El mosaico denisovano: hibridaciones, ancestros superarcaicos y ecos en los humanos actuales

El mosaico denisovano: hibridaciones, ancestros superarcaicos y ecos en los humanos actuales

Nota: Este artículo se basa en dos preprints pendientes de revisión por pares. Se actualizará con las versiones que sean publicadas.

Un trabajo de Peyrégne y colaboradores presenta el genoma de alta cobertura obtenido a partir del esmalte del molar Denisova 25, procedente de la cueva de Denisova (Altái, Siberia). El diente perteneció a un individuo masculino adulto de entre 20 y 35 años, que vivió hace unos 200 ka (miles de años) según las dataciones por luminiscencia del sedimento (OSL). El genoma, extraordinariamente conservado, aporta obtener perspectivas muy interesantes sobre la diversidad genética de las poblaciones denisovanas y su interacción con otros linajes humanos.

Los análisis de homocigosidad (Runs of Homozygosity, ROH) indican que el grupo al que pertenecía D25 era muy reducido, de unos 50–60 individuos, comparable al de poblaciones paleolíticas extremadamente aisladas. Su población habría divergido de la que dio origen a Denisova 3 hace en torno a 215–230 ka.

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Harbin, denisovanos y el nombre de su especie

Harbin, denisovanos y el nombre de su especie

Los lectores habituales conoceréis mi debilidad por los denisovanos. Desde el momento en que se identificó este grupo humano a partir de su material genético, que los distinguía de sus contemporáneos neandertales y sapiens, estaba claro que iba a ser una revolución en paleoantropología. La visión tradicionalmente europeísta que muchas veces se ha dado a esta disciplina al analizar el Pleistoceno medio queda superada con estos humanos asiáticos, de los que hasta ahora se conocían unos pocos dientes, un par de mandíbulas, algún fragmento óseo aislado y restos de ADN sedimentario. Pero no se había identificado un cráneo denisovano, parte esqueletal clave para caracterizar a una especie.

Por otro lado, en los últimos años también hemos conocido el cráneo de Harbin, el «Hombre Dragón». Presenta una fascinante combinación de caracteres basales y derivados. Tiene frente baja, doble arco supraorbital, región nasal muy amplia, pero una cara corta, plana, grácil y poco proyectada. El cráneo es alargado y su capacidad de 1420 cc está en la mitad superior del promedio de Homo sapiens. El ancho máximo del cráneo está su mitad inferior. El paladar es ancho y poco profundo, con hueso alveolar grueso para alojar molares grandes (de los que solo conserva uno). La fosa suprainíaca apenas muestra la notable depresión típica de los neandertales, y el desarrollo del proceso mastoideo es ligero, similar al de H. sapiens.

La novedad es que, tras varios intentos por recuperar material genético de este cráneo, se ha logrado identificar ADN mitocondrial (ADNmt) a partir del cálculo dental (Fu et al., 2025). Aunque la mayor parte del ADNmt procede de bacterias, una pequeña fracción pertenece a células de la boca. Este ADNmt se sitúa dentro de la variación genética de los denisovanos. Harbin está relacionado más estrechamente con los linajes denisovanos antiguos de la cueva de Denisova (individuos Denisova 2, de 123-194 ka, y Denisova 8, 190 ka, que forman un clado con Denisova 19, 20 y 21) que con los más modernos (Denisova 3, 52-76 ka, y Denisova 4, 55-84 ka). Si el lector quiere ampliar información sobre estas ramas de denisovanos, hace poco escribí sobre ello.

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Prehistoria de los homininos que ocuparon la cueva Denisova

Prehistoria de los homininos que ocuparon la cueva Denisova

Poco a poco vamos completando la historia de lo que ocurrió en la cueva Denisova desde hace 300 ka (miles de años). Jacobs, Zavala, Li y otros compañeros describen de forma exhaustiva en su publicación la cronología de los homininos y la fauna que ocuparon la cueva en distintos momentos hasta la llegada de los humanos modernos. Este yacimiento es clave para comprender la evolución de los enigmáticos denisovanos, su interacción con los dos homininos con los que convivió y están muy próximos genéticamente (Homo neanderthalensis y Homo sapiens), así como los cambios faunísticos asociados a las fluctuaciones climáticas de este tramo del Pleistoceno.

Los hallazgos se basan en dataciones ópticas y el análisis de ADN mitocondrial y de ADN nuclear extraído de sedimentos de las tres cámaras principales de la cueva (Principal, Este y Sur). Por primera vez, las tres cámaras se estudian de manera integral en este trabajo, ya que hasta ahora el foco había estado en la Principal y la Este. En estas dos cámaras se habían hallado hasta ahora seis fósiles de denisovanos, cuatro de neandertales y un fragmento óseo de un descendiente de neandertal-denisovano (Denisova 11), así como fragmentos de ADNmt de denisovanos, neandertales y humanos modernos en 160 muestras de sedimentos. Mientras tanto, en la Cámara Sur se han recuperado dos dientes denisovanos (Denisova 4 y 25), dos fragmentos de cráneo denisovanos (Denisova 13 y 22), y ADNmt hominino en 15 muestras de sedimento.

