parte de homininos. Esta actividad requiere una gran cohesión y coordinación de grupo, así como capacidad de improvisación.

En la nueva publicación, se presenta el esqueleto de un león de la cueva de Siegsdorf (Alemania) hallado en 1985. Ya se habían observado algunas marcas de corte en dos costillas, vértebras y el fémur izquierdo. Ahora, su reestudio ha identificado una herida punzante registrada en el interior de otra costilla provocada seguramente por una lanza con punta de madera clavada en el abdomen del animal, seguramente cuando ya estaba tendido en el suelo. Mediría 1,5 m de alto, era de tamaño medio y de una edad avanzada.

En el mismo trabajo, se presentan además tres falanges de otro león de las cavernas de 190 ka, procedente de la cueva de Einhornhöhle (Cueva del Unicornio), en Alemania central, descubiertas en 2019. Los huesos estaban muy juntos y uno tenía marcas típicas del desollado de pieles de animales. La ausencia de pulido, desgaste, perforaciones o cualquier característica vinculada con la elaboración de colgantes o elementos de ropa distingue las garras del león de Einhornhöhle de otros ejemplos encontrados en el registro arqueológico y etnográfico. Esto sugiere que eran originalmente parte del pelaje del león que los neandertales desollaron cuidadosamente para que las garras permanecieran preservadas dentro del mismo. En este caso, no se ha podido determinar que el león fuera cazado. Recordemos que de Einhornhöhle también procede una falange de ciervo gigante Megaloceros giganteus grabada por neandertales hace 51 ka con signos en forma de cuñas o galones enlazados y muescas.

Es interesante la recopilación sobre los sitios paleolíticos con evidencia directa de interacción humanos-leones, que este nuevo trabajo ha documentado:

  • Paleolítico inferior: además de los mencionados Siegsdorf, Einhornhöhle y Gran Dolina, Caverna delle Fate, Chez-Pinaud (Jonzac), Le Portel y cueva de Bolomir.
  • Paleolítico superior, con finalidad de explotación para subsistencia: Grotte du Renne, La Garma, Peyrat (Saint-Rabier), Pair-non-Pair, La Gravette, Grotte Duruthy.
  • Paleolítico superior, con finalidad cultural en forma de arte rupestre o arte mueble: Chauvet, Trois-Frères, Grotte de la Vache (Ariège).
  • Paleolítico superior, con ambas finalidades, explotación y cultural: Hohlenstein-Stadel, Vogelherd, Hohle Fels, Pavlov I, Dolní Věstonice I.

El estudio de la relación entre humanos y leones siempre despierta un gran interés, aunque no fue el único gran depredador con el que los humanos prehistóricos interactuaron: también con osos, panteras, hienas, zorros, linces, etc.  Recordemos la reciente publicación de dos huesos de un oso de las cavernas con marcas de corte procedentes del sitio alemán de Schöningen 12: los homininos hicieron uso de ese pelaje de oso hace unos 320 ka. Esta actividad también se ha observado en otros sitios del Paleolítico inferior, como Isernia La Pineta (Italia, ~600 ka), Boxgrove (Reino Unido, ~500 ka) y Bilzingsleben (Alemania, ~400 ka). Otros sitios del Paleolítico medio muestran evidencia de la explotación tanto de la piel como de la carne del oso, tales como Biache-Saint-Vaast (Francia), Taubach (Alemania), y Rio Secco y Fumane (Italia). En el Paleolítico superior, las actividades de explotación de restos de grandes depredadores se encuentran más extendidas.

De todas formas, la evidencia de la caza de osos a menudo indica que los homininos aprovecharon estratégicamente los comportamientos de hibernación, mientras que los grandes félidos no hibernan, por lo que cazarlos puede resultar más difícil y peligroso. Esta obtención de presas raras o de alto riesgo podría entenderse como una señal no verbal de la habilidad de los cazadores para aprovechar los costes de la caza para obtener un estatus social, como hacen los Maasai. Sin embargo, la explicación más parsimoniosa para el león de Siegsdorf es que fue cazado de manera oportunista para el consumo de los neandertales. El león era viejo y podría haber sido menos capaz de defenderse o escapar eficazmente.

Foto de cabecera: Leones cavernarios de Siegsdorf y de Einhornhöhle. Crédito: Russo G. et al. (2023).

Referencia: Russo, G., Milks, A., Leder, D. et al. (2023). First direct evidence of lion hunting and the early use of a lion pelt by Neanderthals. Sci Rep 13, 16405. 

Reconstrucción ilustrativa del esqueleto de león de las cavernas de Siegsdorf junto a una lanza de madera

Reconstrucción ilustrativa del esqueleto de león de las cavernas de Siegsdorf junto a una lanza de madera. Crédito: Volker Minkus ©NLD

Las cinco especies humanas de Atapuerca

Las cinco especies humanas de Atapuerca

Hasta ahora se conocen cinco especies humanas que han habitado los distintos sitios de Atapuerca a lo largo de casi un millón y medio de años. Descúbrelas en esta conferencia impartida para el Club de Ciencia Boadilla el 29 de septiembre de 2023:

  1. Homo sp. 13:06
  2. Homo antecessor 18:35
  3. Preneandertal 29:30
  4. Homo neanderthalensis 40:05
  5. Homo sapiens 44:05

Más o menos claridad en los orígenes de Homo: el niño erectus de Melka Kunture y la primera tecnología achelense

Más o menos claridad en los orígenes de Homo: el niño erectus de Melka Kunture y la primera tecnología achelense

