El bifaz de West Tofts con una concha fósil centrada y alineada

El bifaz de West Tofts con una concha fósil centrada y alineada

¿Talló un neandertal este bifaz con una intención estética?

Bifaz de West Tofts. Crédito: University of Cambridge Museum of Archaeology and Anthropology.

Conozcamos el bifaz o hacha de mano achelense de West Tofts (West Tofts handaxe, WTH). Seguramente, los lectores lo reconocerán por multitud de fotografías. Se bautizó con el nombre de la aldea de Norfolk (Reino Unido) donde fue descubierto en 1911. Su popularidad se debe a la conservación de una concha de bivalvo fosilizada en el centro geométrico del objeto. Su antigüedad, estimada entre el MIS 11 (hace 374-424 ka, miles de años) y MIS 9 (300-337 ka), es coherente con otros aspectos observados en relación a la evolución cognitiva de los homininos en este periodo. En concreto, los que ocupaban aquella región en ese momento eran grupos de neandertales o preneandertales.

Desde su primera descripción en 1915, numerosos textos han reconocido esta herramienta como tallada cuidadosa y deliberadamente para retener, enmarcar centralmente y enfatizar el fósil, destacando con ello su valor estético y artístico. No debemos olvidar que esta interpretación estética puede estar influida por el criterio de los humanos actuales que observamos la pieza, aplicando principios artísticos y de diseño como la composición, el equilibrio, las proporciones y el color. Pero, hasta qué punto el criterio de aquellos humanos podría ser diferente? Este tipo de cuestionamientos surgen también al interpretar el valor artístico de otras creaciones desarrolladas por humanos prehistóricos, como los grandes paneles de arte rupestre.

El bifaz de West Tofts no es el único artefacto que conserva una concha fósil dentro de su corteza, como veremos más abajo, pero nadie niega el carácter extraordinario de este objeto. Esta singularidad se debe a una combinación de aspectos que incluye el gran tamaño de la concha, la alineación del eje largo de la concha con la superficie del sílex, la falta de daño al fósil y su ubicación casi perfectamente central. Además, el bifaz conserva parte de la corteza del sílex en la mitad inferior justo por debajo de la concha, lo que también podría expresar una posible intencionalidad. Todo esto habría implicado una enorme pericia técnica por parte del fabricante para tallar el nódulo de sílex desde dos o tres direcciones conservando perfectamente la concha, dejarla ubicada en el centro, extraer lascas grandes y delgadas mientras conservaba intencionadamente la corteza y, previamente, haber pensado y planificado este objeto tan peculiar, incluso desde la misma selección del nódulo de sílex. Sigue leyendo

Paleoantropología: novedades 3er trimestre 2024

Paleoantropología: novedades 3er trimestre 2024

¡Hemos cerrado un trimestre cargadito de novedades importantes! Aquí va mi resumen de las 39 seleccionadas:

  • Una reevaluación de la morfología de los huesos coxales en el Australopithecus prometheus StW 573 de Sterkfontein Member 2 (3,67 millones de años, Ma), comparada con la variación de los huesos coxales en humanos y simios actuales, así como en otros homininos del Plioceno y del Pleistoceno, sugiere distintas morfologías y múltiples formas de bipedalismo entre los primeros homininos, y un «refuerzo firme» de la hipótesis de una segunda especie de Australopithecus en Sterkfontein [+].

Modelos digitales de StW573 y StW 431. Crédito: R. Crompton et al. (2024).

  • Bienvenidos dos nuevos dientes de Paranthropus en Olduvai: los molares OH 92 y OH 30B. Este último procede del sitio Maiko Gully en Frida Leakey Korongo (FLK) y, por su morfología, se ha podido determinar que pertenece al individuo OH 30 hallado en 1969, datado en 1,8-1,7 Ma. En cuanto al OH 92, se halló en el área Bell’s Korongo (BK), pero no se ha podido identificar la capa sedimentaria de donde procede [+].

