Paleoantropología: novedades 1er trimestre 2023

Paleoantropología: novedades 1er trimestre 2023

El primer trimestre de 2023 que acabamos de cerrar ha sido muy fructífero en cuanto a publicaciones y, especialmente, su repercusión. He rescatado 30 novedades que resumo a continuación:

  • Atención que las lascas desprendidas involuntariamente de las piedras que usan los macacos para abrir frutos pueden confundirse con artefactos olduvayenses, según se ha observado estudiando 1119 restos de este tipo, provenientes de 40 localizaciones con macacos en Tailandia. Hasta el 70% podían confundirse [+].

Examples of sharp edged flakes produced unintentionally by long-tailed macaques. Credit: Proffitt et al (2023)

  • Los homininos que dejaron las huellas del sitio G de Laetoli eran relativamente grandes e iban un poco más rápido de lo que se había estimado anteriormente. Se estima que medirían entre 120 y 140 cm los más pequeños, y 160-170 cm el más grande. La velocidad a la que caminaron los tres individuos fue muy parecida (0,8 m/s), y se desplazaban juntos [+].
Las huellas de los tres australopitecos de Laetoli

Las huellas de los tres australopitecos de Laetoli. Crédito: J. Ruiz et al. (2023)

  • Hace 2,9 Ma: ¿qué hacen en un mismo sitio 330 herramientas olduvayenses (las más antiguas conocidas), restos de hipopótamo y antílopes procesados y dos dientes de Paranthropus (los más antiguos conocidos)? ¿Fueron los parántropos los autores de las herramientas y del banquete, o parte de este? [+]

Materiales de en Nyayanga, de izda a dcha: molares de Paranthropus, artefactos olduvayenses, huesos con marcas de corte de hipopótamo (A, B) y bóvido (C, D). Crédito: T. W. Plummer et al (2023)

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El primer olduvayense y los primeros parántropos en el mismo sitio

El primer olduvayense y los primeros parántropos en el mismo sitio

«Aunque es posible que tanto Zinjanthropus como Homo habilis hicieran herramientas de piedra, es probable que el último fuera el fabricante de herramientas más avanzado, y que Zinjanthropus represente un intruso o una víctima en el lugar de vida de Homo habilis». Los Leakey y sus colegas ya iniciaron en los años 60 el debate sobre si Paranthropus fabricó o no útiles líticos, cuando por entonces hallaron en la Garganta de Olduvai un conjunto de fósiles humanos de 1,75 Ma (millones de años) de antigüedad: una mandíbula casi completa con muchos dientes, un cráneo, restos poscraneales y un pie izquierdo. Para ellos, Louis Leakey, Phillip Tobias y John Napier definieron en 1964 la nueva especie Homo habilis. Solo un par de años antes de los habilinos, en el mismo sitio habían encontrado al Nutcracker Man, el Paranthropus boisei denominado inicialmente Zinjanthropus. Pero Homo habilis era algo distinto: los dientes y la mandíbula le hacían más parecido a Homo erectus que a Australopithecus africanus (única especie de australopitecinos conocida por entonces), y su tamaño cerebral estaba por encima del rango observado en los australopitecos. Con esto, los autores venían a establecer un umbral mínimo de 600 cc para la capacidad craneal de los homininos capaces de hacer herramientas, en claro crecimiento con respecto a la de los australopitecinos (387-550 cc) y a la de Zinj (510 cc). Desde entonces, se viene considerando a Homo habilis como los fabricantes hábiles de herramientas, mientras que Nutcracker Man, con menos cerebro, pasaba a ser otro animal de aquel paleopaisaje sin tal capacidad.

60 años después, el debate resurge. Los trabajos en el sitio de Nyayanga, junto al lago Victoria (Kenia) han descubierto un sorprendente conjunto de materiales en el nivel NY-1:

  • 1776 restos de fauna, entre los cuales destacan tres esqueletos parciales de hipopótamo con marcas de corte en dos de ellos, así como en otros huesos de antílopes.
  • 330 artefactos líticos de talla olduvayense.
  • 2 molares característicos de la megadontia de Paranthropus.

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Paleoantropología: novedades 3er trimestre 2022

Paleoantropología: novedades 3er trimestre 2022

Dejamos atrás el tercer trimestre de 2022, con una recopilación de 18 novedades publicadas en este periodo:

  • Basándose en una veintena de características morfológicas y biomecánicas estudiadas, Sahelanthropus tchadensis parece confirmarse como un bípedo habitual hace unos 7 millones de años (Ma) cuando caminaba sobre el suelo y también sobre las ramas de los árboles, mientras que los huesos del antebrazo indican que era cuadrúpedo para trepar a los árboles, pero de manera distinta al chimpancé y al gorila [+info].

Restos poscraneales de Sahelanthropus tchadensis: fémur TM 266-01-063, y cúbitos TM 266-01-358 y TM 266-01-050 / crédito: Guillaume Daver et al, 2022. Cráneo TM 266-01-060-1 / crédito: Roberto Sáez.

