El tercer trimestre del año suele contar con bastante protagonismo de las campañas de excavación en los yacimientos paleontológicos y el anuncio en prensa de los hallazgos de las mismas. Sin embargo, en esta ocasión, han sido numerosos los estudios científicos publicados con gran impacto en nuestro conocimiento de la evolución humana, tantos que en este artículo me centro en ellos, mientras que sobre las campañas estoy escribiendo en monográficos aparte.
- La mayor novedad posiblemente fue el estudio de Denisova-11, ejemplo formidable de los nuevos tiempos que gozamos en la paleoantropología. El estudio del material genético recuperado en este fragmento de hueso (de menos de 3 cm de longitud) arrojó varios datos con gran impacto mediático. El hueso perteneció a una joven que murió con 13 años, que tenía un padre denisovano y una madre neandertal. A su vez, el padre denisovano había tenido un antepasado neandertal entre 300-600 generaciones antes. Éste no tenía relación con la línea ancestral de la madre, la cual estaba más relacionada con los neandertales europeos [+info].
- Otra gran noticia ha sido la publicación de un conjunto de artefactos líticos en Shangchen, al norte de China, datado en 2,1 Ma, que de nuevo revoluciona el conocimiento sobre la expansión temprana de nuestro género Homo, siendo 300.000 años más antiguo que los homininos de Dmanisi (Georgia), de 1,8 Ma [+info].