Dientes analizados en A. Riga et al. (2024)

  • La comparación entre el conjunto achelense de MW5 (Melka Wakena, Etiopía), de 1,37-1,34 Ma, con otros conjuntos anteriores de 1,6 y 1,7 Ma, muestra una mayor planificación previa para la adquisición de materia prima y una mayor inversión en el control de las propiedades morfométricas de los artefactos, que marcan el cambio hacia una tecnología basada en lascas grandes (Large Cutting Tools, LCT) [+].
  • Se ha revisado la datación de los tres yacimientos de Orce (sur de España) que cuentan con algunas de las evidencias más antiguas de homininos en Europa occidental: Venta Micena (1,32 Ma), Barranco León (1,28 Ma) y Fuente Nueva 3 (1,23 Ma) [+].
  • Y seguimos en Orce. Aunque se publicó al final del anterior trimestre, no quiero dejar de mencionar el estudio sobre la interpretación de los restos de megafauna hallados en Fuente Nueva 3. La capa 5 del nivel superior tiene suelos de arenas finas y blandas con presencia de muchos restos de megahervíboros, como Mammuthus meridionalis, que serían consumidos por carroñeros como hienas gigantes (Pachycrocuta brevirostris). En las capas 2-3 del nivel inferior, formadas por limos y arcillas, se han hallado numerosos manuports, piedras no modificadas utilizadas por los homininos como herramientas de percusión para fracturar huesos y acceder al tuétano [+].
  • Barranc de la Boella puede representar una dispersión temprana del Achelense desde África hace unos 1,4 Ma, potencialmente conectada a conjuntos como ‘Ubeidiya. Este trabajo subraya la complejidad de la tecnología lítica durante la aparición de nuevos comportamientos en los conjuntos europeos de Modo 2 inicial, que se extienden más allá de la mera aparición de LCTs [+].
  • La caza humana fue un factor clave en la pérdida de docenas de especies de proboscídeos: la tasa de extinción de estos animales se quintuplicó cuando aparecieron los primeros humanos hace unos 1,8 Ma, y aumentó aún más cuando aparecieron los humanos modernos, según el análisis de miles de fósiles asistido por IA [+]. Hoy en día, solo quedan tres especies de este grupo.
  • La concentración de yacimientos en puntos calientes como el Sistema del Rift de África oriental es un factor a tener en cuenta para evitar el sesgo en nuestra comprensión de la evolución humana. Es una discusión que surge de haber estudiado los mamíferos modernos de cuerpo mediano y grande especialistas del Rift, entorno que representa sólo el 1,6% del rango total de los mamíferos africanos. En particular, los cráneos de primates modernos del Rift suponen menos del 50% de la variación total entre todos los cráneos de primates africanos [+].
  • El genoma humano de alta cobertura más antiguo hasta la fecha es el de Denisova 25, un denisovano de hace 200 miles de años (ka), 80 ka más antiguo que el genoma del neandertal de la cueva siberiana de Chagyrskaya. Se trata de un individuo masculino que proviene de una población distinta de denisovanos tempranos que se cruzaron varias veces con un grupo de neandertales cuya población no había sido detectada antes en el ADN. De ésta heredó el 5% de su ADN. Es el segundo genoma denisovano secuenciado, tras el de la falange distal de Denisova 3 (60-80 ka). Todavía no publicado, este trabajo se anunció en la reunión anual de la Society for Molecular Biology and Evolution [+].
  • Utilizando genomas de 2000 humanos modernos, así como de tres neandertales y un denisovano, se ha conseguido mapear el flujo genético recurrente entre los tres grupos humanos durante los últimos 200 ka: una primera oleada de contactos hace unos 200-250 ka, otra hace unos 100-120 ka y la mayor hace unos 50-60 ka [+].
  • Un fragmento de húmero de 700 ka hallado en Mata Menge (Indonesia) procede de un individuo adulto que mediría unos 100 cm, es decir, unos 6 cm menos que la estatura estimada según la longitud del fémur para el esqueleto de Homo floresiensis de Liang Bua, de 60 ka. De hecho, es el húmero más corto del registro fósil hominino [+]. Recordemos que los molares de Mata Menge también son más pequeños que los conocidos de cualquier otro hominino.

Fragmento de húmero de Mata Menge (izda) a la misma escala que el húmero de Homo floresiensis de Liang Bua (centro y derecha). Crédito: Yousuke Kaifu.