  • De acuerdo a un estudio experimental, las primeras técnicas para fabricar herramientas de piedra hace 2,6 Ma pudieron reinventarse sin necesidad de una transmisión cultural. Esta pudo haber comenzado mucho más tarde [+info].
  • La revisión de 23 dientes poscaninos de diferentes cuevas sudafricanas, atribuidos a Homo tempranos, muestra que solo 4 de ellos pueden ser atribuidos sin ambigüedad (3 de Swartkrans y 1 de Sterkfontein), mientras que otros 3 de Sterkfontein se aproximan más a Homo y el resto tienen más rasgos australopitecinos [+info].
  • Un modesto molar encontrado en el nuevo sitio de Qvemo Orozmani, a unos 20 km de Dmanisi (Georgia) constituye el resto humano más antiguo de Eurasia fuera de Dmanisi, ya que se le estima una datación de similar de 1,77-1,84 Ma a los restos de este sitio [+info].

Orozmani: molar encontrado en 2022 (foto: REUTERS/David Chkhikvishvili).

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Paleoantropología: novedades 1er trimestre 2022

Paleoantropología: novedades 1er trimestre 2022

Cerramos el primer trimestre de 2002 con una nueva recopilación de 29 novedades en paleoantropología, por orden de cronología del objeto de estudio:

  • El análisis de los patrones de atención visual asociados a la exploración sensorial de herramientas paleolíticas, indica que las regiones más funcionales de las herramientas son consideradas más significativas y atraen más atención. En los cantos tallados o choppers, estas zonas son el centro y la región superior, en los bifaces la zona de atención está entre la base y la punta y, en general, la superficie tallada de ambas herramientas atrae más atención que la superficie natural o cortical [+info].
  • Los esferoides son herramientas cuya función es bastante desconocida, y se empleaban en el Olduvayense, el Achelense e incluso el Musteriense. Un nuevo estudio de arqueología experimental indica que seguramente las extracciones de material para dar lugar a los esferoides eran producto de golpes deliberados y complejos que formaban parte del proceso de talla, indicando una notable capacidad cognitiva. Los esferoides no eran subproductos, y además requerían de una selección de materias primas específicas que probablemente se convirtió en una norma cultural que perduró cientos de milenios [+info].
  • Hace unos 2,03 Ma (millones de años), los homininos en Ewass Oldupa (Etiopía) superaron importantes retos ecológicos sin modificar sustancialmente su tecnología olduvayense, indicando la suficiencia y resiliencia de aquellos grupos, que empleaban eficazmente sus recursos tecnológicos básicos [+info].
  • Se ha presentado un nuevo conjunto de sitios olduvayenses que contienen herramientas talladas en roca volcánica (traquita) y restos de fauna principalmente de hipopótamo. Con una antigüedad de ~1,8 Ma, se encuentran en la caldera del volcán Kilombe (Kenia), que se formó hace 2,5 Ma. La actividad de homininos en un paisaje escarpado y en altura es indicativa de la variedad de entornos que explotaron [+info].

Sitios y artefactos olduvayenses en el volcán Kilombe. Crédito: Gowlett et al (2022).

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¡Cuidado! Équidos tallando olduvayense

¡Cuidado! Équidos tallando olduvayense

[English version below]

Un curioso estudio de talla experimental con équidos viene a llamar la atención a la hora de interpretar algunas piezas olduvayenses. Recordamos que esta industria comienza a extenderse desde hace 2,6 Ma (millones de años), y está compuesta por lascas y nódulos fragmentados con filos cortantes. Pues bien, tras observar los productos de piedras golpeadas por burros, Santiago David Domínguez-Solera y otros compañeros idearon un protocolo experimental con équidos no herrados, dejándoles ciertas rocas durante 52 días para desgastar sus pezuñas, con foto-trampas para registrar las acciones. Fueron 12 nódulos de cuarcita y 2 de sílex, con dimensiones similares a las de los empleados por los homininos olduvayenses (aproximadamente 20×15 cm). Los animales eran tres burras adultas (Equus africanus asinus) de 200-300 kg de peso, y también durante dos días una yegua (Equus caballus) de 500 kg, en un entorno controlado y abierto de una hectárea de tamaño cerca de Cuenca (España).

El resultado de este trabajo fueron 37 «artefactos» producidos por el impacto de las pezuñas sobre las rocas, así como por la presión al pisarlas ocasionalmente. Los équidos las rompían en pedazos de un solo golpe. A veces, la repetición de impactos daba lugar a núcleos «muy reducidos». Las lascas resultantes se parecen mucho a las piezas olduvayenses talladas con técnica bipolar. «Esta técnica consiste en trabajar los nódulos sobre un yunque partiéndolos por la mitad y sacando lascas, y era muy frecuente hace unos 2 Ma en el este de África, aunque con este método también se pueden obtener productos más finos como las hojitas gravetienses de El Palomar (Yeste, Albecete)», añade para este blog José Manuel Maíllo Fernández, coautor del trabajo.

Previamente se había documentado el corte de piedras por bonobos (muy diferente a la talla olduvayense realizada por homininos) y también por monos capuchinos en Brasil. Estos son los únicos primates no humanos que en estado salvaje golpean unas rocas con otras a propósito para romperlas, aunque no con el objetivo de usarlas como herramientas, sino para chupar las sales que hay dentro de la roca como complemento nutricional. En este caso, la extracción repetida de lascas desde un mismo canto se facilita al estar la piedra recogida dentro de suelos conglomerados. Cuando el martillo y el canto están fuera del suelo, los monos capuchinos no realizan esta acción. Sigue leyendo