Hace tiempo que descartamos una supuesta linealidad evolutiva entre Homo habilis y Homo erectus en los comienzos de «lo humano». Por una parte, tenemos habilinos cada vez más recientes, como el maxilar KNM-ER 42703, de tan solo 1,44 Ma (millones de años) y, por otra parte, tenemos erectinos cada vez más antiguos, como el cráneo parcial DNH 134 de Drimolen, Sudáfrica (1,95-2,04 Ma), y el fragmento de occipital KNM-ER 2598 (1,9 Ma). Donde antes los textos ilustraban una posible evolución anagenética desde unos seres más pequeños y primitivos hasta otros con un cerebro y un cuerpo más grandes y unas piernas más largas, ahora vamos intuyendo un cada vez más probable ancestro común de ambos linajes, todavía por conocer, que dio lugar a la gran diversidad de formas africanas cuya interpretación nos trae de cabeza. De hecho, este antepasado podría haber tenido más rasgos habilinos que erectinos, si atendemos a los pequeños cráneos de Dmanisi (Georgia), de 1,8 Ma. En este otro artículo escribí sobre ello en detalle.

Esta semana hemos conocido a un fósil que se une a la lista de los erectinos más antiguos. La mandíbula infantil Garba IVE (apodada simplemente Garba) se halló en 1982 en el nivel E del yacimiento Garba IV, uno de los más antiguos del complejo de sitios arqueopaleontológicos de Melka Kunture (Etiopía), que abarca tecnologías olduvayense, achelense y MSA. Esta mandíbula de un niño de 2-3 años se ha reevaluado con la ayuda de escáner MicroCT para analizar en el interior del hueso los dientes definitivos no erupcionados, ya que en el exterior sólo se conservan dos dientes deciduos, poco representativos para la identificación a nivel de especie. La anatomía de estos dientes definitivos confirman la adscripción de Garba al taxón de Homo erectus, que ya se intuía por la morfología que la relacionaba con especímenes subadultos como KNM-ER 820 y KNM-ER 1477. De acuerdo a los últimos trabajos de datación del sitio, Garba se convierte en el representante más antiguo de esta especie, con 2,06 Ma de antigüedad.

Adicionalmente, el trabajo ha permitido identificar artefactos de talla achelense en el nivel D, fechado en 1,95 Ma, adelantando en ~0,2 Ma la primera presencia conocida de esta tecnología (por ejemplo, la del FLK West, de 1,7 Ma). Por su parte, la tecnología presente en los niveles inferiores de Garba, de 2 Ma, es olduvayense.

Herramientas achelenses del Garba IV (1,95 Ma)

Herramientas achelenses del Garba IV (1,95 Ma). Mussi et al (2023). Cortesía de Eduardo Méndez Quintas.

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Los Dólmenes de Antequera y la memoria de los antepasados

Los Dólmenes de Antequera y la memoria de los antepasados

El conjunto arqueológico de los Dólmenes de Antequera es uno de los complejos megalíticos más importantes del mundo, inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial en 2016. Se encuentra al sur de la península ibérica, en las zonas serranas de Antequera, al norte de la provincia de Málaga. Se compone de tres construcciones megalíticas (Menga, Viera y El Romeral) alineadas entre sí y con la formación montañosa de La Peña de los Enamorados, pero con distintas orientaciones para sus tres entradas: la de Viera está dirigida hacia el orto solar equinoccial, la de Menga hacia La Peña de los Enamorados, y la de El Romeral hacia la montaña de El Torcal. Más adelante explicaremos la relevancia de esto.

Las tres estructuras megalíticas están enterradas bajo túmulos de tierra y se mezclan con el paisaje natural. Están compuestas por grandes bloques o losas de piedra (ortostatos) que forman cámaras y espacios cubiertos, de forma adintelada en los casos de Menga y Viera, y de falsa cúpula en el caso de El Romeral. Su conservación actual es muy buena, a pesar de los expolios y reparaciones erróneas que han sufrido.

En el Neolítico, aquel paisaje se componía de pinares densos a los pies de las montañas, así como de encinares dispersos, charcas y lagunas rodeadas por alisos, fresnos y avellanos. En las sierras próximas de El Torcal y de Mollina se han encontrado distintas cuevas usadas por los primeros grupos del Neolítico inicial (hace más de 7000 años). En el siguiente milenio se asentaron las primeras comunidades agrarias en la zona, de las que se han conservado restos de varios poblados pequeños. Se dedicaban a actividades como pastoreo, agricultura, caza, pesca, recolección de frutos y fabricación de utensilios de sílex. Distintas poblaciones se establecieron en un asentamiento al aire libre en el llamado cerro de Marimacho, compartiendo códigos religiosos y una noción de pertenencia tribal o clánica.

Hace unos 6000 años, los sucesores de aquellos grupos emprendieron la edificación de la primera y mayor de las tres construcciones megalíticas, Menga. Estos edificios pudieron servir para fijar ideológicamente la presencia y arraigo de las poblaciones en aquellas tierras. En su función como cámaras mortuorias, constituyen depósitos de identidad genealógica y cultural. Como espacios rituales, servirían para realizar ceremonias relacionadas con su mundo simbólico. Del mismo periodo es el sitio de Peñas de Cabrera (Casabermeja), donde existe un importante conjunto de pinturas rupestres rojas de tipo esquemático.

Interior de la cámara del tholos El Romeral, Antequera

Interior de la cámara del tholos de El Romeral, Antequera. Crédito: Roberto Sáez

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