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Más o menos claridad en los orígenes de Homo: el niño erectus de Melka Kunture y la primera tecnología achelense

Más o menos claridad en los orígenes de Homo: el niño erectus de Melka Kunture y la primera tecnología achelense

Hace tiempo que descartamos una supuesta linealidad evolutiva entre Homo habilis y Homo erectus en los comienzos de «lo humano». Por una parte, tenemos habilinos cada vez más recientes, como el maxilar KNM-ER 42703, de tan solo 1,44 Ma (millones de años) y, por otra parte, tenemos erectinos cada vez más antiguos, como el cráneo parcial DNH 134 de Drimolen, Sudáfrica (1,95-2,04 Ma), y el fragmento de occipital KNM-ER 2598 (1,9 Ma). Donde antes los textos ilustraban una posible evolución anagenética desde unos seres más pequeños y primitivos hasta otros con un cerebro y un cuerpo más grandes y unas piernas más largas, ahora vamos intuyendo un cada vez más probable ancestro común de ambos linajes, todavía por conocer, que dio lugar a la gran diversidad de formas africanas cuya interpretación nos trae de cabeza. De hecho, este antepasado podría haber tenido más rasgos habilinos que erectinos, si atendemos a los pequeños cráneos de Dmanisi (Georgia), de 1,8 Ma. En este otro artículo escribí sobre ello en detalle.

Esta semana hemos conocido a un fósil que se une a la lista de los erectinos más antiguos. La mandíbula infantil Garba IVE (apodada simplemente Garba) se halló en 1982 en el nivel E del yacimiento Garba IV, uno de los más antiguos del complejo de sitios arqueopaleontológicos de Melka Kunture (Etiopía), que abarca tecnologías olduvayense, achelense y MSA. Esta mandíbula de un niño de 2-3 años se ha reevaluado con la ayuda de escáner MicroCT para analizar en el interior del hueso los dientes definitivos no erupcionados, ya que en el exterior sólo se conservan dos dientes deciduos, poco representativos para la identificación a nivel de especie. La anatomía de estos dientes definitivos confirman la adscripción de Garba al taxón de Homo erectus, que ya se intuía por la morfología que la relacionaba con especímenes subadultos como KNM-ER 820 y KNM-ER 1477. De acuerdo a los últimos trabajos de datación del sitio, Garba se convierte en el representante más antiguo de esta especie, con 2,06 Ma de antigüedad.

Adicionalmente, el trabajo ha permitido identificar artefactos de talla achelense en el nivel D, fechado en 1,95 Ma, adelantando en ~0,2 Ma la primera presencia conocida de esta tecnología (por ejemplo, la del FLK West, de 1,7 Ma). Por su parte, la tecnología presente en los niveles inferiores de Garba, de 2 Ma, es olduvayense.

Herramientas achelenses del Garba IV (1,95 Ma)

Herramientas achelenses del Garba IV (1,95 Ma). Mussi et al (2023). Cortesía de Eduardo Méndez Quintas.

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Paleoantropología: novedades 3er trimestre 2023

Paleoantropología: novedades 3er trimestre 2023

De este tercer trimestre que cerramos hoy, he recopilado 34 publicaciones sobre paleoantropología que resumo a continuación ordenadas, como siempre, por orden cronológico del objeto publicado:

  • A partir de los restos hallados en el sitio de Çorakyerler, en Anatolia central, datados en 8,7 Ma (millones de años), se ha presentado un nuevo género de homínido, Anadoluvius, que refuerza la diversidad de los simios fósiles mediterráneos.

Cráneo CO-2100/2800 del individuo femenino de Anadoluvius turkae. Crédito: Sevim-Erol, A. et al. (2023)

A partir de él, los autores sugieren que formó parte de la primera radiación conocida de homínidos, actualmente sólo identificados en Europa y Anatolia. Los homínidos pueden haberse originado en Eurasia a finales del Mioceno, o pueden haberse dispersado en Eurasia a partir de un ancestro africano desconocido. La diversidad de homínidos en Eurasia sugiere un origen in situ pero no excluye una hipótesis de dispersión [+].

Encaje filogenético de Anadoluvius. Crédito: Sevim-Erol, A. et al. (2023)

  • Se ha conseguido analizar el proteoma de cuatro especímenes de Paranthropus robustus de Swartkrans (Sudáfrica) de 2 Ma, para determinar su sexo y variabilidad genética, a partir del esmalte dental de los molares SK 835 y SK 14132 y los premolares SK 830 y SK 850 [+].