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Denisovanos en la meseta tibetana durante más de 100.000 años

Denisovanos en la meseta tibetana durante más de 100.000 años

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Además de la cueva Denisova en Rusia, otros dos yacimientos han permitido identificar una posible presencia denisovana a través de estudios genéticos y proteómicos: la cueva Tam Ngu Hao 2 en Laos y la cueva Karst Baishiya (BKC), en la meseta tibetana, a 3280 metros de altitud, en el condado de Xiahe. En 2019 conocimos una mandíbula (Xiahe 1) procedente de BKC, uno de los fósiles denisovanos más antiguos conocidos. Un año después, en 2020, también se publicó el hallazgo de ADN mitocondrial denisovano en el sedimento de BKC, testigo de la presencia de este grupo humano en al menos tres momentos distintos: hace 160 ka, 100 ka (capa 7) y 60 ka (capa 4), y posiblemente tan tarde como hace 45 ka (final de la capa 4).

Ahora, combinando identificaciones morfológicas y zooarqueología por espectrometría de masas (ZooMS), se han podido identificar taxonómicamente 2005 de los 2567 especímenes de fauna recuperados en las recientes excavaciones en BKC. Entre ellos destaca un nuevo fósil humano, una costilla (Xiahe 2, ver figura 1). Atendiendo al análisis proteómico del colágeno, este hueso posiblemente perteneció a un individuo denisovano. El resto de huesos son principalmente de bóvidos (por ejemplo, caprinos, yaks salvajes y gacelas tibetanas) y équidos, junto con carnívoros, pequeños mamíferos y aves.

Fig. 1. Xiahe 2, una costilla humana posiblemente denisovana. Crédito: Xia, H., Zhang, D., Wang, J. et al. (2024)

El nuevo denisovano procede de la capa 3, fechada en 48-32 ka. Recordemos que la datación de la mandíbula Xiahe 1 por series de uranio arrojaba unos 160 ka. Esta mandíbula procedería de las capas 10, 11 o inferior, aunque no puede determinarse con seguridad porque la recuperó un monje budista en 1980 cuando se retiró a meditar en la cueva. El rango de antigüedades observado con presencia humana indica que ese lugar podría haber estado habitado en distintos momentos por grupos denisovanos a lo largo de milenios. Los autores consideran razonable suponer que los denisovanos ocuparon BKC al menos desde alrededor de 167 ka (edad promedio de la capa 10) hasta alrededor de 40 ka (edad promedio de la capa 3), y posiblemente desde hace más de 224 ka (edad máxima de la capa 10) hasta hace 32 ka (edad mínima de la capa 3). Sigue leyendo

Paleoantropología: novedades 4º trimestre 2022

Paleoantropología: novedades 4º trimestre 2022

Hemos terminado 2022 con un último trimestre cargadito de novedades. Aquí va una selección de 31, completando un total de 101 noticias (bonito número) en el viejo año que he ido recopilando en mis resúmenes trimestrales:

  • Dos mandíbulas (MSD-VP-5/16 y MSD-VP-5/50) con dentición recuperadas en una capa de al menos 3,76 Ma (millones de años) en el sitio Woranso-Mille, muestran afinidades taxonómicas tanto con Australopithecus anamensis como con Au. afarensis. La retención de algunos rasgos similares a los Au. anamensis de Kanapoi, así como la presencia de esta especie en depósitos de 3,8 Ma en Woranso-Mille, sugieren la clasificación de estas dos mandíbulas en Au. anamensis. Las similitudes con la dentición de Au. afarensis complican esta clasificación, y reforzarían la hipótesis de la cronoespecies Au. anamensis-Au. afarensis, si no fuera por el posible solape cronológico entre ambas [+].

Mandíbulas MRD-VP-5/50 y MRD-VP-5/16 de Woranso-Mille, en comparación con otras mandíbulas australopitecinas

Mandíbulas MRD-VP-5/50 y MRD-VP-5/16 de Woranso-Mille, en comparación con otras mandíbulas australopitecinas. Crédito: Haile-Selassie et al (2022).

  • Un nuevo trabajo apoya la hipótesis que sitúa el origen de la bipedación humana en los árboles y no en el suelo. A partir de 2850 observaciones de eventos locomotores de 13 chimpancés adultos de los bosques abiertos del valle del Issa (Tanzania) durante 15 meses, el estudio concluye que pasaban tanto tiempo en los árboles como otros chimpancés que vivían en bosques densos, a pesar de su hábitat más abierto; no eran más terrestres como se habría esperado; sorprendentemente, más del 85% de los casos de bipedismo ocurrieron en los árboles; no caminaban más erguidos en la vegetación de sabana abierta, donde no pueden viajar fácilmente a través de la copa de los árboles [+].
  • A pesar de que se han definido hasta 21 especies en África entre el Mioceno final y el Pleistoceno medio, tan solo 17 esqueletos poscraneales se han podido asociar a alguna de dichas especies. Un nuevo trabajo repasa los restos poscraneales que conforman el limitado registro fósil africano en este período, como base para la asignación taxonómica de nuevos restos futuros [+].

Restos poscraneales asociados a cráneos en el Pleistoceno inferior

Restos poscraneales asociados a cráneos en el Pleistoceno inferior. Crédito: F. Grine et al (2022)

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