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¡Este blog cumple un año más, y van 9! Lo primero, gracias por vuestra lectura. Los que seguís este blog sabéis el rigor y el mimo con que lo escribo, y lo que aprecio vuestras reacciones y comentarios, bien por aquí o bien a través de las redes sociales. Para celebrar este 9º aniversario he querido repasar mis 9 novedades favoritas que hemos conocido en evolución humana en el último año:
- Cómo no, se rompe un registro de antigüedad que obliga a rehacer los esquemas en muchos libros, y marcar el hito de 2,9 millones de años (Ma) para las herramientas olduvayenses más antiguas halladas, así como para el origen conocido del género Paranthropus. Lo curioso es que todo ello, junto con restos de hipopótamo y antílopes procesados, fue descubierto en el mismo lugar, lo que hace preguntarnos si fueron los parántropos los autores de las herramientas y del banquete, o bien otros homininos, tal vez representantes muy antiguos de Homo.
- Tenemos un probable nuevo diente denisovano, procedente de Tam Ngu Hao 2 (Cueva Cobra), en las montañas Annamite, Laos. Perteneció a una niña de 3,5-8,5 años de edad, que vivió hace 164-131 miles de años (ka). Es una notable ampliación del rango geográfico conocido de los denisovanos, y es el primer resto de Homo bien fechado en el Pleistoceno medio del sureste asiático continental.
- Sumándose a la familia neandertal de la cueva El Sidrón (España), hemos dado con una nueva familia de esta especie humana. Por el ADN de 13 individuos neandertales de Chagyrskaya y Okladnikov (dos cuevas rusas a los pies de las montañas de Altai, se ha identificado un grupo con lazos familiares que vivieron hace 44 ka: en concreto, se ha identificado a un padre y su hija adolescente, así como un par de parientes de segundo grado, un niño y una mujer adulta, quizás una prima, tía o abuela. En general, la diversidad genética del grupo era muy baja, lo que refleja la ya sabida declinación de esta especie por esta causa.
- Nuevos especímenes se unen al selecto grupo de los primeros europeos: un molar encontrado de Qvemo Orozmani, a unos 20 km de Dmanisi (Georgia) de antigüedad estimada 1,77-1,84 Ma, y la cara parcial de de un hominino del nivel TE7 de la Sima del Elefante, de unos 1,4 Ma.
- Si ya nos asombró el hallazgo de una incursión de humanos modernos en «territorio neandertal» en Europa occidental hace 54 ka, concretamente en la cueva Mandrin (Francia), la revisión de su tecnología de micropuntas indica que estas posiblemente se emplearon para fabricar flechas, lo que supone una presencia muy antigua de esta tecnología en la región.
- Otro posible sapiens con presencia muy antigua en Europa es la mandíbula de Bañolas (fechada en 45-66 ka). La ausencia de rasgos neandertales en su morfología, y la correspondencia de muchos de ellos con Homo sapiens, salvo la ausencia de mentón, hace pensar en una presencia antigua en el suroeste de Europa occidental de un grupo sapiens o bien de un híbrido de sapiens y otra especie de Homo no neandertal.
- Se ha logrado profundizar en las relaciones genéticas en el poblamiento de Europa en un amplio rango temporal (entre 35 ka y 5 ka) desde el Gravetiense hasta el Neolítico final, a partir del estudio del genoma de 356 cazadores-recolectores, incluyendo información genética nueva de 116 individuos, proveniente de 54 sitios de 14 países de Europa y Asia Central, y la definición de nuevos clusters genéticos. Además, dos dientes de 23 ka de la cueva del Malalmuerzo (Granada, España) han proporcionado el genoma más antiguo de un habitante de la península ibérica del Paleolítico superior, refugio durante el Último Máximo Glacial.
- Nos ha sorprendido el rastro de ascendencia neandertal y denisovana detectado en genomas antiguos de Sudamérica, dejado gracias a movimientos humanos a lo largo de la costa atlántica, que hace unos 1000 años recorrieron 5277 km de sur a norte (entre las actuales Uruguay y Panamá), después del poblamiento de la mayor parte de la costa del Pacífico y los Andes. Mientras tanto, en Norteamérica, 13 puntas de proyectil del sitio Cooper’s Ferry (Idaho, EE.UU.) se han datado en 15,7 ka, haciéndolas las más antiguas de Norteamérica, tres milenios anteriores que las puntas de Clovis.
- Se han hallado en Liang Tebo (Borneo) los restos óseos de un joven cazador-recolector («Tebo 1») cuya parte inferior de la pierna izquierda fue amputada hace 31 ka. Se trata de la evidencia más antigua de un acto médico tan complejo, batiendo por muchos milenios las siguientes evidencias conocidas hasta ahora, como la amputación de un antebrazo hace 7 ka en Buthiers-Boulancourt (Francia).
El último punto es un caso singular de cuidados entre humanos en la prehistoria. Esta investigación es mi principal foco desde que publiqué Evolución humana: prehistoria y origen de la compasión, profundizando en el entendimiento de las raíces tan antiguas de este comportamiento, sus vínculos con la paleoantropología y sus posibles patrones evolutivos. Además, estoy identificando cuáles son determinados saltos cualitativos que suponen técnicas innovadoras y relacionadas con este comportamiento (como la amputación asistida), y las lecciones que de todo esto podemos sacar como habilidades sociales cuya explotación aporta ventajas para nuestra especie.
Tendré el placer de presentar estos avances en dos próximos foros:
- En la conferencia «La Bioarqueología del Cuidado», el 16 de mayo de 2023 a las 19 horas en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (C. José Gutiérrez Abascal, 2, Madrid).
- En la presentación «Bioarchaeology of care outreach: how lessons from the past may help improve the present» de la reunión anual de EAA (European Association of Archaeologists), sesión «Making an Impact: Developing Research in Applied Bioarchaeology»que tendrá lugar entre el 31 de agosto y el 2 de septiembre (fecha por concretar) en la Queen’s University de Belfast.