Localización de Swartkrans y especímenes de Paranthropus robustus SK 835, SK 830, SK 850, SK 14132

Localización de Swartkrans y especímenes de Paranthropus robustus SK 835, SK 830, SK 850, SK 14132. Crédito: P. Madupe et al (2023)

  • El endocráneo de ER 3732, un espécimen de Homo temprano datado en unos 1,9 Ma, indica una organización primitiva del área de Broca, asociada a la función del habla, con rasgos más próximos a chimpancés que a humanos modernos [+].
Réplica digital del endocráneo ER 3732

Réplica digital del endocráneo ER 3732. Crédito: Beaudet y de Jager (2023)

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Paleoantropología: novedades 2º trimestre 2023

Paleoantropología: novedades 2º trimestre 2023

En este segundo trimestre del año, el ritmo de publicación de novedades en paleoantropología ha sido realmente alto. Rescato 45 de ellas para elaborar este resumen:

  • Dos nuevos trabajos paleontológicos y paleoecológicos en el este africano, analizan cómo era el hábitat donde evolucionaron los hominoideos ancestros de los primeros homininos. Aunque se suponía que su ecosistema era predominantente selvático hace más de 10 millones de años (Ma), se ha encontrado que más bien sería una sabana con zonas boscosas, un entorno más seco e irregular. Así, parece que tenemos que buscar el origen de la sabana africana mucho antes antes de lo esperado, con una abundancia de hierbas tipo C4 hace entre 21 y 16 Ma [+]. Esto reabre el debate sobre la evolución morfológica de los hominoideos y el aumento muscular de sus extremidades traseras, observada en el simio más antiguo de la región, Morotopithecus (nombre tomado del sitio Moroto II de Uganda), similar a la de los simios actuales, lo que sería una adaptación a bosques abiertos y estacionales en una transición hacia los orígenes de la locomoción bípeda [+]. 

Reconstrucción tradicional y nueva del hábitat de los hominoideos. Crédito: L. M. MacLatchy et al (2023).

  • Un estudio sobre el cúbito de 17 especímenes de homininos (Sahelanthropus, Ardipithecus, Australopithecus, Paranthropus y Homo primitivos), junto con cúbitos de Homo sapiens y de simios extinguidos, concluye que los fósiles TM 266 (asignado a Sahelanthropus tchadensis) y OH 36 (a Paranthropus boisei) se diferencian de otros homininos por encontrarse dentro del morfoespacio de la marcha con nudilleo (knucle-walking). Los autores del trabajo se cuestionan que S. tchadensis fuera un bípedo obligado; más bien podría ser un homínido del Mioceno tardío con adaptaciones para caminar con nudilleo [+].
  • Se ha logrado crear un modelo digital de la estructura muscular de la parte inferior del cuerpo del esqueleto de Lucy (Australopithecus afarensis), de 3,2 Ma, para comprobar su locomoción en vida. Para ello, se emplearon resonancias magnéticas y tomografías computarizadas de las estructuras musculares y óseas de humanos modernos para trazar las trayectorias musculares, usaron los modelos virtuales del esqueleto de Lucy para recomponer las articulaciones, reconstruyeron 36 músculos, y recrearon sus movimientos en vida. La mayoría de los músculos eran mucho más voluminosos en Lucy que en los humanos modernos. Por ejemplo, los músculos del muslo constituían el 74% de su masa, frente al 50% en los humanos modernos. Los músculos extensores de la rodilla de Lucy, y el efecto de palanca que permitirían, confirman que tenía la misma capacidad de enderezar las articulaciones de la rodilla que los humanos modernos. Una vez más, vemos que Lucy era bípeda [+].
  • Y, precisamente, los tres Australopithecus afarensis que dejaron las huellas del sitio G de Laetoli hace 3,66 Ma, eran relativamente grandes e iban un poco más rápido de lo que se había estimado anteriormente. Un gran australopiteco (160-170 cm) iba seguido a la misma velocidad por dos individuos de menor tamaño (un posible macho de 140 cm y una hembra o juvenil de 120 cm) [+].
  • Una revisión sobre la locomoción en los homininos y su evolución desde el Mioceno superior hasta el Plioceno superior, muestra la retención de ciertos rasgos en hombros y extremidades en Au. afarensis y Au. africanus (ya después de ser bípedos habituales) relacionados con actividades arbóreas que resultaban clave para alimentarse, criar y evitar depredadores. Muchos de estos rasgos persistieron hasta la aparición de Homo erectus [+].

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